Buckingham se Viste de Gala

20 2 0
                                    

Los jardines del Palacio de Buckingham lucían como un escenario de cuento de hadas. Guirnaldas de luces centelleaban entre las ramas de los árboles centenarios, mientras velas aromáticas proyectaban un halo mágico sobre los arreglos florales que adornaban cada rincón. El aire, impregnado del dulce aroma de las rosas  y la música de un cuarteto de cuerdas, vibraba con la energía contagiosa de la celebración.

 El aire, impregnado del dulce aroma de las rosas  y la música de un cuarteto de cuerdas, vibraba con la energía contagiosa de la celebración

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Isabella y Vladimir, ya declarados marido y mujer bajo la imponente catedral de san pablo, se escabulleron por unos instantes del objetivo implacable de los fotógrafos  para disfrutar de un momento de intimidad en medio del torbellino de la boda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Isabella y Vladimir, ya declarados marido y mujer bajo la imponente catedral de san pablo, se escabulleron por unos instantes del objetivo implacable de los fotógrafos  para disfrutar de un momento de intimidad en medio del torbellino de la boda.

"¿Te gusta?", preguntó Isabella, con una sonrisa radiante que iluminaba su rostro.

"Es... perfecto", respondió Vladimir, atrapando una de sus manos y llevándola a sus labios para depositar un suave beso en sus nudillos. "Como tú."

Isabella rió, un sonido cristalino que se perdió entre el susurro del viento y la música. "No seas cursi, señor Presidente", bromeó, aunque en el fondo, su corazón se derritió un poco más ante el apodo cariñoso.

"Solo para ti, señora Putin", replicó él, con una sonrisa pícara que le encendió un fuego en la mirada.

La fotógrafa, una mujer menuda de mirada perspicaz y una paciencia infinita para lidiar con la realeza y jefes de estado, carraspeó discretamente. "Disculpen, Alteza, Presidente, ¿podrían...?"

Amor Diplomático: Vladimir Putin Y La Princesa De InglaterraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora