Izuku el más fuerte

Capítulo 76

Al día siguiente, Izuku se encontraba en el comedor del apartamento de la U.A. El lugar estaba en completo silencio, solo roto por el sonido del agua caliente burbujeando mientras él preparaba un café. Era muy temprano, el sol apenas comenzaba a asomarse por las ventanas, tiñendo el cielo con tonos cálidos de naranja y dorado.

Con todos los eventos recientes, no había clases programadas. Los pasillos solían estar llenos de risas, pasos apresurados y charlas animadas a esta hora, pero ahora reinaba una calma extraña. Izuku sabía que cuando las cosas finalmente se estabilizaran, su curso sería oficialmente promovido al 2-A del Departamento de Héroes.

Mientras removía el café con lentitud, sus pensamientos viajaron a todo lo ocurrido. El funeral de Midnight, la reunión con Nezu y los demás héroes, la charla con Mirio, Hawks y Endeavor... Todo había sido un recordatorio de lo mucho que el mundo estaba cambiando y de lo cerca que estaban de perderlo todo.

Izuku suspiró y se llevó la taza a los labios. El amargo sabor del café le ayudó a enfocarse, algo que necesitaba desesperadamente. Sabía que no podía relajarse, no mientras All For One seguía libre y con el Quirk de Eri en su poder.

Justo en ese momento, escuchó pasos suaves acercándose desde el pasillo. Sin girarse, murmuró:

-Buenos días.

A su espalda, Shouka apareció con su típica expresión calmada. 

-Es demasiado temprano para estar despierto, incluso para ti -dijo, observando cómo sostenía la taza de café-. ¿Dormiste algo?

Izuku negó con una pequeña sonrisa cansada. 

-Lo suficiente. ¿Tú?

-Poco. Supongo que la paz después de tanto caos no es fácil de procesar.

Izuku asintió, ofreciendo una segunda taza. 

-¿Café?

Shouka lo miró y negó con la cabeza.

Izuku se encogió de hombros y se sirvió un poco más para sí mismo. 

-Supongo que es otro día tranquilo antes de que todo vuelva a empezar.

-Si es que la calma dura mucho -respondió Shouka, tomando asiento frente a él.

Mientras Izuku y Shouka disfrutaban de la calma en el comedor del apartamento, en otro rincón de la U.A., la atmósfera era completamente distinta. En uno de los apartamentos, específicamente los de tercer año, Mirio Togata estaba sentado en el borde de su cama, con la mirada perdida. A pesar de la quietud del lugar, su mente era un torbellino de pensamientos oscuros y decisiones difíciles.

Había pasado toda la noche sin dormir, dándole vueltas a una idea que había estado en su cabeza desde el día anterior: irse de la U.A..

Mirio apretó los dientes. Para él, la razón era clara. Ser el portador del One For All lo ponía en peligro constante, pero más allá de eso, también exponía a todos los demás. All For One sabía quién era ahora, y eso significaba que cualquier momento podía convertirse en un ataque directo hacia él o hacia quienes estuvieran a su alrededor.

-"Si All For One viniera por mí mientras estoy aquí, ¿cuántas vidas se perderían?", -pensó, sintiendo un nudo en el pecho. No podía permitir que más personas murieran por su culpa.

Mirio cerró los ojos y recordó el caos del día en que Izuku fue liberado. Había sentido una mezcla de impotencia y desesperación al no poder hacer nada significativo. Si Izuku no hubiera regresado, si no hubiera usado su poder para enfrentar a All For One y salvar a todos, habrían caído. Todos.