Capítulo 1.

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Nervios, alegría y esperanza eran todas las emociones que sentí el día que decidí regalarle a mi hermana un viaje a Paris por su cumpleaños. Aún recuerdo sus ojos llorosos y su cara de felicidad cuando abría el sobre donde estaban nuestros billetes a Paris y las entradas a los parques de Disney. Ese había sido nuestro sueño desde que éramos pequeñas, soñábamos con ir juntas algún día y poder disfrutar de la experiencia y aunque me costó años conseguirlo, al fin pude regalarle la experiencia.

Mi hermana y yo siempre hemos estado muy unidas, quizás demasiado para lo que es costumbre, yo siempre la he querido por encima de todo, como si fuese su madre en vez de su hermana, siempre he intentado darle todo, protegerla y quererla, nunca la he abandonado y siempre hemos sido la una para la otra, por lo que no me imaginaba un mejor regalo de quince años que llevarla a Paris y cumplir la promesa que le hice cuando tenía tan solo cuatro años.

A pesar de haber ido ya dos veces antes a Disney, tenía claro que ese viaje sería el más especial de todos, sabía que yendo con mi hermana Gala, todo sería mejor. Cuando estamos juntas, no nos hace falta nada más, siempre decimos que es más que suficiente. A pesar de nuestros nueve años de diferencia de edad, ella es siempre mi mejor plan y mi mejor compañera de vida, siempre intento pasar con ella todo el tiempo posible y no hay nada que me guste más, que llamarla "hermana".

Ese ha sido siempre mi mayor regalo, el tenerla a ella, es de lo que más orgullosa he estado siempre, de saber que ella y yo, somos una. Y espero que sea así durante toda nuestra vida.

Desde que soy pequeña, siempre he dicho que quería viajar por todo el mundo y que me encantaría conocer las culturas y las costumbres de cada ciudad que pudiese. Estos últimos años he viajado a varios lugares, pero sin duda alguna mi lugar favorito de este planeta es París. Desde que soy pequeña he vivido enamorada de la ciudad y recuerdo cuando pasaba algunos veranos allí con mi familia, la cual a día de hoy ya no tengo contacto alguno, todo se desmoronó un poco cuando murió mi padre, así que me alejé del resto de la familia y no me arrepiento de ello.

Nos dejó un 30 de octubre de hace 10 años, un cáncer terminal de pulmón acabó con su vida en cuestión de meses. No es que yo tuviese una gran relación con él, pero a pesar de ello no quise mantener contacto con nada ni nadie que tuviese algo que ver con él. Así que decidí mudarme de la casa donde vivía y ahora vivo bastante más alejada de aquel barrio donde me crié y pasé la mayor parte de mi infancia.

Siento tantas emociones juntas al saber que vuelo a Paris. La primera vez que fui a Disney noté que cumplía un sueño, la segunda me sentí fuerte y segura por haber conseguido volver, pero sin duda esta vez es una mezcla de todo eso con algunas nuevas, esta vez es diferente, es alegría por volver a mi lugar favorito del mundo pero también orgullo de poder haber conseguido por mi misma llevar a mi hermana a nuestro lugar soñado.

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