Capítulo 37.

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-¿Estarás de coña verdad?

-No Hugo, no estoy de coña, estoy hablando muy en serio, voy a ir-digo cerrando mi maleta.

-Natt, estás cometiendo una locura al irte, hace solo cuatro días llegaste llorando y ahora te vas a ir con el mismo hombre-me dice.

-Hugo, te quiero, pero es mi decisión y voy a irme, esa carta tenía sentimientos que no había visto de Antoine y parecía sincero con lo que dijo, quiero darle la oportunidad de saber que es lo que pasa en realidad.

-Estaré aquí y mi hombro también por si vuelves llorando-me dice dejándome sola en la habitación.

-Hugo espera.

-¿Qué?

-Sé que te preocupas por mí, pero estaré bien, volveré a casa feliz y con cosas que contarte.

-Más le vale que esas cosas sean buenas, si no habrá problemas, hablo en serio-me dice y después me abraza.

Monto en el taxi para ir al aeropuerto y una vez allí paso todos los controles para asegurarme que cogeré el avión a tiempo. Mientras tanto voy escuchando música con mis auriculares y espero en una cafetería tomándome un refresco con un bocata de jamón serrano y queso para hacer tiempo e ir comida allí. Los precios de los aviones son desorbitados y no estoy dispuesta a pagar diez euros por un bocata que encima están asquerosos.

"Vuelo con destino a París, abre sus puertas, por favor acudan al puesto de la puerta 23"

Allá vamos. Cojo mi maleta y me dirijo hacia allí feliz y nerviosa por todo lo que me espera con Antoine. Tenemos una conversación pendiente de eso no hay duda, pero quiero verle y olvidar todo lo malo que haya pasado, solo quiero que estemos bien.

Menos mal que me da tiempo a enseñar mi billete porque mi móvil acaba de quedarse sin batería. Menos mal que Antoine conoce el aeropuerto y sabe donde tiene que recogerme, si no sería imposible que nos encontrásemos.

"Atención pasajeros, lamentamos informarles que tendremos que retrasar el vuelo por el clima, sentimos las molestias"

Todo el mundo empieza a chillar y a quejarse, yo me quedo mirando por la ventanilla con la mente en blanco. Me preocupa que Antoine no se entere del retraso del vuelo y cuando llegue no esté allí. No puedo avisarle de ninguna forma y no soy capaz de pensar nada positivo de todo esto.

Empiezo a desesperarme cuando pasan las horas y seguimos en el aeropuerto esperando a que nos den un aviso para poder montar en el avión.

-¿Es que nadie tiene un cargador de IPhone?-pregunto chillando enfadada.

Todo el mundo me mira y me ignora, como si estuviese loca y nadie quisiera hacerme caso.

Maldigo para mis adentros y me siento a esperar en el suelo.

-Antoine...Espérame por favor-susurro.

Miro el reloj y veo que ya debería de estar en París desde hace un par de horas. Me llevo las manos a la cabeza y sigo esperando al aviso.

Nos avisan de que por fin podemos volver a montar y la gente corre como si fueran a quitarle su sitio. Yo voy despacio, dejando pasar a todo el mundo, estoy nerviosa pero por mucho que corra el, avión no va a llegar antes ni a mí se me van a quitar los nervios.

El vuelo se pasa lento, supongo que por el cúmulo de los nervios y la incertidumbre de si Antoine estará allí cuando llegue. Espero que si, si no... No sé cómo voy a llegar a su casa. No recuerdo su dirección, no recuerdo cómo se llega ni su teléfono. Ya es tarde, son las diez de la noche y no llegaré allí hasta casi las doce.

Al llegar a París busco como una loca a Antoine pero no le encuentro, pregunto a la gente pero ni siquiera me entienden para poder explicar la situación, pregunto por cargadores y nadie me presta uno. Estoy perdida, no sé qué hacer.

Me siento en el suelo pensando en que podría hacer y en cómo gestionar la situación. No sé en qué momento me olvidé el cargador del teléfono y tampoco sé cómo es posible que nadie tenga un cargador que dejarme.

Termino por tumbarme en unos sofás que parecen bastante cómodos y donde ya hay gente durmiendo. Me hago un hueco en uno que hay en la esquina y pongo mi maleta debajo del hueco del sofá para que no me la roben. Miro hacia el techo para ver si soy capaz de que me entre el sueño para poder descansar aunque sea un poco y poder pensar con claridad que hacer mañana.

Si decides quedarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora