Capítulo 50.

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-Buenos días.

Abro los ojos y veo a Antoine recién despierto, con su pelo despeinado y sus ojos hinchados aún, pero tan guapo como siempre. Le sonrío y me incorporo en la cama para darle un beso en la mejilla.

-¿Qué tal has dormido?-le pregunto.

-Hacía mucho tiempo que no dormía tan bien, son las doce de la mañana, hemos dormido muchísimo-dice.

-Bueno, una mañana aprovechada en descansar, tenemos mucho día por delante, ¿te apetece hacer algo?

-Podríamos ir a comer y dar una vuelta a ver si encontramos algo para ponernos en la fiesta de cumpleaños de Adrien.

-Me parece perfecto.

Ya ni siquiera se dirige a su supuesto padre como "papá" ya directamente le llama por su propio nombre. Conocer esta parte de Antoine me gusta, pero me duele pensar o imaginar el dolor que ha tenido que pasar estos años atrás por culpa de sus padres. Una vez leí que la gente estamos hechos de momentos, de recuerdos, de dolor, de canciones, de costumbres... Así que por una parte pienso que Antoine no sería quien es si no hubiese sufrido tanto, todo lo que ha pasado ha hecho que sea un gran hombre, el hombre al que quiero con todo mi corazón.

-¿Vas a ducharte?

-No, me duché anoche, me vestiré y nos vamos-respondo.

-Vale, voy a cambiarme yo también, cámbiate en la habitación si quieres, yo iré al baño.

-Podemos cambiarnos aquí los dos-le digo.

Antoine me mira y traga saliva, como si la idea le pareciese demasiado buena y siendo sincera, a mi también me lo parece aunque estar juntos en una habitación y sin ropa sea peligroso.

Antoine se acerca a mí mientras se quita la camiseta del pijama, yo me apoyo en la puerta del armario mientras cojo aire al observar sus abdominales. Antoine apoya su mano en el armario, cerca de mi cuello y me estremezco.

-¿Qué haces?-pregunto.

-Si quieres cambiarte delante mía no puedes pretender que me quede quieto... No puedo-me dice.

-Tenemos que irnos...-digo acercándome a su boca.

La idea de acostarme con Antoine me lleva rondando la mente varios días, el tenerle tan cerca y llegar a ese nivel con él me fascina, pero no quiero que él piense que le quiero solo para eso, él no es como los demás, nunca lo ha sido. Yo tampoco quiero ser solo eso para él y aunque sé que le importo, no quiero que él me vea como otra cualquiera de las que se haya acostado antes.

-¿Puedo preguntarte una cosa?

-Llevo años sin acostarme con una mujer-dice como si me pudiese leer la mente.

No sabría decir si me ha alegrado escuchar esa frase o me resulta extraño, quizás ambas cosas a la vez. ¿Desde que rompió con esa tal Colette no ha estado con ninguna mujer? Es imposible, es un hombre guapísimo y estoy segura de qué cualquiera querría hacerlo con él.

-Pero... ¿No has estado con nadie?

-Natasha, no soy un hombre al que le guste conocer chicas y acostarse con ellas, desde que rompí con Colette, eres la primera mujer que me genera interés, yo me he cerrado al amor durante años, porque quería estar soltero, hasta que te conocí... Cuando te vi por primera vez supe que no había estado solo, simplemente estaba esperando... Te estaba esperando a ti-dice acercándose a mis labios-Te he estado esperando años.

Sin resistirme, agarro su nuca y le beso. Nuestros labios se juntan y nuestras lenguas se buscan la una a la otra con más pasión y amor que nunca, como si ambos necesitásemos el uno del otro. Escucharle decir esas palabras tan bonitas me han hecho querer arriesgarme a todo con él. Lo quiero y lo necesito, aquí y ahora.

Le empujo a la cama y ambos nos desnudamos el uno al otro, dejándonos llevar por la pasión y por las ganas que nos tenemos.

-¿Estás segura?

-Si, quiero esto, te quiero a ti-le digo.

Antonio sonríe y no tardo en notar su miembro introduciéndose en mí. Es grande y se adapta a la perfección a mi vagina haciéndome sentir tanto placer como amor hacia Antoine. Es la primera vez en mi vida que me acuesto con alguien por amor, la primera vez que no lo hago por diversión o placer y es tan increíble como me imaginaba. Ahora sí que estoy dispuesta a entregarle todo lo que tengo y más, ahora sé que le quiero y que estoy decidida a luchar por lo nuestro, a pesar de todos los inconvenientes.

-Eres perfecta-me dice.

-No quiero que esto acabe nunca...

Continuamos, pero esta vez soy yo quien se sitúa encima suya, quien lleva las riendas y quien le hace disfrutar. Quiero demostrarle lo mucho que le deseo, lo mucho que me gusta y cuánto llevo esperando que llegue este momento.

-Voy a...

Noto un líquido dentro de mí a la vez que yo llego al orgasmo. Me apoyo en su pecho y me dejo caer para tumbarme. Antoine me abraza y me besa la frente.

-Ha sido perfecto-me dice.

-Lo ha sido...

Continuamos abrazos en la cama pero Antoine no tarda en levantarse y llevarme en brazos hasta la ducha para quitarnos el sudor y estar limpios para ir a comer.

-Al final la comida se va a convertir en una cena-le digo riéndome mientras me enjabona el cuerpo y yo a él.

-Contigo no tengo prisa.

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