Pasaron tres semanas desde aquel entonces, no volvieron a saber nada del padre de Camus, pues parecía que nomás quería dar a conocer que ya sabía de la existencia del bebé del aguamarina, para así dejarlos sin paz interior.
Decidieron ignorar aquellas palabras de Ganimedes, pues no querían actuar de manera tensa frente al omega.
Milo agradecía el tiempo que pasó, ya que el menor avanzaba de manera correcta su embarazo. Scarlet le daba chequeos cada semana, y la última noticia que les dio, es que Camus ya contaba con el líquido amniótico que ocupaba el bebé. Las feromonas del alfa le eran de bastante ayuda con el desarrollo del bebé.
Y ahora el omega cumplía el quinto mes.
El estómago de Camus estaba más abultado, el menor había ganado suficiente peso para no exagerar lo delgado, tenía un peso normal para su edad y condición, eso le causaba una completa felicidad al mayor.
Decidieron darse tiempo libre de la preparatoria por el momento, sus padres fueron a hablar por ellos, explicando la situación brevemente, pues no querían exponer a Camus al estrés del estudio, y además de eso, querían evitar que Ganimedes buscara alguna manera de encontrarse con él en el lugar.
Les dieron el permiso con la condición de estar haciendo sus actividades en línea, algo que aceptaron gustosos, pues sabían que era algo fácil de hacer.
Los síntomas en Milo se habían calmado, ahora estaban completamente en Camus, eso significaba que ahora vivían con las desveladas de vómitos y antojos. Al alfa no le molestaba en realidad, sabía que era normal, y eran etapas que no se quería saltar por nada en el mundo.
Y como había dicho Kardia, el antojo que más pedía el omega eran las manzanas. El pequeño Antares llevaría con orgullo su apellido. Zaphiri deseaba con todo su corazón que Milo también resultara una impresora como él.
Aunque no era lo único que pensó Kardia que pasaría, también el famoso nido de un omega apareció en esta etapa del embarazo.
En sí, los nidos se presentan cuando un omega en cinta se siente desprotegido de alguna u otra forma, aunque también en los ciclos irregulares de ansiedad que les llegan a dar al estar alejados de su alfa, y esta fue la ocasión.
Milo tenía en mente el día que llegó a la casa de los Dschubba después de haber ido a recoger unas de sus pertenencias a la propia, había tardado alrededor de seis horas, pues también se quedó hablando con su hermano y padres. No estaba tan preocupado, sabía que Camus no estaría solo, ya que Dégel estaba con él.
Aunque su sorpresa fue grande cuando al abrir la puerta del cuarto pudo notar el aroma penetrante y dulce de su omega, y mirando alrededor, podía notar varias de sus prendas por el suelo. Se sentía emocionado, una ansiedad caliente estaba en su corazón por ese momento.
Encontró a Camus con su ropa puesta, rodeado de muchas más prendas de él, estaba sobre la cama, justo del lado donde Milo duerme.
Camus parecía estar en tanta paz en ese momento, era la primera vez que desde que salió embarazado que se separaban, haciéndole caer en una pequeña crisis. Lo necesitaba mucho.
La mano que descansaba en el vientre de Camus hizo que el corazón de Milo estuviera feliz, se sentó a su lado, acariciándole los largos cabellos.
Sintió como el menor se sorprendía por su toque, abrió levemente los ojos, abrazándose el estómago para ponerse poca abajo.
— Ya estoy aquí Camus. —dijo Milo a los segundos, acostándose al lado de él— ¿Cómo te sientes?.
Dudaba en quedarse con el omega, primero tenía que tomar un baño antes de hacerlo.
El aguamarina volteó nuevamente a verlo, extendiendo una mano para jalarlo hacía él. Milo se acercó más, así hasta que quedaron ambos abrazados.
— Usa tus feromonas, Milo.
— Lo haré Camus, pero primero tomaré un baño, ¿Si?.
Ganó un gesto de aprobación por parte del menor, quién tomó una de las prendas que tenía regadas suyas, abrazándola.
Milo se preguntaba, ¿De verdad olían a él? O solo Camus podía percibir su aroma en esas prendas. Sonrió con cariño, brindándole un beso en la frente para luego levantarse del lugar.
Antes de entrar al baño dió un último vistazo al menor, parecía estar quedándose dormido, en una completa paz. Nuevamente se preguntó algo ¿Era la primera vez que Camus se quedaba así de tranquilo con una prenda suya?. Tenía muchas preguntas en ese momento.
Su ensoñación fue interrumpida cuando llegó a escuchar un tono de llamada conocido, soltó la mano de su adoración, quién le miraba atento.
En ese momento se encontraban en el centro de la ciudad, habían ido a comprar algunas cosas para el embarazo de Camus, pues el alfa quería que el omega tuviera comodidades en estas futuras etapas.
Una mano la tenía ocupada con algunas cosas que habían comprado, así que tenía que soltar al omega para contestar la llamada. Se dió cuenta que era Mystoria, y no sabía lo que el mayor le diría, así que no quería estar cerca de Camus por si se trataba de su padre.
Observó a su alrededor, ya cuando encontró lo que buscaba tomó de la mano nuevamente a su pareja, llevándolo al lugar.
— ¿Qué pasa, Milo?. —preguntó el menor, el cual fue obligado a tomar asiento en las bancas del lugar— ¿Es mi tío Mystoria?.
— Si Camus, ¿Podrías esperarme aquí?. —dijo mientras le pasaba un mechón de pelo detrás de la oreja— Prometo no tardarme.
— ¿No puedes quedarte? ¿De qué tienen que hablar?.
Milo observó como el menor apunto a su teléfono que, nuevamente estaba sonando, pues ya tenía poco que la llamada anterior había acabado. Parecía ser algo urgente.
— Tranquilo Camus, solo hablaremos de algo. Quédate aquí.
Ganó un gesto de aprobación, aunque tenía más vacilación que nada.
Milo se dirigió a un lugar apartado, perfecto para que el omega no escuchara nada de la conversación, pero también donde podía observarlo en caso de que pasara algo. Finalmente respondió a la llamada, y sin poder decir algo, la voz de Mystoria se escuchó.
— Milo. —la voz del mayor sonaba con urgencia, algo para nada habitual de él— Ocupo que regresen pronto, no podemos exponer a Camus ya.
Antares le dio una ligera mirada al aguamarina antes de concentrarse en unas tiendas más, tratando de disimular su creciente ansiedad.
— ¿Qué es lo que pasa?. —preguntó, tratando de tener tranquilidad en su tono.
— Creemos que Ganimedes seguirá yendo tras Camus, y si no es así, por ti ahora. Ocupo que regresen de inmediato.
Milo soltó un suspiro frustrado, no quería seguir sintiendo la ansiedad en su cuerpo por el miedo de que algo le pasara al omega y a su bebé, pero también sabía que, no iba a dejar al aguamarina solo en esto.
A los segundos respondió, dando un vistazo a una persona que pasaba por su frente.
— Iremos para allá de inmediato, lo llevaré con bien.
Cuando colgó la llamada, sintió un empujón en el hombro, pues la persona que había visto antes chocó con él, tirando su teléfono.
La persona ni siquiera se preocupó por recogerle el teléfono, simplemente siguió su camino a paso apurado. Milo nuevamente soltó un suspiro frustrado, agachándose y recogiendo el teléfono.
Cuando se volvió al lugar donde estaba el omega, sintió un vuelco en el pecho.
Una ola de mareos que no extrañaba para nada llegó a él.
Camus no estaba.
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Omegaverse.
FanfictionOmegaverse, coincidencias, destinos, encuentros... ¿Qué podría pasar?. . × Pequeña historia omegaverse de Milo y Camus, junto Kardia y Dégel. Gracias por leer!.