22.

58 9 3
                                    


Pasó aproximadamente una semana para que Milo tomara el valor para hablar con los mayores del Omega, había planeado primero hablarlo con sus padres, pero sabía que ellos tomarían actos en el tema desde ya, y él quería que fuera con tiempo, así para no alarmar al menor.

Ese día estaba en la casa de Camus, el cual últimamente dormía mucho cada vez que estaban juntos, eso a Milo no le molestaba, estaba feliz de pasar tiempo con él.

Aprovechando aquello, dejó al menor abrazando una almohada para que así pudiera salir de la cama y bajar a la sala, donde encontró a los dos mayores que buscaba.

Al darse cuenta de la presencia de Milo, ambos dejaron su conversación. El aguamarina, que era Mystoria, ladeó la cabeza con curiosidad, en cambio el de cabellos rojizos le brindó una sonrisa suave.

— ¿Pasó algo Milo?.

— ¿Camus sigue durmiendo?. —preguntó Mystoria.

El menor asintió dos veces, se sentía nervioso mientras se sentaba en la sala individual, se acomodó torpemente su esponjoso cabello y suspiró.

— Quería hablar con ustedes... ¿Sobre mi relación con Camus...? no lo sé.

Estaba empezando a dudar por completo en lo que iba a decir, parecía que todo el valor tomado en la semana había desaparecido.

Ambos adultos asintieron atentamente, Mystoria se puso de pie y les hizo una señal para que lo siguieran al comedor, cosa que los alfas hicieron. Pronto Milo estaba sentado enfrente de la pareja, pensando muy bien sus palabras.

— ¿Qué pasa con su relación Milo?. —empezó a hablar Scarlet, quién parecía el más tranquilo de los dos.

— Ustedes... ¿Creen que Camus pudo haber quedado embarazado el día que lo marqué?.

Era el tema que temía Mystoria; un embarazo del pequeño dominante de la casa. Su pareja parecía que ya esperaba eso.

— Lo pensamos mucho ya que tomamos en cuenta que los dos estaban en su ciclo y no usaste protección, además de que ambos son dominantes, Camus iba a quedar embarazado si o sí. Pero...

— No vieron síntomas estos meses... ¿Cierto?.

El aguamarina asintió a las palabras de Milo, dándose cuenta que los tres habían pensado en lo mismo. Aunque había algo más que merodeaba en la cabeza del omega, y no se iba a quedar con la duda de ello.

— Milo... ¿Qué fue lo que notaste en Camus? ¿Por qué estás iniciando esto?.

— Oh, sobre eso...

El menor miró al otro alfa presente, buscando un poco de su ayuda, cosa que fue captada. Obviamente no les podía decir que el día que sus dudas empezaron a salir fue cuando ellos no estaban y tuvieron sexo. Eso los llevaría a un largo castigo.

— Eh... La última vez que se me cruzó el rut, que fue hace una semana, Camus me ayudó con eso y...

— ¿Le dolía?.

Tanto como Mystoria y Milo observaron al alfa, quién le pasó un brazo por los hombros a su pareja, apoyando la cabeza en la contraria.

El menor asintió, confundido.

— Seré abuelo. —se le salió el pensamiento en voz, como si lo aceptara sin más— ¿Lubricaba poco? ¿Feromonas más dulces?.

Mientras más preguntaba, Milo seguía asintiendo, aunque ahora con el ceño fruncido, incrédulo.

— ¿Usted cómo sabe eso?.

— Fue lo que pasó aquí con el omega presente —mencionó mientras acariciaba los cabellos de su pareja— Cuando se embarazó de Dégel nos llegamos a dar cuenta porque en algún momento del acto sexual empezaba a llorar porque le causaba dolor. Además de eso su cuerpo cambió mucho, y no hablemos de su ce...

Omegaverse. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora