No sabía lo que su pareja buscaba, pero aún así lo seguía. Estaban en la habitación de los tíos de Camus, el aguamarina estaba revisando unos cajones, mientras tanto Milo un estante alto.
El alfa también lo estaba buscando, pero ni siquiera sabía qué cosa era.
De un momento a otro solo se detuvo y se volvió a su pareja, quién parecía estar a punto de darse por vencido gracias a esos movimientos vacilantes.
— Camus... ¿Qué estamos buscando?.
— ¿Eh?. —se volvió a él, dejando los papeles que tenía en manos sobre el mueble— ¿No te dije?.
— No... solo entramos y te pusiste a buscar.
— ¿Entonces por qué buscas tú también?.
Milo se quedó en silencio, encogiéndose de hombros con una sonrisa nerviosa, tampoco sabía él la respuesta a esa pregunta.
— Simplemente te quería ayudar, pero no sé lo que buscas.
El omega tomó asiento en la orilla de la cama, y al escucharlo le hizo ademán de que hiciera lo mismo. Finalmente, después de acomodar sus pensamientos, le respondió.
— Escuché a Dégel decirle a mi tío Mystoria que le llegó una carta de mi padre. —empezó a hablar, mirándolo con aquella mirada serena.— Supongo que me está ganando la curiosidad.
— Y me imagino que quieres aprovechar ahora que Mystoria y Scarlet salieron, ¿No?.
Recibió como respuesta un asentimiento leve de cabeza.
— Si, quiero encontrar la carta.
Como si aquella palabra hubiera hecho click en la cabeza de Milo, se levantó de la cama y se acercó al estante que estaba revisando anteriormente, tomando un sobre que estaba debajo de una vela.
— No le tomé importancia al no saber que buscábamos. —mencionó mostrando aquel sobre negro con letras rojas, el cual Camus tomó.— Pero creo que es esta carta.
Camus miraba el objeto en sus manos, ahora dudando en abrirlo. Podía leer el nombre de su padre escrita en ella con la tinta escarlata, miró a Milo a los ojos, este se había sentado en la orilla de la cama nuevamente.
Antares notó la vacilación en los movimientos de su enlazado ahora que tenía la carta en sus manos, supo perfectamente que Camus se arrepentiría después si leía algo que no debía en aquella carta, y ahora la vacilación llegó a él también.
Notó como el menor se negaba al leer la carta, dejando el sobre en el mueble de noche, suspirando.
Le pasó un brazo por los hombros, atrayendolo a él, queriendo animarlo.
— No te estreses, Camus. Si es algo importante, tarde o temprano el señor Mystoria te lo dirá. —dijo con tono suave, queriendo animar o aceptar la decisión del omega.— Por el momento, no pienses en ello.
Finalmente el aguamarina asintió, dándole la razón. Conocía a Mystoria, si era algo importante el mayor se lo haría saber, y si no era él, lo sabría por Dégel. Camus sabía que su primo no le podía ocultar algo por demasiado tiempo.
...
Dejaron de concentrarse en el tema de la carta ese día, siguieron con la tarde normal, y en ese momento, en unas de las cuantas tardes comunes entre ellos, decidieron tomar una siesta después de ver una película.
Milo fue el primero en levantarse, admirando el rostro de su adoración aún con la mente adormecida. Apegó al omega más a él, abrazándolo por completo. Le pasó suavemente la mano por su vientre, algo que fue de manera inconsciente, pero le provocó ligera curiosidad.
¿Camus había subido de peso?.
No lo veía comer mucho, siempre era lo normal que él solía comer. Recordó su primera vez. Había escuchado que cuando los omegas castos tenían relaciones por primera vez podían subir de peso gracias a las feromonas que recibían en totalidad, pero Milo no creía en aquello, así que lo descartaba por completo.
La primera vez que tuvieron fue cuando ambos estuvieron en su ciclo, Milo pensaba que Camus pudo haber quedado embarazado después de aquello, pero al ver que el omega no presentó ningún síntoma en el lapso de tiempo que había pasado descartó la idea.
Pero ahora, ahí estaba, con la mano en el vientre de su pareja, sintiendo algo que llama la atención de su alfa interior. Se preguntaba a sí mismo, ¿hace cuánto que tuvieron sexo?, sabía que había sido hace tiempo, pues no era algo que planeaban hacer con regularidad, pero aún así, sentía la ligera sospecha de algo.
No ignoraba lo ocurrido el último día que tuvieron intimidad, pues varias cosas cambiaron de su primera vez, como la lubricación del omega, las reacciones de este, las reacciones de su propio dominante, mucho había cambiado.
Además, ahora que lo pensaba, su rut irregular no se había presentado desde la última vez de la intimidad, parecía que se estaba estabilizando gracias a la marca que los enlazaba, algo que lo hacía sentir ligeramente bien. Si, tardaría en acostumbrarse a no estar pendiente a su rut como antes, pero también sabría que su salud estaría en mejoría.
Lo único que no cambiaba era el aroma del menor, seguía presente en cualquier momento y lugar, pues aún no podía controlarlo en mayoría.
Observó el rostro de Camus, estaba descansando cómodamente en sus brazos, con su rostro en completa serenidad. Acarició sus cabellos aguamarinas, analizando lentamente todo en su mente.
De pronto, una pregunta curiosa salió de sus labios sin pensarlo, como si al hacer aquello el omega se despertaría y le contestaría con la verdad.
— ¿Estarás embarazado?.
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Omegaverse.
FanfictionOmegaverse, coincidencias, destinos, encuentros... ¿Qué podría pasar?. . × Pequeña historia omegaverse de Milo y Camus, junto Kardia y Dégel. Gracias por leer!.