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Pasaron aproximadamente tres semanas para ilusión de la parejita y pronto padres, eso significaba que Camus estaba entrando al cuarto mes. El estómago de Camus no había cambiado mucho, solo el bulto era más notable en el tacto. Era obligado a consumir alimentos, pues era muy delgado.

El alfa empezó a leer información sobre el embarazo para saber las etapas que tendría Camus, los tíos del omega le ayudaban con eso, y era extraño que Dégel también opinara sobre el tema.

El aguamarina no sentía ningún síntoma, todo en su cuerpo estaba bastante bien, aunque solo le llegaban olas de cansancio. Las feromonas de Antares fueron de gran ayuda en algunas ocasiones, el omega de verdad las ocupaba.

Aunque para disgusto de Milo, él era quien sentía los síntomas. Cada día que pasaban eran náuseas, mareos, antojos, e incluso cambios de humor. Al principio no lo entendía, pero el tema fue muy bien explicado por Scarlet, aquel bebé daba señales de ser un pequeño dominante desde embarazo.

Le causaba gracia, recordaba el día en que le mando mensaje a Mystoria preguntando si Camus tendría cambios de humor seguidos, y para su pesar, él era quien los tendría.

Había momentos en donde se sentía irritado, y otros donde ocupaba la necesidad de estar con Camus todo el rato. Aunque eso se le podía decir que era algo más de lo normal.

Kardia se burlaba de él, solo esperaba ver a su hermano en algún momento haciendo el famoso nido de los omegas embarazados.

Aquel día Milo le había pedido el carro a su hermano, obtuvo el permiso de los tutores de Camus y de sus padres para llevar al omega a una cita, tenía un lugar en mente desde que pensó en la idea.

Había unas cabañas con cosas incluídas fuera de la ciudad, se veían muy tranquilas e incluso Antares estuvo viendo las fechas donde el lugar se llenaba, buscando los vacíos para que Camus no se llegara a estresar por las personas, o olores no deseados de percibir.

No llevaron mucho, solo dos mochilas con lo necesario. Milo dejó al aguamarina dormir en todo el camino al lugar, quería que estuviera muy bien descansado para disfrutar de las cosas que se aproximaban. En ratos el menor se levantaba buscando a Milo, y este lo calmaba acariciándole el cabello y usando sus feromonas.

Al llegar pronto les entregaron su habitación y fueron a ella, el menor no tardó en acostarse, seguía somnoliento ante la mirada cariñosa del alfa.

— ¿Quieres comer algo, Camus?. —preguntó mientras se acercaba al mencionado, acostándose al lado de él— No has comido nada desde la mañana. —terminó para acariciarle el rostro.

Le preocupaba que el embarazo del menor tuviera alguna consecuencia gracias a la falta de alimentos en Camus, el aguamarina no tenia problemas en la comida hasta después de salir embarazado, no se daba una idea del porqué de eso.

El menor negó con la cabeza, cerrando sus ojos.

— No tengo apetito.

Miró atentamente a su pareja, frunciendo el ceño. Podía notar a Camus más delgado del rostro, incluso más pálido de lo normal. No sabía lo que pasaba con el menor. O también podía ser él que solo lo quería cuidar que lo veía tan frágil.

— Entonces acompáñame a comer. —esperó respuesta, pero no obtuvo ninguna— ¿De verdad me dejarás ir solo?.

Sonrió, el menor se levantó de la cama al escucharlo, estirándose. La sonrisa de Milo se hizo más grande cuando vio el bultito en el estómago de Camus, este llevaba puesto una playera floja, junto con un overol azul. También se levantó del lugar, abrazándolo.

Salieron del lugar tomados de la mano, todo estaba tranquilo y solamente eran ellos y unos cuantos más que fácilmente se podían contar con los dedos.

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