Capítulo 46.

9 5 1
                                    

Me despierto con una sensación de náusea que no me deja en paz, como si mi cuerpo intentara advertirme de algo que todavía no entiendo. Me levanto lentamente, con cuidado de no tambalearme demasiado, y me obligo a beber un vaso de agua. Aun así, el malestar persiste.

El día transcurre lento, como si las horas quisieran alargarse solo para atormentarme. Mi padre llega a casa más temprano de lo usual, trayendo chuches y una botella de refresco. Siempre encuentra la forma de hacerme sentir mejor, aunque sea con esos pequeños gestos.

Después de comer en silencio, me acerco al salón. No necesito decir nada; él nota mi expresión y cierra el libro, dejándolo a un lado.

- ¿Ya has tomado la decisión, verdad? -pregunta, con esa calma que siempre tiene cuando se trata de mí.

Asiento, sentándome junto a él.

-Sí. Necesito enfrentar todo y vivir con lo que he escogido. A pesar de lo que conlleve mi decisión.

Mi padre me estudia con atención, como si buscara algo en mi rostro.

- ¿Estás segura, Irina?

Dudo un segundo, pero termino asintiendo de nuevo.

-Sí. Sé lo que tengo que hacer.

Él se queda en silencio por un momento, como si con solo mirarme supiera cuál es mi decisión, aunque yo no le haya dicho el nombre del hombre al que he escogido. Suelta un suspiro.

-Lo único que quiero es que seas feliz, hija. Nada más. Pero quiero que pienses bien en esto. Porque no importa cuán convencida estés ahora, una mala decisión puede perseguirte el resto de tu vida.

Siento un nudo en la garganta, pero no me atrevo a hablar todavía. Pero mi padre sí que lo hace.

-Sé que Daniel es una buena persona. Es estable, te cuida, te quiere de verdad. Pero, ¿puedes ser feliz con él? ¿Puedes amarlo del mismo modo en que él te ama?

Sus palabras se quedan flotando en el aire, pesadas, como una sentencia.

-Papá... -susurro, pero él me interrumpe.

-No me malinterpretes. Yo solo quiero que estés bien. Siempre quise que fueras feliz con Enzo hace años, porque vi cómo te iluminabas cuando estabas con él, ambos os hacíais mejores el uno al otro y solo él consiguió que quisieras volver a sentir amor por alguien después de lo que pasó con Álvaro. Pero también vi cómo sufriste cuando te dejó, como te apagaste y como te costó salir de ahí. Y sé que fue Daniel quien te ayudó a superarlo.

Cierro los ojos con fuerza, tratando de contener las lágrimas. No pensaba que mi padre quisiera que me quedase con Enzo, no pensaba que él era la decisión favorita de mi padre, a diferencia de Alexis, que siempre apostará por Daniel.

-Entonces, ¿piensas que debería quedarme con Enzo?

Él niega lentamente.

-No. Pienso que deberías quedarte con quien realmente te haga feliz. Sin miedo, sin dudas. Y, sobre todo, sin arrepentimientos. Pero también pienso que deberías hacer caso a tu corazón, él es el único que sabe la decisión correcta.

Sabe que mi corazón elegirá a Enzo, siempre. Mi padre es consciente de que si hago caso a mi corazón iré hacia sus brazos sin dudar.

Las lágrimas caen antes de que pueda detenerlas. Mi padre extiende una mano y me acaricia el cabello como cuando era niña. Que es como me siento ahora, como la niña que corría a sus brazos cuando tenía un mal día en el colegio o cuando se enfadaba por sacar malas calificaciones.

-Eres fuerte, Irina. No lo olvides.

Le abrazo con fuerza, dejando que las lágrimas fluyan. Su apoyo siempre ha sido mi ancla, y aunque todavía siento el caos en mi pecho, sus palabras calan hondo.

-Gracias, papá.

-No me des las gracias por nada cariño. Solo asegúrate de que esta decisión sea por ti, no por nadie más.

Nos quedamos así un rato, en silencio, hasta que finalmente me levanto. Decidida, camino a mi habitación para recoger las pocas cosas que traje conmigo. He tomado mi decisión, y ahora es el momento de enfrentarla.

Al llegar de nuevo al salón con la maleta, mi padre está en la puerta, esperándome. Me da un beso en la frente y sonríe.

-Vuelve cuando quieras o cuando lo necesites. Esta siempre será tu casa, a pesar de que seas adulta o de que quieras hacer tu vida por solitario, este siempre será tu hogar, ante todo. Siempre estaré para ti.

Salgo de allí con el corazón pesado pero firme. La vida me espera, y no pienso huir más.

El camino se hace eterno, pero ya no dudo. Se hacia donde tengo que ir y cuál es el primer paso para empezar mi vida de cero. No quiero alargar esto más y sé que si continúo haciéndolo, acabaré sufriendo yo y los dos hombres que tanto quiero. Pero hoy por fin la decisión está tomada, sé que va a ser duro y que tendré que trabajar en ello, pero estoy en camino hacia mi felicidad y nada ni nadie, va a impedirlo.

La Saga Destino: Perderme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora