El aire zumbaba con una mezcla de anticipación y nerviosismo. Cajas de cartón, como soldados listos para la batalla, se apilaban junto a cestos rebosantes de frutas jugosas, prometiendo un festín en medio del caos. Botellas de agua, como pequeños salvavidas, brillaban bajo el sol implacable. Sogas, gruesas y resistentes, yacían enroscadas, preparadas para atar, asegurar, quizás incluso para rescatar. El ambiente era una sinfonía de preparativos frenéticos, el preludio de una búsqueda desesperada.
Alexa, con el arco pesado colgando de su espalda como una segunda piel, luchaba por levantar unas cajas. Cada músculo de su cuerpo gritaba en protesta. La herida en su mano, un recordatorio doloroso de batallas pasadas, palpitaba con cada movimiento, un latido sordo de agonía que resonaba con el peso insoportable de las cajas. El dolor era una punzada constante, un recordatorio cruel de su fragilidad. Su corazón latía con una fuerza desmesurada, un tamborileo frenético que resonaba en sus oídos. El peso de las cajas era casi insoportable, un peso físico que reflejaba el peso emocional que cargaba en su alma.
Ben, ajeno al frenesí a su alrededor, permanecía pegado a su teléfono, un capullo digital en medio de la tormenta. Su adicción, una presencia silenciosa pero omnipresente, era una espina clavada en el corazón de Alexa. Desde su llegada a Senegal, su apego al teléfono había aumentado exponencialmente, una desconexión que la inquietaba profundamente. ¿Qué secretos ocultaba tras esa pantalla? ¿Qué misterios digitales lo absorbían con tanta voracidad? La curiosidad la carcomía, una duda persistente que amenazaba con romper la frágil armonía del grupo.
── ¡Muy bien! ¡Sí, amigos, el tiempo corre! ── exclamó Kenji, su voz resonando como un trueno en el aire tenso. Sus palabras, aunque llenas de energía, no hacían más que aumentar la presión, como si el tiempo mismo se hubiera convertido en un enemigo implacable.
── Ya lo sabemos, Kenji ── gruñó Morgan, su paciencia desgastada por la urgencia innecesaria. Sus ojos, llenos de una mezcla de frustración y preocupación, recorrieron el grupo. La tensión era palpable, una energía eléctrica que chisporroteaba en el aire.
Morgan, con su aguda percepción, notó la mueca de dolor en el rostro de Alexa. Se acercó con la intención de ayudar, impulsada por una oleada de compasión.
── Déjame ayudarte con eso, tu herida aún no sana ── ofreció Morgan, su voz suave y llena de preocupación. Pero Alexa retrocedió, como si la simple presencia de ayuda la hiriera más que el dolor físico.
── Oh, ammm… no, estoy bien, gracias ── respondió Alexa, su voz apenas un susurro, una máscara de amabilidad que ocultaba su incomodidad.
── No hay problema, yo… ── comenzó Morgan, pero Alexa la interrumpió con una brusquedad inesperada.
── En serio, yo puedo── insistió Alexa, su voz temblorosa, un intento desesperado por mantener el control. Su incomodidad era palpable, una barrera invisible que se alzaba entre ella y la ayuda ofrecida.
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𝗗𝗔𝗥𝗞 𝗥𝗘𝗗 | 𝗕𝗘𝗡 𝗣𝗜𝗡𝗖𝗨𝗦
PertualanganT--✵。:•. ❝Something bad is 'bout to happen to me Why I feel this way, I don't know, baby I think of her so much, it drives me crazy I just don't want her to leave me❞ ▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄ ━━━ Lo que un adolescente quiere menos es correr...