Anabela
Llevo días pensando en cómo decirle a Vladi acerca de algo que sé que no le va a gustar nada. Pero sé que es lo mejor.
Estoy acostada mirando el hermoso rostro de mi esposo y de mi hija. Me duele la espalda y las piernas. Pero sé que es por la noche tan candente que tuvimos.
Veo como Vladímir comienza a abrir los ojos, esos hermosos ojos que tiene. Pongo mi mano en su pecho acariciando sus vellos.
—Buenos días, mi reina —me saluda muy tiernamente—. Y buenos días a mi princesa.
Me encanta ver cómo Vladi le hace cariños a nuestra hija; es tan tierno.
—Buenos días, mi rey —le digo y le doy un beso en esos hermosos labios.
De repente escuchamos cómo tocan la puerta.
—Hola, buenos días, hijo, espero y no interrumpir, pero vengo con mi nieta. —Se escucha la voz de mi suegra.
—En un momento se la llevó —le dijo. Me levanto y me siento en el borde de la cama. Tomo mi bata. Me la pongo.
Me intento levantar y la parte baja de mi espalda me duele. Empiezo a caminar algo coja.
—¿Estás bien, mi reina? —me preguntó Vladímir.
—Sí, solo me duele un poco la espalda y las piernas —menciono y me acerco para tomar a mi hija. En eso de inmediato veo cómo se levanta. Toma su bata y yo ya tengo a la bebé en brazos.
—Yo la llevaré. Acuéstate de nuevo —me dice y veo cómo me quita a nuestra hija de mis brazos y se la lleva hasta la puerta.
Veo un poco y observo a la madre de Vladímir en la puerta. Toma a la bebé y Vladímir cierra la puerta. Regresa hasta mí.
—Te dije que te acostaras de nuevo. —Me vuelve a decir; lo obedezco y me acuesto en la cama.
—Tenías razón con lo que me dijiste. Te contenías por la bebé —aceptó y él me mira y pone una sonrisa.
—Pues todavía tengo ganas —expresó. Lo veo atentamente.
—En serio, sí, ayer toda la tarde lo hicimos hasta que nuestra hija lloró.
—Sí, lo sé, pero esto es como reponer la luna de miel que se arruinó —me dice. Le tomó la mano y la introdujo dentro de mi bata, llegando hasta mi parte. Él se agacha y me acerco a su oído.
—Es toda tuya. Y yo también quiero. —Lo veo a los ojos y veo esa lujuria en ellos.
Rápidamente, se quita la bata y su bóxer. Me quita la bata a mí y quedamos los dos desnudos.
Me recuesto en la cama y él se sube arriba de mí. Besa mis pechos; eso me encanta. Sus caricias me enloquecen. Me encanta esa resistencia que tiene, me satisface.
Siento su mano, tocar mi parte y jugar con ella. Haciendo círculos en mi parte delicada. Eso me enloquece, me encanta.
—Mmm —es lo único que sale de mi boca. Sus caricias son tan dulces y sus besos también.
Se separa de mí y rápidamente me pone boca abajo. Toma mi cintura y la levanta, abre mis piernas un poco. Siento cómo entra en mí. Eso me encanta, esa longitud.
De inmediato siento sus embestidas tan fuertes y rápidas. Que de inmediato me hacen perder la noción del tiempo. Toma mi cabello con una mano y lo jala un poco; eso me gusta.
No sé cuánto tiempo llevemos y comienzo a sentir esa sensación tan familiar en mi vientre; pocos minutos después, mi cuerpo se libera por completo.
—Mmm. Aaa —es lo único que digo y después escucho la voz ronca, tan masculina, de mi esposo; eso me confirma que también se ha liberado.
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Eres mi venganza y mi perdición
RomanceAVISO LA NOVELA TIENE CAPÍTULOS FUERTES PERSONAS SENSIBLES ABSTÉNGANSE DE LEERLA. PERO SI OPTAN POR LEERLA LES RECOMIENDO DISCRECIÓN Y SE AHORREN SUS MALOS COMENTARIOS. GRACIAS.... Mi nombres es Anabela Accardi soy la hija de un mafioso, pero mi pad...