Sorpresa

33 3 0
                                    

Vladímir

Estos días que he estado aquí en Rusia he tenido tiempo para preparar mi sorpresa para Any.

Francisco me dijo que la llevaría a esa playa mexicana; yo iré; no pienso dejar a Any sola.

Estoy alistando mi maleta para irme y veo que mi madre se me acerca.

—Tienes  que irte, hijo, tan pronto —me dice mi madre; noto tristeza en su voz.

—Sí, madre, no puedo dejar a Any y a mi hijo solos.

Veo que mi madre saca una pequeña cajita de su espalda.

—Ten cuando la veas, entregadle esto de nuestra parte —menciona.

Tomo el regalo y lo pongo en mi maleta. Me doy la vuelta y le doy un abrazo a mi madre.

—Gracias, madre, por aceptarla —le agradezco.

—Si tú eres feliz, yo también lo soy, hijo. Pero ya sabes, aquí puedes ser bueno con nosotras; sin embargo, sabes que en el mundo en el que estás debes de ser frío y sanguinario para que no conozcan tu debilidad —me recuerda mi madre.

—Gracias por recordármelo, madre. Me tengo que ir —me despido de ella.

Me separo de ella, tomo mi maleta y salgo de la habitación. Salgo a la entrada y veo a mis hermanas esperándome.

Me ven y se lanzan sobre mí abrazándome.

—Prométeme que vendrás más seguido —añade Marisha.

—Sí, vendré más seguido —acepto y le acaricio el cabello.

—Para la próxima trae a Anabela —dijo Katya.

—La traeré, lo prometo —confirmo y las dos se separan de mí.

Subo al auto y me voy se hay. Llego al jet y le doy indicaciones hacia donde tiene que ir el piloto.

****

Estoy en la playa con mi linda Any. Veo cómo se divierte en el mar; me encanta verla y ver su linda pancita.

Mañana es su cumpleaños y ya tengo listo mi regalo; espero y le gusté.

Pero debo de decir que verla en traje de baño se ve tan sexy; despierta en mí el instinto animal que en ocasiones se me olvida que tengo.

Pero tengo que respetarla hasta que ella esté lista.

Anabela

Me ha encantado estar en esta playa. Los recuerdos de niña regresan a mí.

Aunque debo de decir que voy a regresar a casa con kilos de más, como mucho y más helado...

Observó que Vladímir en todo momento me observa. Me hace sentir que a pesar de estar embarazada me veo bien.

Me acerco a él para que no vaya a babear.

—¿Qué ves? —le preguntó.

Él rápidamente me abraza de la cintura y me pega a su cuerpo.

A él siempre le gusta andar sin camisa. Me gusta, pero me provoca demasiado.

—Veo a una linda mujer que me vuelve loco —declaró con una sonrisa.

—¿Y dónde está que no la veo? —le digo y volteo mi cabeza, fingiendo que saber.

Me besa en la mejilla y yo volteo a verlo. Me besa en los labios.

—Eres tú mi Reina —expone.

—¿Qué te parece si vamos a la piscina? —propongo para cambiar de tema. Siento mi cara muy caliente.

Eres mi venganza y mi perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora