Eres mi venganza y mi perdición

¿Que es?

Anabela

Estamos en la pista de aterrizaje; el jet está listo para despegar. Estamos esperando a mi hermano.

—¿A dónde iremos? —le preguntó a Vladímir.

—Te llevaré al único lugar donde Dante necesitaría todo un ejército para entrar —me dice.

—¿Me llevarás a un castillo?

—No se parece mucho a un castillo, pero si quieres te construyo uno —menciona.

—No, yo quiero una casa sencilla; lo importante es estar juntos —declaró con felicidad.

—Está bien; tendrás tu casa sencilla. ¿Dime que piensas si nuestro bebé nace en Rusia? —me cuestiona.

—No me importa donde nazca; mientras estés conmigo en ese momento, lo demás no importa —mencionó.

Se me acerca y me da un beso en los labios. Me mira a los ojos y me da otro en la frente. Pone su mano en mi vientre.

Escuchamos que un auto se acerca; Vladímir saca su arma y los dos vemos por la ventana. Vemos que mi hermano se baja del auto.

Los dos bajamos y nos acercamos a él.

—Ya podemos irnos —dice mi hermano.

—Bien, entonces subamos —habla Vladímir.

Los tres subimos al jet. Yo voy al frente y siento las manos de Vladímir en mis hombros.

Entramos y tomo asiento. Veo a Vladímir hablar con el piloto en otro idioma que no entiendo; de seguro es ruso. Regresa conmigo y se sienta a un lado de mí. Mi hermano se sienta al otro extremo.

Veo que hace algo en su celular y saca un pequeño papel que después dobla y lo guarda en su bolsa.

El jet despega. No sé cuánto tiempo llevamos de vuelo, pero por lo que me dijo Vladímir van a hacer como siete horas.

Desde que estoy embarazada siento mucho sueño. La verdad es uno de los síntomas principales que tengo, que es sueño. Me levanto de mi asiento.

—¿A dónde vas, Any? —me interroga.

—Tengo mucho sueño —le digo.

—Voy contigo —me dice.

Se levanta de su asiento y vamos hacia la parte de atrás donde está una pequeña cama. Escucho como Vladímir cierra la cortina del Jet. Yo me acomodo en la cama y me acuesto.

Veo a Vladímir que se recuesta a mi lado, me abraza y me pega a su cuerpo.

—Descansa, todavía faltan unas horas para llegar a Rusia —me comenta.

Comienzo a cerrar los ojos y el sueño se apodera de mí. En minutos quedo completamente dormida...

Vladímir

Debo de decir que con todo lo que ha pasado me siento muy estresado; no quiero que le pase algo a mi mujer y a mi bebé.

Sé que la mejor decisión que tomo es llévalos a Rusia; por mi poder, Dante debe de estar completamente loco para entrar.

Sé que el clima de Rusia puede ser muy frío, pero sé que es el lugar más seguro; ahí nadie es capaz de traicionarme.

Verla dormir me causa mucha felicidad y tranquilidad. Ella se merece tenerlo todo y no sufrir por nada.

****

El piloto me ha informado que en unos minutos aterrizaremos en Rusia. Mi Any se ha despertado y se vuelve a dormir; ahorita está dormida de nuevo.