Eres mi venganza y mi perdición

Dolor

Anabela

Estoy sentada en la cama, me pongo las almohadas atrás de mi espalda.

Me recargo en ella y con mi mano comienzo a tocar las partes de mi cuerpo donde están adoloridas.

"Dante me las pagarás, te pasaste"

En eso escucho que tocan a la puerta, me reincorporo y finjo una sonrisa.

—Pase —digo con mi voz fingida.

La puerta se abre y entra la señora Martha, corre rápidamente hacia donde estoy.

Se sienta a un lado de mí y toma mis manos.

—¿Estás bien? —me pregunta la señora Martha veo que me ve con cara de preocupación.

—Sí, claro que estoy bien —le contesto, tengo vergüenza de decirle lo que siento.

—No me mientas, sé lo qué pasó, tuviste relaciones con Dante —me dice un poquito enojada y me mira a los ojos.

—¿Cómo lo sabe, señora Martha? —indagó porque quiero saber cómo es que ella sabe.

—No importa cómo es que sé, lo que importa es saber que estás bien —menciona más tranquila, siento en su voz un poco de confianza.

—No sé si contarle, señora Martha, es que me da pena.

—¿Por qué pena? Tu madre te hablo de estas cosas —me mira a los ojos.

—No, mi madre murió cuando yo era una bebe, yo no sé mucho de esas cosas —le cuento y mi voz tiene un tono triste al recordar que no tengo a mi madre.

—¡Oh! Mi niña como lo siento debe de ser muy difícil desde muy pequeña, no tener a tu madre, pero yo te cuidaré, vendrá una doctora para ver cómo estás, ¿te duele mucho? —me consuela y me siento más segura.

—Si me duele mucho.
Aceptó por fin que si me duele mucho lo que me ha hecho ese canalla.

—Todos los hombres del apellido Ferrara son unos animales —es lo único que me dice.

—¿Entonces usted también pasó por esto? —pregunto tímidamente.

—Sí, pero no igual que a ti, pero si me paso lo mismo —dice amablemente. —En un momento llegará la doctora y te revisará.

Después de veinte minutos escuchamos que tocan la puerta.

Entra una joven como de casi mi edad delgada, el cabello casi rubio, ojos grises, piel blanca es bonita, tiene un parecido con Dante.

Detrás de ella viene una mujer ya grande de edad, las dos llegan hasta a mí, la mujer delgada, rubia me abraza, me quedo en estado de shock.

—Ya suéltala, Laura, la puedes lastimar.

La joven me suelta y se separa un poco de mí, la veo muy detenidamente.

—Hola, mi nombre es Laura Ferrara, disculpa que te abrazara —Se presenta.

"Con que ella es la hermana de Dante, qué interesante, él nunca habla de su familia"

Me extiende su mano, estrecho mi mano en la suya.

—Hola, mucho gusto Laura, mi nombre es Anabela Accardi —contesto amablemente.

—¿Si ya lo sabía, eres la novia de mi hermano? Por eso te abracé, es que nunca he conocido a otra novia después de... —noto como cambia un poco si voz.

—¡Laura!, cállate —la regaña la señora Martha a su hija.

Ella de inmediato se calla y no dice más.