Después de ducharte, te quedaste unos minutos más bajo el agua, dejando que el calor aliviara la tensión acumulada. Pero no importaba cuánto intentaras relajarte; sentías que cada interacción con Ruslana era una batalla perdida. Saliste del baño, te vestiste con algo cómodo y bajaste las escaleras con la intención de comer tranquila, aunque dudabas que eso fuera posible.
En la sala, Violeta y Kiki conversaban en voz baja, y por la sonrisa traviesa de Kiki, sospechaste que estaban hablando de algo que no querían que escucharas.
- Ya era hora - dijo Violeta al verte aparecer - Pensé que ibas a quedarte a vivir en la ducha.
- Qué hacéis? - preguntaste, ignorando su comentario.
- Organizando el día - respondió Kiki, pero su tono despreocupado no te convenció. Había algo más.
- No estaréis tramando nada, verdad? - murmuraste, sentándote en el sofá.
Violeta soltó una risa y negó con la cabeza.
- Qué poca fe tienes en nosotras, Tn.
Antes de que pudieras responder, Ruslana apareció por la puerta, con el pelo aún húmedo y una expresión que no invitaba precisamente a charlar. Su presencia bastó para que el ambiente cambiara.
- Bueno, quién quiere comer? - preguntó Kiki rápidamente, como si quisiera desviar la atención.
- Ya lo hice - respondió Ruslana, pasando de largo hacia la cocina.
Tú suspiraste, cruzando los brazos.
- Genial, porque no me apetece comer discutiendo.
- Qué has dicho? - Ruslana asomó la cabeza desde la cocina, con el ceño fruncido.
- Nada que no sepas ya - replicaste, con un tono que no disimulaba tu enfado.
Ruslana soltó un resoplido y volvió a desaparecer en la cocina. Violeta te miró con una mezcla de incredulidad y diversión.
- De verdad vais a pasar todo el día así?
- Pregúntaselo a ella - contestaste, levantándote del sofá - Yo solo intento no perder la paciencia.
- Pues parece que no lo estás consiguiendo - murmuró Kiki, pero lo suficientemente alto como para que la oyeras.
La miraste con una expresión de advertencia, pero antes de que pudieras responder, Ruslana volvió con una taza de café en la mano y se detuvo en el umbral de la puerta.
- Sabéis si aquí hay algo decente que hacer o vais a pasar todo el día hablando de mí?
- No te creas tan importante - soltaste, sin pensarlo.
Ruslana sonrió, pero era esa clase de sonrisa que no transmitía nada bueno.
- Lo dices tú, que no puedes pasar un minuto sin mencionar mi nombre.
- Ya basta! - interrumpió Kiki, levantándose de golpe - No sé qué os pasa a las dos, pero os aseguro que no voy a aguantar esta tensión en mi casa.
Violeta intentó calmarla, pero Kiki ya había tomado una decisión.
- Queréis descargar vuestra energía? Perfecto. Hay un montón de cosas que hacer fuera. Rus, tú conduces. Tn, vas con ella.
- Qué? - preguntaste tú, al mismo tiempo que Ruslana decía:
- Ni de puta coña.
- Es eso o quedarse aquí limpiando - dijo Kiki, cruzándose de brazos - Y no os preocupéis, os daré una lista bien larga para que no os aburráis.
Sabías que Kiki no bromeaba. Sus castigos solían ser más efectivos que sus palabras, así que soltaste un suspiro y aceptaste a regañadientes.
- Esto es una mala idea.
- Ya veremos - murmuró Chiara, intentando contener la risa mientras Ruslana salía a buscar las llaves del coche, murmurando algo que no alcanzaste a entender.
Estaba claro que el día no iba a mejorar.
Kiki te dedicó una mirada seria, de esas que rara vez usaba contigo, pero que te hacía retroceder de inmediato.
- De verdad? - preguntaste, dejando caer los brazos a los lados con frustración - Es esto tu idea de resolver el problema? Meterme en un coche con ella como si así mágicamente fuéramos a llevarnos bien?
Kiki suspiró, aunque mantenía esa firmeza que te sacaba de quicio cuando sentías que no estabas siendo escuchada.
- No se trata de magia, Tn. Se trata de que no voy a dejar que tu mal humor arruine el día de todos.
Eso te dolió más de lo que quisiste admitir, pero no ibas a dejar que Kiki tuviera la última palabra.
- Mi mal humor? Perdona?
Violeta intervino antes de que la discusión subiera de tono.
- Vale, basta las dos! No es para tanto. Kiki, sabes que esto es una mala idea.
- Tienes alguna mejor? - replicó Kiki con una ceja arqueada, claramente desafiante.
Violeta alzó las manos en señal de rendición, mientras tú seguías observando a Kiki, esperando que cambiara de opinión. Pero no lo hizo.
- Es que no lo entiendo - dijiste finalmente, cruzando los brazos - Pensaba que eras mi amiga.
- Y lo soy - respondió Kiki con calma, pero había un filo en su voz que nunca antes habías escuchado - Precisamente por eso creo que tienes que salir de tu burbuja por un rato. Ruslana no es tan terrible como crees, y tú no eres tan perfecta como para no cometer errores.
La sinceridad de sus palabras te golpeó como una bofetada. Te quedaste callada, intentando procesar lo que acababa de decir. De verdad pensaba eso de ti?
- Ya basta, Kiki - murmuró Violeta, que parecía incómoda con la dirección que estaba tomando la conversación - No hace falta ponerse así.
Kiki suspiró, llevándose las manos al rostro por un momento antes de mirar de nuevo hacia ti.
- No estoy poniéndome de ninguna manera - dijo finalmente, con un tono más suave - Pero a veces hay que forzar un poco las cosas para que funcionen.
No respondiste. Sabías que seguir discutiendo no iba a llevarte a ningún lado, pero tampoco estabas lista para aceptar que Kiki tuviera razón. Al final, te limitaste a coger tu chaqueta y caminar hacia la puerta, sintiendo la tensión en cada paso.
- Si esto sale mal, es culpa tuya - le dijiste antes de salir.
Kiki no respondió. Se limitó a mirar al suelo con cara de cansancio.
Al llegar al coche, viste a Ruslana apoyada contra la puerta del conductor, jugando con las llaves entre los dedos. Su expresión era la de alguien que preferiría estar en cualquier otro lugar.
- Tardas siempre tanto o es solo cuando estás de mal humor?- preguntó con una sonrisa burlona cuando te acercaste.
- Déjame en paz - murmuraste, abriendo la puerta del copiloto de un tirón y entrando sin mirarla.
Ruslana no respondió, pero podías sentir su mirada clavada en ti antes de que se subiera al coche y cerrara la puerta con más fuerza de la necesaria.
- Esto va a ser super divertido - dijo en tono sarcástico, encendiendo el motor.
- No me hables si no es necesario - le soltaste, mirando por la ventana mientras el coche arrancaba.
El silencio que siguió era tan denso que casi podías escucharlo. Y aunque el día apenas estaba empezando, ya sentías que iba a ser más largo de lo que podías soportar.

ESTÁS LEYENDO
RUSLANA Y TN OT2023 | LO MEJOR QUE ME HA PASADO NUNCA
FanfictionTn y Chiara son compañeras de piso después de que tn decidiera ir a Barcelona para estudiar psicología por llevarle la contraria a su padre, un abogado zaragozano de gran éxito.