Ruslana se despertó antes que tú, notando que algo no iba bien. Tu rostro estaba más pálido de lo habitual, y tus gestos de incomodidad lo confirmaron. Apenas abriste los ojos, le confesaste que te sentías fatal, con un dolor de tripa que no te dejaba ni siquiera moverte bien. Rus rápidamente tomó la decisión de llevarte a casa.
El trayecto fue silencioso, pero cada tanto ella te lanzaba miradas de preocupación desde el volante. Cuando finalmente llegasteis, suspiró aliviada al ver que Kiki no estaba en el piso, porque eso significaba que podía quedarse contigo un rato más.
Te ayudó a cambiarte, te acomodó en el sofá con una manta suave y fue directa a la cocina. Se puso manos a la obra, rebuscando entre los armarios hasta encontrar lo necesario.
Desde el sofá, la escuchaste trajinar mientras intentabas que el dolor pasara. De vez en cuando, Rus asomaba la cabeza para asegurarse de que seguías bien.
Cuando finalmente te sirvió un plato de sopa, se sentó a tu lado y te animó a comer despacio. Aunque no tenías mucho apetito, su insistencia cariñosa y su presencia te ayudaron a tomar unas cucharadas. Rus te apartó el cabello mientras comías, y de vez en cuando te dejaba un beso en la frente, como si eso pudiera aliviarte más que cualquier medicina.
- Deberías intentar dormir un poco. Yo me quedo contigo hasta que tenga que irme al concierto - te dijo, acariciándote el brazo con suavidad.
Le asentiste, agradecida, y ella se acomodó a tu lado en el sofá, con una mano entrelazada con la tuya. Por un momento, te sentiste mejor, solo por tenerla ahí.
El tiempo pasó demasiado rápido, y pronto Ruslana tuvo que levantarse. Te dejó un beso en los labios, uno de esos que parecía prometer que todo iba a estar bien.
- Voy a arrasar en el escenario por ti, vale? - te dijo con una sonrisa antes de marcharse.
Te despediste de ella desde la puerta, y luego te fuiste a tu habitación, arrastrando los pies. Te tumbaste en la cama, con el estómago aún revuelto, pero el olor de la sopa en el aire y el recuerdo de Rus cuidándote te dieron una pequeña sensación de paz. Cerraste los ojos y te dejaste llevar, con la esperanza de sentirte mejor al despertar.
Cuando Ruslana llegó al recinto, la energía del equipo ya empezaba a notarse: las luces, los ensayos rápidos, las últimas pruebas de sonido. Sin embargo, ella tenía la cabeza todavía en ti, preguntándose si estarías mejor. Apenas divisó a Kiki, se acercó a saludarla.
- Ey, Rus! - le dijo Kiki con una sonrisa - Dónde te has dejado a Tn?
Ruslana suspiró y, con un tono algo preocupado, le explicó:
- Se encontraba fatal esta mañana. Estaba malísima de la tripa, así que no va a poder venir hoy. La llevé a casa, comió un poco de sopa, pero sigue bastante mal.
Kiki frunció el ceño, y su expresión cambió de inmediato.
- Jo, pobrecita... - dijo con genuina preocupación - Me fastidia un montón no haber estado con ella. Es que me quedé en casa de Violeta y por eso no estaba cuando llegasteis.
Rus le puso una mano en el hombro, como queriendo tranquilizarla.
- No te preocupes. Obviamente yo la iba a cuidar - respondió con un tono firme, aunque había un atisbo de ternura en su voz.
Kiki sonrió ante su respuesta y la miró con una mezcla de admiración y cariño.
- Me alegra un montón que estéis tan bien ahora, de verdad - dijo, con un tono sincero.
Rus no pudo evitar sonreír como una tonta. Sus ojos brillaban al hablar de ti.
- Todo pinta mucho mejor esta vez - confesó, su voz cargada de ilusión.
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RUSLANA Y TN OT2023 | LO MEJOR QUE ME HA PASADO NUNCA
FanfictionTn y Chiara son compañeras de piso después de que tn decidiera ir a Barcelona para estudiar psicología por llevarle la contraria a su padre, un abogado zaragozano de gran éxito.