tu primer todo

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La noche había caído, y Ruslana caminaba apresurada bajo la lluvia que comenzaba a intensificarse tras salir de su ensayo. El frío calaba en sus huesos, pero ni siquiera lo sentía. Tenía el pecho cargado, un peso insoportable que no podía seguir arrastrando. Después de mucho pensarlo —o quizás de no pensarlo en absoluto—, se dirigió a tu piso.

Cuando llegó, golpeó la puerta con insistencia. La abrió Kiki, con cara de sorpresa al ver a Ruslana empapada, con el cabello pegado al rostro y los ojos que hablaban de noches sin dormir.

- Rus? Qué haces aquí?

- No puedo más, Kiki. - Ruslana se pasó una mano por el pelo húmedo, intentando mantener la compostura. - Necesito hablar con Tn. Necesito pedirle perdón... Necesito saber algo de ella.

Kiki frunció los labios, cruzándose de brazos en la entrada.

- Ahora no está.

- No está? Dónde está?

- No lo sé, no me ha dicho nada. Pero puedes esperarla aquí si quieres.

Ruslana dudó por un momento, mirando el interior del apartamento. Finalmente, asintió y entró, dejando un pequeño charco de agua a sus pies. Kiki le ofreció una toalla mientras la conducía hacia el salón.

- Siéntate, ahora te traigo algo caliente.

Ruslana se dejó caer en el sofá con un suspiro pesado. Sus manos temblaban ligeramente mientras frotaba la toalla por su cabello. Kiki regresó con dos tazas de té y se sentó frente a ella, observándola en silencio.

- Te ves fatal. - Comentó finalmente, sin tapujos.

- Gracias por el cumplido. - Ruslana dejó escapar una risa seca, que murió en un suspiro. - He estado peor.

- Eso ya es decir mucho. - Kiki le dio un sorbo a su té antes de añadir con tono serio - Qué es lo que tanto necesitas saber de Tn ahora?

Ruslana se quedó en silencio por un momento, mirando el vapor que salía de su taza.

- Quiero saber si todavía siente algo por mí. - Admitió en voz baja.

Kiki ladeó la cabeza, observándola con cautela.

- Eso... creo que solo ella puede responderte, Rus.

- Lo sé. Pero no puedo seguir así. Quiero arreglar las cosas, aunque sea imposible.

Kiki suspiró, poniéndose cómoda en el sofá mientras la observaba con una mezcla de empatía y cansancio.

- A veces hay cosas que no se pueden arreglar, Rus.

- Lo sé. - Repitió, su voz quebrándose ligeramente. - Pero si no lo intento, si no lo hablo con ella, voy a volverme loca.

El silencio cayó entre las dos, roto solo por el sonido de la lluvia golpeando las ventanas. Ruslana se frotó los ojos, agotada. Fue entonces cuando el móvil de Kiki vibró sobre la mesa. Lo tomó distraídamente y leyó el mensaje.

"No voy a ir a cenar. Estoy con Lucas. Nos vemos mañana."

Kiki se quedó mirando la pantalla por unos segundos, procesando lo que acababa de leer. Ruslana notó el cambio en su expresión.

- Qué pasa? - Preguntó con curiosidad, aunque una punzada de preocupación atravesó su pecho.

- Nada. - Respondió Kiki rápidamente, bloqueando el teléfono. Pero Ruslana la miró con los ojos entrecerrados.

—No me mientas, Kiki. Era Tn?

Kiki suspiró, dejando el móvil a un lado.

- Está con... con Lucas. Dice que no va a venir.

RUSLANA Y TN OT2023 | LO MEJOR QUE ME HA PASADO NUNCADonde viven las historias. Descúbrelo ahora