Habías llegado a la casa de Ruslana a primera hora de la tarde. Apenas habíais hablado desde el encuentro del día anterior, y ese silencio entre mensajes hacía que la incomodidad se te pegara a la piel. Cuando Ruslana abrió la puerta, no hubo saludo efusivo ni sonrisas. Un simple "hola" bastó, y ese tono frío no te pasó desapercibido.
Ruslana te dejó pasar sin decir mucho, caminando delante de ti hacia el salón. Su casa estaba ordenada, como siempre, pero había algo distinto en el ambiente: un peso que parecía hundir cada rincón. Te sentaste en el sofá, y ella lo hizo al otro lado, con las piernas cruzadas y los brazos tensos sobre el reposabrazos.
- Bueno... cómo estás? - te preguntó finalmente, rompiendo el silencio.
Te encogiste de hombros, queriendo aparentar indiferencia.
- Bien, supongo. Y tú?
Ruslana soltó una risa breve, casi sarcástica.
- Yo? Igual. Bien.
La conversación era un intercambio de frases vacías que intentaban llenar un espacio enorme entre vosotras. Pero ella, siempre directa, no tardó en ir al grano.
- Mira, no voy a darle vueltas. Ayer fue... raro. Pero quiero que tengamos claro algo.
- Qué cosa? - preguntaste, aunque ya sentías el nudo en el pecho.
Ruslana suspiró y clavó la mirada en el suelo.
- Lo que pasa entre nosotras... ya no es lo mismo. Yo ya no siento lo que sentía antes.
Su voz tembló un poco, pero rápidamente lo disimuló. Lo que no pudo esconder fue cómo apretó los puños sobre sus piernas, como si contenerse físicamente la ayudara a decir esas palabras. Tú tragaste saliva y te obligaste a asentir, como si te creyera.
- Sí... yo tampoco siento lo mismo. - Tu mentira salió de golpe, aunque por dentro te desgarraba cada palabra.
Ruslana levantó la mirada de inmediato, sorprendida. Había esperado cualquier cosa menos eso.
- Ah... Entonces estamos de acuerdo.
La tensión en su mandíbula, la manera en que jugaba con los anillos en sus dedos... todo gritaba que lo que decía no era cierto.
Pero no lo ibas a admitir. Ni ella tampoco.
- Sí, supongo que sí - Desviaste la mirada, incapaz de sostener su ojos más de un segundo.
Ruslana se recargó en el respaldo, soltando un suspiro largo, como si todo esto fuera un alivio cuando, en realidad, la estaba consumiendo.
- Entonces, qué hacemos ahora? - preguntó, aunque no sabía realmente si quería escuchar la respuesta.
- No lo sé - dijiste con voz baja. Luego, forzándote a sonar más firme, añadiste - Supongo que seguimos adelante. Por separado.
Esa última frase hizo que el aire pareciera más denso. Ruslana apartó la mirada y se quedó en silencio. Sus ojos brillaban un poco, pero se negó a llorar. No iba a ceder.
No podía mostrar que te seguía queriendo más que a nadie.
- Sí. Por separado - repitió finalmente, aunque cada palabra le pesaba como una roca.
Un silencio incómodo llenó el salón. Ninguna sabía qué más decir. Ninguna quería ser la primera en levantarse. Ruslana cerró los ojos por un momento y respiró hondo.
- Bueno, creo que... eso es todo, no? - dijo finalmente, con la voz casi apagada.
Tú solo asintiste, aunque tu corazón gritaba que no querías que terminara ahí.
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RUSLANA Y TN OT2023 | LO MEJOR QUE ME HA PASADO NUNCA
FanfictionTn y Chiara son compañeras de piso después de que tn decidiera ir a Barcelona para estudiar psicología por llevarle la contraria a su padre, un abogado zaragozano de gran éxito.