al borde del colapso

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Ruslana no podía pensar con claridad. La rabia la consumía, y sus pasos resonaban en el pasillo como un tambor de guerra. Cuando finalmente divisó a Salma, charlando con Suzette cerca de las bebidas, todo lo demás dejó de importar. Era como si su cuerpo se moviera por pura ira.

- Salma! - gritó, su voz cortando el aire como un látigo.

Salma se giró lentamente, arqueando una ceja.

- Qué pasa ahora, Ruslana?

Ruslana no respondió. En dos zancadas llegó hasta ella, y sin darle tiempo a reaccionar, la agarró del brazo y la empujó contra la pared. El golpe seco resonó en el pasillo, atrayendo miradas. Suzete, boquiabierta, dio un paso atrás.

- Qué coño te pasa? - escupió Ruslana, su rostro a centímetros del de Salma.

- Pero qué haces!? - exclamó Salma, fingiendo indignación, aunque sus ojos mostraban un destello de miedo.

Ruslana la sostuvo firme contra la pared, sus dedos apretando con fuerza el brazo de Salma.

- Qué me pasa a mí? - repitió, su voz temblando de furia - Qué te pasa a ti, Salma? Te crees que puedes hacer lo que te dé la gana? Encerrarla, acosarla, y encima mentir sobre Kiki? Estás completamente loca!

- Yo no he hecho nada de eso - dijo Salma con voz temblorosa, pero su actitud desafiante no había desaparecido del todo - Todo lo exageráis porque no soportáis que Tn quiera pasar tiempo conmigo.

Eso fue el detonante. Ruslana alzó el brazo, lista para darle un puñetazo, pero antes de que pudiera descargar la rabia, sintió una mano firme agarrándola del brazo.

- Ruslana, para! - exclamó Juanjo, apareciendo de la nada y deteniéndola con todas sus fuerzas.

Ruslana se giró, su respiración pesada y su mirada encendida.

- Suéltame, Juanjo! No tienes ni idea de lo que ha hecho esta tía!

- Claro que lo sé! - gritó él, empujándola un poco hacia atrás para crear distancia entre ambas - Esto no va a solucionar nada, te estás metiendo en un problema enorme!

Salma aprovechó el momento para liberarse del agarre de Ruslana y se apartó, respirando rápidamente mientras se frotaba el brazo.

- Estás loca! - gritó Salma, intentando mantener la compostura pero claramente asustada.

Ruslana trató de avanzar de nuevo, pero Juanjo la sostuvo con firmeza.

- Cállate! La que está loca eres tú - le gritó Ruslana a Salma - Si vuelves a acercarte a Tn, te juro que no va a importarme lo que digan los demás.

Salma no respondió, simplemente se alejó rápidamente, desapareciendo por el pasillo mientras Suzette la seguía.

Ruslana se quedó allí, jadeando, con Juanjo aún sujetándola del brazo.

- Rus, tranquilízate - le dijo él en un tono más suave, aunque su mirada estaba llena de preocupación - Esto no puede seguir así.

Ruslana se soltó bruscamente y pasó una mano por su cabello, tratando de recuperar el control.

- No voy a dejar que le haga daño a Tn - murmuró, casi para sí misma, antes de darse la vuelta y marcharse sin mirar atrás.

Mientras tanto, Salma seguía andando por el pasillo, con Suzete siguiéndola a duras penas. Salma tenía una sonrisa extraña en el rostro, como si el caos recién provocado la complaciera de alguna manera.

- Ves? - dijo Salma con aire triunfal - Esto buscaba. Ruslana ya está fuera de lugar. Tú crees que Tn quiere estar con alguien tan agresiva? Seguro que después de esto se lo piensa dos veces.

Suzete, que hasta entonces había intentado mantenerse neutral, no pudo ocultar más su incomodidad.

- Salma... Creo que te estás pasando. Esto ya no es normal.

Salma se detuvo en seco y se giró para mirar a Suzete, con el ceño fruncido y una expresión de desdén en el rostro.

- Qué has dicho?

- Que te estás pasando. No ves lo que estás haciendo? - repitió Suzete con valentía, aunque tragó saliva al ver la mirada de su amiga.

Salma se inclinó ligeramente hacia ella, bajando la voz, pero cargándola de veneno:

- Suzete. Cállate.

Suzete retrocedió un paso, sorprendida por la agresividad en el tono de Salma. Antes de que pudiera responder, Salma se giró y siguió caminando, dejándola atrás sin más explicación.

Suzete se quedó allí, paralizada, con una mezcla de preocupación y decepción reflejada en sus ojos. No era la primera vez que veía ese lado de Salma, pero ahora empezaba a darse cuenta de que había ido demasiado lejos.

Salma, por su parte, caminaba con paso decidido, su mente maquinando su próximo movimiento. No le importaba lo que los demás pensaran; estaba decidida a que las cosas salieran como ella quería, sin importar el precio.

Juanjo se pasó una mano por el pelo, visiblemente tenso mientras miraba a Martin y Violeta.

- Ruslana ha perdido los nervios - dijo al fin, su voz baja pero cargada de preocupación - Ha estado a nada, literalmente a nada, de pegarle a Salma. Si no la llego a agarrar, no sé qué hubiera pasado.

Violeta abrió los ojos como platos, llevándose una mano a la boca.

- Madre mía... Y Salma? Está bien? - preguntó, aunque su tono mostraba más incredulidad que compasión.

- Físicamente, sí - contestó Juanjo - Pero ya sabes cómo es. Estoy seguro de que va a usar esto en su favor. La he visto hablando con Suzette y no me da buena espina.

Martin frunció el ceño, cruzándose de brazos.

- Dónde está Ruslana ahora?

- Se ha encerrado en un camerino para intentar calmarse. Pero, sinceramente, no sé si es suficiente. Está furiosa, y con razón, pero esto puede salirse de control.

Violeta suspiró, apoyándose contra la pared.

- Y ahora Kiki está igual o peor. Está con Denna, pero no hay quien la calme. Está súper enfadada conmigo porque piensa que estoy de parte de Salma.

Juanjo soltó un suspiro pesado, sus ojos reflejando un agotamiento que no solo era físico.

- Esto no puede seguir así. Salma está jugando un juego peligroso, y está consiguiendo que todos nos enfrentemos.

Martin puso una mano en el hombro de Juanjo, su gesto firme pero tranquilizador.

- Vale, vamos a calmarnos todos un segundo. Juanjo, tú y yo vamos a hablar con Kiki antes de que tenga que salir al escenario. Violeta, puedes intentar hablar con Ruslana?

- Yo? - preguntó Violeta, sorprendida.

- Sí. Quizá no quiera escuchar a nadie ahora mismo, pero tú podrías conseguir que entre en razón.

Violeta asintió con cierta duda, pero finalmente dijo:

- Vale, lo intento.

Juanjo suspiró de nuevo, más aliviado.

- Perfecto. Voy a buscar a Kiki.

Mientras cada uno se dirigía a su tarea, el aire en el backstage seguía cargado de tensión. Nadie podía predecir cómo acabaría esa noche, pero una cosa era segura: la situación estaba al borde del colapso.

RUSLANA Y TN OT2023 | LO MEJOR QUE ME HA PASADO NUNCADonde viven las historias. Descúbrelo ahora