La luz del día entraba por las cortinas del dormitorio, mientras abrías los ojos lentamente, sintiendo que tu cabeza palpitaba con cada rayo de sol. Lo primero que notaste fue el calor familiar a tu lado. Ruslana estaba abrazada a ti, todavía profundamente dormida, con el cabello desordenado cubriéndole la cara y una respiración tranquila que contrastaba con el caos de tu resaca.
No recordabas cómo habíais llegado a tu cama. Lo último que tenías claro era estar sentada en el sofá, riendo por algún reto absurdo. Intentaste moverte, pero el peso del brazo de Ruslana te mantenía anclada.
Después de un rato, lograste zafarte con cuidado y te dirigiste al baño para darte una ducha. El agua fría fue un alivio instantáneo, aunque no suficiente para despejar completamente tu mente. Cuando volviste al cuarto, Ruslana ya estaba despierta, con el cabello revuelto y los ojos entrecerrados.
- Qué hora es? - murmuró, su voz ronca por el sueño.
- Ni idea, pero ya es tarde. Ve a ducharte si quieres, voy a la cocina a preparar algo - dijiste, mientras te ponías una camiseta amplia y unos pantalones cortos.
Al llegar a la cocina, notaste un post-it pegado en la nevera, con la inconfundible letra de Kiki: "Tenéis ibuprofenos en el cajón. Vio y yo hemos salido, iré a la tarde."
Soltaste un suspiro agradecido. Abriste el cajón, tomaste dos pastillas y comenzaste a preparar algo sencillo para desayunar. Unos minutos después, Ruslana apareció en la cocina, con el cabello todavía húmedo y una sudadera tuya que le quedaba un poco grande.
Te sentaste frente a ella y empezasteis a comer en silencio, disfrutando de la tranquilidad después de la locura de la noche anterior. Pero, inevitablemente, las piezas sueltas de lo que había pasado comenzaron a surgir.
- Tú recuerdas algo después de que nos sentáramos en el sofá? - preguntaste, mirando su expresión pensativa.
Ruslana negó con la cabeza mientras mordía una tostada.
- No mucho. Sé que jugamos un rato más, pero después... Todo es un borrón. Aunque - hizo una pausa, como si algo acabara de cruzar su mente - recuerdas cuando te reté a escribirle a Salma?
Frunciste el ceño, tratando de rememorar.
- Sí... Algo así. Pero no llegué a escribirle nada, no?
Ruslana apoyó el codo en la mesa, mirándote con una chispa de interés en los ojos.
- Y si la persona que te mencionó Lucas es Salma?
La pregunta te tomó por sorpresa.
- Salma? Por qué Salma?
- Pues mira, Kiki y Vio se pusieron super nerviosas cuando salió su nombre. Como si supieran algo y no quisieran decirlo - argumentó Ruslana, inclinándose un poco más hacia ti - Y si lo saben, pero lo están ocultando?
Te quedaste pensativa, tratando de conectar los puntos.
- Pero... Salma es hetero, no?
Ruslana soltó una carcajada tan fuerte que casi tira su taza de café.
- Amor, Salma tiene de hetero lo mismo que tú.
El comentario te hizo reír también, aunque intentaste disimular.
- Bueno, pero no creo que sea ella. Nunca hemos hablado. En la vida. Creo que solo le arreglé una camisa una vez, y nunca me ha tocado ni maquillarla ni peinarla.
Ruslana se encogió de hombros, aún sonriendo.
- Bah, será algún chico. Si Lucas lo sabía, seguro es alguien de su grupo.
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RUSLANA Y TN OT2023 | LO MEJOR QUE ME HA PASADO NUNCA
FanficTn y Chiara son compañeras de piso después de que tn decidiera ir a Barcelona para estudiar psicología por llevarle la contraria a su padre, un abogado zaragozano de gran éxito.