Ruslana no esperó. Ni siquiera dejó que la sombra de la duda la detuviera cuando marcó tu número y esperó a que respondieras. La llamada fue breve, tan directa como ella misma. Apenas entendiste por qué te estaba pidiendo que acudieras, pero algo en su tono te hizo levantarte de inmediato.
Estabas con Lucas en un bar cercano, disfrutando de una conversación sin mayor trascendencia. No le diste una gran explicación, solo dijiste que tenías que irte y que hablarían luego. Te acompañó con la mirada, quizá extrañado, pero no dijo nada más.
Cuando llegaste a la cafetería, Ruslana estaba en la misma mesa de siempre, con los codos apoyados y las manos entrelazadas frente a ella. Parecía calmada, pero sabías que solo era fachada. La conocías lo suficiente para notar la tensión en sus hombros y el movimiento inquieto de su pierna bajo la mesa.
Te acercaste, con paso decidido, y tomaste asiento frente a ella. No dijiste nada al principio, dejando que fuera ella quien empezara.
- Gracias por venir - dijo, como si esa fuera la única formalidad que le preocupaba cumplir.
- Qué pasa? - preguntaste directamente, cruzando los brazos mientras la mirabas con cautela.
Rus respiró hondo, como si necesitara reunir valor para lo que estaba a punto de decir.
- Lo del otro día... creo que no fue suficiente.
No supiste si refería al beso, al abrazo, o a las palabras que dijsiteis, pero no importaba. Porque tenía razón. No había sido suficiente.
- No lo fue - confirmaste, aunque esa vez tu tono no era desafiante, sino simplemente honesto.
Ruslana se inclinó un poco hacia ti, como si con ese movimiento quisiera acortar la distancia que aún existía entre vosotras.
- Quiero arreglarlo, Tn. Quiero entender qué nos pasó, por qué llegamos a esto.
Suspiraste, desviando la mirada hacia la ventana. No era una conversación fácil, y mucho menos una que quisieras tener en un bar, pero sabías que no podías seguir evitándola.
- Nos pasó que dejamos de hablar. Que dejamos que todo se convirtiera en un combate, y que dejamos de escucharnos.
Rus te observó en silencio, procesando tus palabras. No intentó interrumpirte, lo que era raro en ella.
- Me cansé de intentar que vieras las cosas desde mi perspectiva - continuaste - Me cansé de que cada discusión fuera un concurso para ver quién tenía la razón en lugar de buscar una solución.
- A mí me dolió que me mintieras por tanto tiempo, y te quedases tan tranquila. Me hiciste sentir que estaba haciendo mal las cosas, que no era suficiente para ti.
Vuestros ojos se encontraron, y por un momento el ruido de la cafetería desapareció.
- Nunca te pedí que fueras perfecta, Rus.
- Pero lo esperaba de mí misma - admitió ella, con una sinceridad que te pilló por sorpresa - Porque contigo quería serlo.
No supiste qué responder a eso. Una parte de ti quería enfadarse, gritarle que no necesitabas perfección, solo a ella. Pero otra parte entendió, por fin, el peso que había estado cargando en silencio.
- Te quiero, Tn. Nunca he dejado de hacerlo. Pero no sabía cómo... - Rus hizo una pausa, buscando las palabras correctas - Cómo amar sin herirte.
- Yo tampoco - admitiste, casi en un susurro.
Ambas os quedasteis en silencio, dejando que las palabras flotaran entre vosotras. Había tanto que decir, tanto que aún dolía, pero en ese momento parecía que, por primera vez en mucho tiempo, estabais en el mismo lugar, dispuestas a intentarlo.
- Si vamos a arreglar esto - dijiste finalmente - tiene que ser desde cero. Nada de rencores, nada de culpas.
Rus asintió lentamente, sus ojos clavados en los tuyos.
- Desde cero - repitió, como si con esas palabras se comprometiera a algo mucho más grande de lo que ambas podíais imaginar.
No hubo promesas vacías, ni gestos grandilocuentes. Solo dos personas intentando encontrarse de nuevo, en medio del caos que habían creado juntas. Y aunque no sabías si lo conseguiríais, sentiste que era posible, y que estaba más cerca que nunca.
Salisteis de la cafetería sin poneros de acuerdo hacia dónde ir. Caminabais sin rumbo fijo, en un silencio que no era incómodo, pero que pesaba de alguna manera. Ruslana metió las manos en los bolsillos de su chaqueta, con la mirada fija en el suelo, mientras tú te esforzabas por juntar las palabras que llevabas atascadas en la garganta desde hacía demasiado tiempo.
Al cabo de unos minutos, fuiste tú quien rompió el silencio.
- Quiero pedirte perdón, Ruslana.
Ella giró la cabeza hacia ti, con el ceño fruncido, como si no esperara esas palabras tan de repente.
- Por qué? - preguntó, aunque su tono no era incrédulo, sino más bien precavido.
Suspiraste, frotándote las manos mientras caminabais.
- Por mentirte. Por no haberte dicho la verdad con lo de Lucas desde el principio. Yo... No quería admitirlo. Ni siquiera a mí misma - Te detuviste y te giraste para mirarla de frente- Pero ahora sí quiero. Porque no aguanto más estar así contigo. Te necesito a mi lado, Rus.
Ruslana se quedó quieta, con los ojos brillando de una manera que te partió el alma. Se pasó una mano por la cara, como si necesitara un momento para procesar lo que acababas de decir.
- Tn... Yo también te necesito... y te debo una disculpa.
- No tienes que... - empezaste a decir, pero ella negó con la cabeza con firmeza, interrumpiéndote.
- Sí, sí tengo que hacerlo. - Rus tomó aire, y sus palabras salieron con un hilo de emoción que te hizo estremecer - Siento cómo te hablé cuando todo empezó a torcerse. Siento haber dejado que mi frustración me cegara. Siento... haber dicho cosas que nunca debí decir.
Bajaste la mirada, pero Rus se acercó un poco más, casi obligándote a mirarla.
- Incluso cuando llegué a plantearme que lo que teníamos solo era algo físico - Se rió amargamente, negando con la cabeza - Qué imbécil fui. Hablar así de algo tan bonito como lo que construimos juntas... no me lo perdono, Tn.
Su voz tembló al final, y sentiste un nudo en la garganta. No era fácil verla así, tan vulnerable, pero tampoco era fácil escuchar las verdades que compartía contigo.
- Rus... - Te atreviste a tomar su mano, aunque al principio fue un gesto torpe. Ella no se apartó. Sus dedos se entrelazaron con los tuyos casi de forma instintiva, como si ese fuera su lugar natural.
- A lo mejor... - dijo, con una sonrisa tímida que no llegaba a sus ojos, pero que empezaba a asomar - A la tercera va la vencida, no?
Te reíste, aunque te temblaban los labios, porque sabías lo que estaba insinuando. Porque tú también lo sentías.
- Eso significa que estamos admitiendo que somos un desastre? - preguntaste, intentando aliviar la tensión con una broma.
Rus esbozó una media sonrisa y se encogió de hombros.
- Significa que somos un desastre que no sabe rendirse.
La risa que compartisteis entonces fue algo rota, mezclada con las lágrimas que ambas tratabais de contener, pero también fue honesta. Cuando Rus te miró de nuevo, había algo distinto en sus ojos, algo más parecido a esperanza.
- Quiero intentarlo, Tn. Quiero hacerlo bien esta vez.
- Yo también - Tu voz salió en un susurro, pero fue suficiente para que Rus apretara un poco más tu mano.
Seguisteis caminando juntas, sin decir mucho más, sin soltaros la mano, dejando que las palabras quedaran atrás por ahora. Pero ambas sabíais que esta vez, por fin, habíais sido capaces de arreglar lo que se había roto.
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RUSLANA Y TN OT2023 | LO MEJOR QUE ME HA PASADO NUNCA
FanfictionTn y Chiara son compañeras de piso después de que tn decidiera ir a Barcelona para estudiar psicología por llevarle la contraria a su padre, un abogado zaragozano de gran éxito.