La tarde estaba tranquila, pero el peso de la decisión seguía flotando sobre ti. Te habías levantado temprano y habías pasado toda la mañana dándole vueltas a la idea. Al principio, había sido solo una posibilidad lejana, algo que ni siquiera te atreviste a mencionar. Pero ahora, frente a la pantalla del ordenador, con el formulario de traslado abierto, sabías que era lo que tenías que hacer.
El sonido de unos pasos acercándose a la puerta de tu habitación te sacó de tus pensamientos. Era Kiki, que siempre tenía una forma de entrar sin previo aviso, como si nunca hubiera necesidad de preguntar si podías hablar.
- Tn? - dijo Kiki, asomando la cabeza por la puerta.
Te levantaste del escritorio y fuiste hacia ella, nerviosa pero decidida.
- Kiki... he estado pensando en hacerlo - comenzaste, mirando a los ojos de tu amiga, intentando que no se notara lo indecisa que todavía te sentías. - El traslado a Madrid, quiero hacerlo. Quiero ir contigo.
Kiki se quedó en silencio durante un segundo, pero fue solo un segundo. En cuanto asimiló lo que acababas de decir, su expresión cambió por completo. Sus ojos se abrieron como platos y, en un parpadeo, una sonrisa enorme se dibujó en su rostro.
- No puede ser! No sabes cuánto me alegra escuchar eso! - exclamó, dando un salto de emoción que casi hizo temblar las paredes. - Esto es lo mejor que podía pasar, Tn! Va a ser genial... tú, yo y Madrid!
Te reíste nerviosa, sintiendo cómo su entusiasmo se contagiaba a ti, pero al mismo tiempo, una pequeña nube de duda seguía sobre ti. Aunque sabías que esta era la mejor decisión para ti, alejarte de todo lo que conocías, de todo lo que te había dado algo de estabilidad, no era fácil.
- Aún me siento un poco mal por Marco - confesaste, mirando al suelo, con la sensación de estar dejando algo atrás. - No sé, siento que tal vez le estoy fallando.
Kiki frunció el ceño, como si no entendiera por qué te preocupaba tanto.
- Marco es tu amigo, lo sabes, y claro que seguiréis en contacto. No vas a perder una amistad por mudarte a otra ciudad, no? - dijo, su tono lleno de convicción. - Es solo un cambio, un nuevo comienzo. Pero tú y él... no lo arruines todo por esto, que le va a dar gusto verte dar ese paso.
Tuve que admitir que Kiki tenía razón. Marco siempre había sido comprensivo, incluso cuando las cosas no eran fáciles. Y aunque sentías que le debías más tiempo y atención, sabías que la distancia no arruinaría lo que tenías con él.
- Lo sé... solo me cuesta. Pero creo que es lo mejor, para las dos. Creo que Madrid puede molar mucho.
Kiki te abrazó tan fuerte que te hizo sentir como si toda la tensión que habías acumulado durante días desapareciera de golpe.
- Pues es lo mejor que podrías hacer, Tn. Va a ser increíble! Y no te preocupes por Marco, ya lo verás. Tú vente conmigo que irá todo bien
Te echaste atrás un poco, mirándola con una sonrisa tímida pero sincera. Sabías que no iba a ser un camino fácil, pero por primera vez en mucho tiempo, sentías que estaba tomando el rumbo correcto.
- Lo haré. Mañana empiezo a preparar todo.
Kiki saltó de emoción de nuevo, y no pude evitar reír al ver cómo su entusiasmo era tan contagioso. Algo en ti se relajó. Aunque el futuro aún estaba lleno de incertidumbre, sabías que no ibas a estar sola. Y en ese momento, eso era lo único que realmente importaba.
- Ya verás! Esto va a ser lo mejor que te ha pasado, Madrid es precioso y genial para vivir
Te dieron el visto bueno en la universidad con el cambio, y tras mirar mil cosas y hablar con muchas personas durante varias semanas, todo estaba listo para marchar a Madrid definitivamente. Cerrasteis la puerta del piso de Barcelona tras despediros por última vez, y de las disteis al casero antes de montar en el coche y partir camino a vuestro nuevo hogar.
No pudiste evitar pensar en tu padre mientras el viaje hacia Madrid avanzaba. Aunque el paisaje cambiaba y el futuro se sentía más prometedor, había algo que te inquietaba en el fondo. Sabías que, a pesar de haber tomado una de las decisiones más importantes de tu vida, tu padre probablemente no entendería del todo la magnitud del cambio.
Sacaste el teléfono y, con una mezcla de nervios y resignación, escribiste el mensaje que habías estado evitando durante días. No esperabas una gran respuesta, pero aún así, la necesidad de compartirlo con él estaba ahí.
"Papá, tengo una gran noticia, voy a Madrid a vivir, ¿qué te parece?"
Lo enviaste y dejaste el teléfono sobre el asiento del coche, mirando hacia la ventana mientras la carretera se deslizaba bajo el sol de la tarde. No sabías por qué, pero sentías que algo en ti esperaba que, de alguna forma, las palabras de tu padre llegaran con una pizca de emoción o al menos algo de interés.
Un par de minutos después, el teléfono vibró. Tomaste el dispositivo con una leve esperanza, solo para leer su respuesta:
"Ok."
Lo miraste un par de segundos, esperando que hubiera algo más, alguna reacción. Pero nada. Solo un "ok" vacío y frío, seguido de una notificación del banco: otro bizum de 300 euros. Sentiste una mezcla de frustración y decepción, como siempre que las interacciones con él se reducían a lo económico, sin más. Te resultaba difícil aceptar que, a pesar de todo, seguía siendo tan distante.
Kiki, que había notado el cambio de tu expresión, te miró desde el volante, sin entender muy bien lo que ocurría.
- Todo bien? - preguntó, sin apartar la vista de la carretera.
Suspiraste, guardando el teléfono y mirando hacia fuera.
- Sí, todo bien. Es solo... que las cosas con mi padre siguen siendo como siempre. Frías.
Kiki asintió, comprendiendo el tono de tu voz.
- No te preocupes, Tn. Él no sabe lo que se pierde.
Te relajaste un poco al escucharla. Aunque sabías que la relación con tu padre seguía siendo distante, algo en ti se calmó al pensar que, al menos ahora, ibas a estar rodeada de personas que sí valoraban lo que significaba este paso. Por lo menos con Kiki pese a las adversidades.
El piso tenía un encanto que no habías sentido en ningún otro lugar donde habías vivido. Era un espacio amplio, lleno de luz natural que entraba a raudales por las grandes ventanas del salón. Los techos altos y las molduras antiguas en las paredes le daban un aire clásico, pero estaba decorado con un estilo moderno que Kiki y tú habíais elegido juntas: muebles minimalistas, colores neutros y algunos toques personales que ya habíais empezado a añadir.
El salón era, sin duda, el corazón de la casa. Un sofá cómodo y grande presidía el espacio, acompañado de una mesa de centro de madera clara y un par de plantas que Kiki había insistido en colocar, asegurando que le daban "vida" al lugar.
Tu habitación era más sencilla, pero igualmente acogedora. Habías decidido colocar en las paredes algunas fotos que te recordaban momentos felices: amigos, conciertos, y una o dos de tus primeros días en Barcelona con Marco y Kiki. Había un escritorio junto a la ventana, desde donde podías ver la calle bulliciosa abajo. El centro de Madrid tenía esa energía constante, esa sensación de que algo estaba pasando en todo momento, y, aunque era abrumador, también era emocionante.
La cocina era pequeña pero funcional, con todos los electrodomésticos nuevos. A pesar de que ninguna de las dos era una gran cocinera, te gustaba imaginar las cenas improvisadas y las charlas nocturnas que llenarían ese espacio. Incluso había una pequeña mesa para desayunar, donde ya te habías sentado esa mañana con Kiki, tomando café mientras veías cómo la ciudad despertaba.
Había algo especial en este lugar, algo que te hacía sentir que el cambio había valido la pena. La vida en Madrid era completamente diferente: más rápida, más ruidosa, pero también llena de posibilidades. Era como si el piso simbolizara un nuevo comienzo, una oportunidad para construir algo desde cero.
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RUSLANA Y TN OT2023 | LO MEJOR QUE ME HA PASADO NUNCA
FanfictionTn y Chiara son compañeras de piso después de que tn decidiera ir a Barcelona para estudiar psicología por llevarle la contraria a su padre, un abogado zaragozano de gran éxito.