RUSLANA Y TN OT2023 | LO MEJOR QUE ME HA PASADO NUNCA

cena de despedida

La luz de la mañana se filtraba por las ventanas del piso mientras tú y Kiki terminabais de meter las últimas cosas en cajas. La mayoría de los muebles ya estaban desmontados, y el eco en las habitaciones empezaba a hacerte sentir que, ahora sí, era real. Estabas dejando atrás el lugar que había sido tu hogar durante tanto tiempo.

- Y entonces? - preguntó Kiki, mientras sacaba con esfuerzo una maleta de debajo de la cama - Qué vas a hacer?

Te detuviste, sujetando un par de libros que habías sacado del estante. Dudaste un momento antes de responder.

- Voy a mudarme con Ruslana.

Kiki se quedó inmóvil por un segundo, antes de asimilar lo que acababas de decir. Después, se giró hacia ti con una expresión entre sorpresa y ligera preocupación.

- Con Ruslana?

Asentiste, sintiendo que tu emoción empezaba a aflorar.

- Sí. Lo hablamos ayer. Ella me lo ofreció, y... bueno, la verdad es que tiene sentido. Su piso está pagado, no tengo que preocuparme por el alquiler, y... no sé, Kiki, creo que podemos hacerlo bien esta vez.

Kiki te observó en silencio mientras recogía un par de cajas más. Sus labios se fruncieron un poco, como si estuviera pensando cuidadosamente en cómo responder.

- Me alegro por vosotras, Tn. De verdad. Pero... no crees que es un poco pronto?

Frunciste el ceño, sin entender del todo su reacción.

- Pronto para qué?

- Para mudarte con ella - Kiki dejó las cajas en el suelo y se sentó en el borde de la cama, mirándote con esa mezcla de seriedad y cariño que tanto la caracterizaba - Mira, entiendo que estés emocionada, y me parece genial que estéis bien, pero hace nada estabais... ya sabes, fatal.

- Ya sé que no ha pasado tanto tiempo, pero esta vez es diferente - Te cruzaste de brazos, defendiendo tu decisión. Sentías que no necesitabas justificarte tanto, pero con Kiki era inevitable - Hemos hablado mucho, Kiki. Nos estamos esforzando por hacer las cosas bien.

- Ya... - Kiki suspiró, alzando las manos en señal de rendición - Supongo que si estás tan convencida, no voy a meterme. Solo... no sé, asegúrate de que estáis realmente preparadas para esto.

- Lo estamos - Tu tono era firme, casi cortante.

Kiki te miró un momento más y luego sonrió.

- Bueno, pues si tú estás feliz, yo también. Además, así ya tenemos plan: las dos abandonamos el piso el mismo día y nos ahorramos historias con el casero.

- Exacto - Sonreíste, sintiéndote un poco más aliviada. Sabías que Kiki solo decía esas cosas porque se preocupaba por ti, pero eso no hacía que su preocupación te afectara menos.

Un par de horas después, mientras desmontabais las últimas cosas de la sala, el timbre sonó. Fuiste tú quien abrió la puerta, y allí estaba Ruslana, con una sonrisa amplia y el cabello ligeramente revuelto.

- Lista para empezar? - te preguntó, levantando una caja vacía como si fuera un trofeo.

- Lista.

Entró al piso y enseguida empezó a ayudar con las cajas. Kiki, al verla, soltó una risa burlona.

- Qué pasa, Rus? Vienes a supervisar o a trabajar de verdad?

- A trabajar, claro - Rus le lanzó una mirada divertida antes de cargar una de las cajas más pesadas - Pero si quieres, también puedo supervisar y criticar. Se me da bastante bien.