Capítulo 20 El Funeral

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"En ésta casa no existen fantasmas, son puros recuerdos de tiempos ajenos, de buenos momentos"

—Tengo sueño, no me quiero despertar —Sam se despertó al ser movido por Martín, al parecer era la hora del funeral.

—¿Te falla un poco la realidad? —Andrómeda se burló de él.

James por otra parte fue subiendo las escaleras del ultimo piso de la mansión a velocidad humana, en cada paso que daba sonaba el taloneo de sus elegantes zapatos en combinación de una vestimenta muy oscura y típica de llevar en un funeral.

—¿Te sientes bien? —James vio a Angel mirando hacia la ciudad desde la enorme terraza de su balcón.

—Si —Angel respondió con seriedad. Al instante le miró a James con sus ojos color carmín, natural para ser un vampiro.

—Ok... hijo —El tío James Baltar estaba intentando ser lo mejor posible una buena figura paterna, cosas que carecía Angel desde su infancia, el cual se intentó ser llenado por él y su mayordomo Martín —. Antes de ir al funeral de la señorita Baker... te llevaré a otro lugar —se mostraba muy pensativo.

—¿A dónde? —lo confundió.

—Te llevaré a la casa de tus difuntos padres —respondió con seriedad.

—Pero... —se quedó muy pensativo, la respuesta lo dejó algo asombrado.

—Lo sé... llevas tanto tiempo evitando el tema, pero creo que ya va siendo hora de que conozcas un poco la historia, quienes fueron y que hacían, se que es mucha carga hacerlo ahora, pero es necesario hijo. Te hará crecer como un hombre —lo miró con seriedad sacando a relucir también sus ojos color carmín, demostrando su naturaleza por ser un Vampiro.

Angel suspira con cierta frustración —, esta bien, no hay de otra —hace una mueca.

—Cualquier cosa, no dudes en decírmela, te veo en el coche —James desapareció en un parpadear de ojos por su tremenda velocidad.

Angel regresó su vista hacía el horizonte estando desde lo alto —. A veces la vida me odia —dijo. Nuevamente hizo una mueca de disgusto, pero se notaba que la tristeza estaba dentro de él, la personalidad de chico rudo no le estaba ayudando en estos momentos. Lentamente lagrimas comenzaron a salir de sus ojos —. No tiene caso destruir cosas, lo hecho ya está —pasó saliva con fuerza.

—¿Acaso estás molesto por mi muerte? —el holograma de Citlaly apareció a lado de él.

—¡Citlaly! —le asombró su presencia.

—Te dije que no lloraras por mí, ¡tonto! —se acercó a él y le limpió las lágrimas, a pesar de ser un simple holograma con la energía vagante de Citlaly, se sintió tan real.

—¿Cómo es esto posible? —no podía creer que el tacto que sentía de ella era real.

—¿No estás feliz por que me aparecí? —su silueta se recargo en el posa brazos de la terraza —, sabía que un día iba a morir, así que mi corazoncito guardó un poco de energía para crear este holograma, lo hice por que te quiero y te amé, ¿lo recuerdas?, ¿recuerdas todas las veces que te lo dije? —las preguntas las hizo con una voz muy dulce y feliz.

—Si, claro... lo recuerdo —sus ojos comenzaron a lagrimar como fuente.

—Te dije que no lloraras, ¡tonto! —hubo pocos segundos de silencio —, pero sabía que no ibas a poder, por que me amas, se que en el fondo me amas.

—Siempre lo hice —Angel estaba aguantándose el nudo en la garganta.

—No pasa nada Angelito, tu llora todo lo que necesites, nunca me olvides, ¿okey? —lo abrazó con mucha fuerza y Angel lo sintió tan real.

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