Despues de pasar la pena en el instituto.

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Llegue a mi casa y aun me sentía muy mal, de lo peor, nada me provocaba e iba al baño en menos de 2 minutos a vomitar y vomitar, pase así unas 6horas después de llegar del colegio. A las 6:30 llego mi madre y padre del trabajo, yo tenía muchos escalofríos y aún tenía ese bendito dolor en la boca del estomago.

-Qué te pasa hija?.- dice mi madre muy preocupada

Me siento muy mal madre, no he parado de vomitar todo el día, me siento asfixiada, me arde inmensamente la garganta, me siento muy débil, tengo mucho frío.

-Vamos a la clínica.- dijo muy decidida

No, qué?, estas loca.

-Respétame soy tu madre, y si vamos a ir.

No, no iré van a puyarme con una de esas inyecciones que usan los médicos para todo.

-Pero será para tu bienestar hija, entiende. No te hagas el rogar vamos.

No mamá, no iré. Acuéstate y relájese, ahora esto se me pasa.

-Mira no más como estas, casi y no puedes responderme.-Dijo ya fastidiada de que yo no cambiaba de opinión.

Pero mamá...

-Nos vamos y ya. Punto y final.- con voz firme anunció.

Papá me cargo y me llevo hasta el auto, no valía ni medio Bolívar, nada, no me valía de mi misma de lo débil y vulnerable que estaba.

Llegamos a la clínica y me pasaron por emergencias. Me atendió una doctora de unos 48 años, de cabello Cataño, con unas cuantas canas resaltantes, vestida muy elegante, y claro con su bata blanca.

-Buenas noches en que puedo ayudarle?.-Dijo la doctora.

Buenas noches, venimos porque la niña se siente mal, no a parado de vomitar, esta deshidratada, no quiere comer, le duele mucho la cabeza y la boca del estomago, se siente vulnerable casi no puede ni hablar ni caminar. -Dice mi padre

-Me dice los datos de la niña por favor.

Claro como no.

Nombre: Mía Hope.
Edad:14
Peso:56kg
Estatura:1,50metros

-Ah ya es casi una señorita.-Dice en tono juguetona la doctora.-Cuando comenzaron los síntomas?.- dijo seguidamente.

Hace ya varios días, pero hoy me dio más fuerte que siempre. Hoy no tolere el dolor.-dije yo.

-Vamos acompáñame.

Seguí a la doctoró al segundo piso, me llevo a una habitación y me hizo acostarme en una camilla, me examino y comenzó a tocarme donde me dolía.

-Por hoy y al menos 2 noches tendrás que quedarte aquí. Tenemos que hacerte unos exámenes y pasarte suero, estas deshidratada.

No, no quiero quedarme.-Dije alterada.

-Cálmate, si tendrás que quedarte, llamare a la enfermera para que tome tus muestras de sangre y te agarre la vía para pasarte suero por la misma.

Qué?, no?. Van a puyarme?, no es cierto. Ya me siento mejor. Pero quiero ir, vámonos.-Lo dije todo muy rápido y despertada.

Tengo que resalta que para esto soy una niña cobarde, siempre lo he sido. Le tengo un pánico enorme a las inyecciones.

-Vamos ya tienes casi 15, y aun te pones como una niña?. No ni las niñas se ponen así.

Bueno no se las demás pero yo no soy igual y no quiero que me puyen.-Dije muy molesta

Llega la enfermera y comencé a llorar como una bebé. Para sacarme las muestra de sangre tuvieron que agarrarme mamá y papá para dejarme, sentí que me iba a desmayar, Eli lo ver la inyección me ponía peor. Y para agarrarme la vía fue aún peor, me puyo unas 3 veces y nada, no me agarraba la vena. Lloré muchísimo, desde que la enfermera entro a la habitación hasta que se fue.

Pase una de las peores noches de mi vida. Por suerte al día siguiente después del medio día me dieron de alta. Los resultado dieron a saber que tengo principios de gastritis, producido por una bacteria que se forma por dejar de comer y poco a poco va deteriorando las paredes del estomago, cómo también forma después del tiempo una gastritis, como es mi caso.
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Ya en casa de nuevo.

Llegando a mi casa lo primero que hice fue acostarme, esa cama de la clínica era dura y no podía dormir como es mi costumbre, boca abajo. Allá tenía que dormir mirando el techo, por lo cual no pude conseguir el sueño y no dormí en toda la noche. De inmediato me quede dormida.

Me mandaron un poco de medicinas, para aliviar los síntomas y dolores fuerte que me daban.

Prendí mi laptop y revise mis redes, tenía varios mensajes en el Facebook entre ellos uno de Sebas preguntándome como seguía. Le conté lo ocurrido, y me dijo que tenía que cuidarme mucho, y hacer caso a todo lo que me había dicho el doctor. Porque aparte de todo elimino de mi cadena alimenticia el 60% de la cosas que consumía a diario.

Después de allí establecimos conversación de como estaba él. Y de otras cosas normales. Hablamos un largo rato y el tuvo que irse. Casi nunca hablamos altas horas de la noche, él tenía que descansar y bueno, yo entendía. Aún así eran los mejores minutos de conversación que establecía con alguien. Cuando las conversaciones eran con él. Me tiene boba ya!

Esta es mi historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora