Esta es mi historia

Parte sin titulo

Meses después.

Ya han pasado varios meses desde aquel 30 de octubre en el que Sebastián me rompió el corazón. No tuve el valor ni la cara para contarle a mis padres lo que ocurrió. Después de 23días le conté a mi madre, me harto que me preguntara por él y como íbamos  porque no salía con nosotros, no tuve opción y tuve que contarle, pero mi padre sigue creyendo que aún somos, salimos y estamos.

Desde aquella vez que prometí no volver a llorar por él ,he cumplido, no he llorado, no he derramado ni una lágrima por él, aunque mi actitud en el instituto demuestre que no me importa verlo con ella, que no me importa que no este conmigo, la verdad es que no lo digo, pero si me duele. La tristeza se me nota hasta en la sonrisa. Los primeros días pasaron como si nada, no pasó nada, no me dolía, no lo recordaba, lo veía como un chamo más.  Al pasar 15 días de aquel incidente, me comenzó a doler, un dolor tan intenso, tan fuerte, me sentía vacía, sin ganas de nada, pero demostrando a todos todo lo contrario.

Estudié mi estado por internet , para mí no era normal que después de tantas cosas a mí no me doliera y yo no llorara por su ausencia. Leí que a eso se le llama colapso mental efectivamente como creí anterior mente, mezclado con depresión, donde la cosas que me afectan, las cosas que me hacen daño las esquivo, y pienso que eso es mentira y no a pasado. La depresión me llevo a creer y pensar que Sebastián y yo seguíamos siendo algo, como siempre, solo que estábamos peleados. La depresión me llevó a creer cosas que no eran ciertas. Y es que para todo el mundo las lágrimas indican que un sentimiento es verdadero, pero es falso, me atrevo a decir que las peores penas se sufren en silencio, como lo que yo hago ahora por ejemplo.

A excepción de una fiesta en Georgia hace pocos días, habían pasó solo 7 días de que estaba en mi colapso mental, ese 7 de noviembres si lo lloré, me emborraché y me fume un cigarrillo en su nombre, hable de él y de cómo me dolía su partida toda la noche. Fabi estaba conmigo, para escucharme, y darme consuelo, ella me acompañó con tragos, pero ella no fumo, solo yo. Ella podía entender claramente cómo me siento, pues Daniels no a sido el mejor novio que digamos. Y ahí estaba yo ahogando mis penas en una botella con un cigarrillo en la mano.

Después de ahí me basto para salir de ese cuadro depresivo. Allí fue donde comencé a extrañarlo, comencé a notar su ausencia, para mí era muy duro, y quería llorar, quería comentarle alguien, que lo extraño que quisiera que este conmigo. Después de tanta cosas no me gusto quedar como enemigos, sin ni siquiera hablarnos, pero así fue como él lo quiso. Donde él hubiera sido sincero, y me hubiera dicho que estaba enamorado de Nesbeinny y no de mi, yo hubiera sabido entender, yo se perder, y no puedo obligar a nadie que este conmigo, y mucho menos podría obligar alguien que me ame. Aún lo pienso y pienso y pienso y no lo puedo creer. Pero en fin yo le di lo que tenía que dar, y pude haber dado más, todo fue tan bonito, tan perfecto, que jamás podré olvidarlo ni a él ni todo lo que pasó y me hizo sentir, a pesar de este final tan trafico yo lo seguí amando, y lo sigo haciendo.

Pero desde entonces no siento ni calor ni frío, no estoy triste y mucho menos feliz, solo siento esa presión en el pecho, me siento vacía otra vez. Estoy en esos tiempos en que gota a gota la mente se agota, pasan los días y apenas lo noto, la rutina es implacable, el mal humor me arropa, y luzco como un don nadie con cualquier ropa. Juro que estoy harta.

Sebastián actúa como si nada, y ahora hace como si no me conociera, pero espero que cada vez que crucemos la mirada, recuerde todo lo que hice y pude hacer por él y le duela.

Yo le di lo mejor de mi, lo ame como se aman pocas cosas. Lo ame más allá de lo imposible, pero él nunca estuvo para mí, sin embargo supo como atarme a él. Un gesto, una palabra que me llenaba de ilusión, tal vez aunque nunca me amo, él necesitaba que yo lo amara. Y no, no me arrepiento, le agradezco porque me dio las noches de insomnio más bonitas de mi vida.

Aunque el me enamoro con mentiras, yo me las creí, y creía en él, gracias a él entendí muchas cosas en la vida, a pesar de todo me enseñó que siempre hay que salir adelante sin importar cuantos problemas tengas, me enseño lo que se siente ser amado, yo creía que le importaba y que en realidad quería realizarse conmigo, todo era muy perfecto para ser verdad. Pero le creí y esos días fueron los mejores, cuanto daría por que se repitieran, porque él fue la oportunidad que se me dio, y que conocí, que sentí, y que al pasar este tiempo con él , hizo que mi vida fuera mejor, porque la pintó de un color que nadie conoce y que solo yo puedo ver cuando estoy con él. Aún recuerdo la primera vez que lo vi, había algo especial en él, en su mirada.

Y aunque ya no sea la misma, y me haya vuelto más cruel y fría, yo jamas podría hacer lo que él a mí me hizo.

Para la mayoría a lo mejor esto fue una perderá de tiempo, pero para mí no, aunque no me dio lo que quería, me enseñó lo que necesitaba, y en su momento fui el ser más feliz del mundo.

Aún guardo en mis ojos, su última mirada porque no eran el color de sus ojos lo especial, era como me miraba con ellos. Y En mis labios guarde el sabor de los suyos, en mis labios guarde su último beso.

Y bueno me resigne, y decidí alejarme porque él me lo dejó muy claro. No me rendí, solo entendí que ya era suficiente. Pero me da rabia lo que me hizo, me molesta tanto recordar lo ocurrido, que incluso eso me hizo recordar una sita del libro que un día ley"sin tetas no hay paraíso" que decía:

Que los hombres todos, sin excepción alguna, especialmente los narcos, políticos, los artistas y los deportistas, incluyendo curas, pastores, místicos, religiosos, profesores de éticas, consejero espirituales, psicólogos, escritores y ancianos decrépitos, eran una partida de hijueputas, mentirosos, lujuriosos, fornicadores, asolapados, cínicos y tacaños, que no podían ser fieles porque una sola vagina los aburría. Que esa es su naturaleza, que cambiarla era imposible, que su poligamismo no tenía remedio.

Y si, vaya que tiene razón pensándolo bien. Pero falta mucho por aprender. Me tocó volar sin alas, decir adiós sin morirme, y renunciar a mi destino para escribir otro.