45.

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Me meto un momentito para colgaros otro capítulo. Me vais a matar jajaj

Muchísimas gracias de nuevo a comentarios y votos!!!!!

Capítulo 45: OMG. (Oh, dios mío, lo que me faltaba)

No me lo puedo creer. Esto es el colmo de mi mala suerte.

-              Hacía tiempo que no nos veíamos.

Observo a la chica con gesto asqueado.

Encima es guapísima.

Tiene una larga cabellera negra y rizada que cae sobre gran parte de su espalda, una figura escultural y unos grandes ojos negros de largas pestañas.

Será imbécil. Qué mal me cae.

-              Hola, Lore.- dice una tercera voz.

Giro automáticamente mi mirada hacia el chico que acompaña a la tonta esa, quedándome de piedra al ver la sonrisa socarrona de Rubén, que no aparta sus ojos de mí.

Pero será mamón…

Voy a abrir la boca para soltar todos los improperios que sé, cuando el brazo firme de Saúl vuelve a rodearme para dar media vuelta.

-              Vámonos.

Aparto los ojos asesinos de la pareja de la muerte y cojo su mano para darle un apretón cariñoso.

Camina a toda prisa fuera del edificio, arrastrándome tras de él. Entra como un rayo en el aparcamiento y se mete en el coche mientras yo jadeo por la carrera. Me siento corriendo cuando oigo cómo arranca el coche. ¿Éste es tonto? ¿Quiere matarme?

-              ¿Saúl, qué…- empiezo, casi tartamudeando.

Callo al ver su gesto insoldable mientras conduce como un loco hacia la carretera principal.

Me mantengo en sepulcral silencio hasta que frena frente a la verja de mi casa.

-              Es quien creo que es, ¿verdad?- pregunto sin mirarle.

-              Sí.

Asiento levemente con un gesto.

-              Esta noche vengo a buscarte.- musita.

Me da la nariz que es la señal de retirada.

Abro la puerta y salgo casi a la carrera del coche sin ninguna despedida, adentrándome con imperiosa necesidad en mi casa y cerrando tras de mí, como si quisiera dejar atrás aquella sombra que me persigue.

-              ¿Lore?

Me apoyo contra la puerta de la entrada, resbalando hasta sentarme con un suspiro sobre el pulido suelo de mármol.

-              ¿Lore?- vuelve a llamarme una voz.

Algo la mirada hacia Júnior, que se acuclilla frente a mí para observarme con sus penetrantes ojos azules. Esbozo una leve sonrisa.

-              Estoy bien.- aseguro.

Apoyo una mano sobre el frío suelo para levantarme cuando unos brazos me alzan con suma facilidad, poniéndome en pie.

-              No hacía falta, tengo piernas.

Roberto me mira fijamente, ignorando mis palabras.

-              ¿Qué pasa?- pregunto, temerosa de su mirada interrogante.

-              Dímelo tú.

La historia de mi penosa vida adolescente: Loretta.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora