52.

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Otro capítulo!!

Bueno, éste creo que os gustará, o al menos eso espero jajaj

De nuevo, muchísimas gracias por leer, votar y comentar.

Un beso!!

Capítulo 52: LA NOCHE.(Mmmmm...)

Lo siento, pero esta noche va a ser LA NOCHE, con todas las letras.

Intento recuperarme del ataque del que he sido víctima, pero vuelvo a estremecerme cuando siento sus manos bajando por mi espalda hasta clavarse con una delicada presión sobre mis caderas, rozando la piel que la camiseta deja al descubierto.

Apoyo mi mano sobre su suave mejilla. Es demasiado perfecto para ser mío, eso está claro. Y yo  hoy voy a ir a por todas.

Sin pensarlo dos veces, poso mis labios ansiosos sobre los suyos con feracidad, como nunca lo he hecho (que yo recuerde). Siento como él responde con igual pasión y presiona una de sus manos sobre mi nuca para juntarme más a su boca; mientras que yo, por mi parte, (y quitando el hecho de estar derritiéndome) agarro su cuello con ambas manos, acariciándolo. Es uno de sus puntos débiles, lo sé.

El beso acaba y guío mis labios al filo de su oreja, rozándolo suavemente con la punta de la lengua. Su boca se centra en mi cuello con una intensidad asfixiante. Creo que me voy a desmayar. Y eso que esto sólo es el principio.

-       ¿Tentando a la suerte, princesa?- ríe contra mi piel.

Adiós a la vergüenza.

Deslizo una de mis manos bajo su camiseta y acaricio con las yemas de los dedos la piel de su espalda, demorándome premeditadamente en cada pliegue de sus increíbles músculos. Tiene un cuerpo de escándalo y, teniendo en cuenta de que es sólo para mí…, habrá que aprovecharlo, ¿no?

Un suspiro sale de sus labios para acariciar la piel sensible de mi cuello.

-       ¿Qué tal si… le damos vacaciones a la suerte al menos por esta noche?

Clavo mis ojos en los suyos para que vea la ausencia de duda en mis palabras y deslizo mi mano por su columna mientras la suya juguetea con el borde de mi camiseta.

La sonrisa socarrona se extiende por todo su rostro.

-       Vaya, mi pequeña e inocente princesita quiere hacer cosas de adultos.

Dios mío, cómo le odio. Es el único que consigue picarme aún más que mi hermano, aunque sabe perfectamente que jamás cerraré la boca ante una provocación suya, no me voy a dejar ganar a estas alturas por un tío, nunca lo he hecho.

-       Vaya, mi pervertido y pederasta novio se está comportando como un gallina total.- imito su tonillo.

¡Chúpate esa, chaval!

Pero, por supuesto, él no es del tipo de personas que se deja dominar (y menos por mí), por lo que espero su ataque en cualquier momento.

Incluso a pesar de estar atenta a sus movimientos, me sorprendo cuando se levanta sin dificultad de la cama, sujetándome fuertemente contra él. Estrecho mis piernas en su cintura para sostenerme, observándolo con curiosidad.

-       Conque gallina, ¿eh?

Abro la boca para asentir, cuando sus labios se apoderan de los míos con feracidad, reclamando cada parte de estos. No creo que llegue algún día a superar no desmoronarme por sus besos, y más si se pone así de… no sé cómo decirlo sin parecer idiota.

Siento sus manos sosteniéndome con firmeza alrededor de mi cintura, impidiendo que me pegue la leche del siglo contra el suelo, por lo que le hecho los brazos al cuello para que no haga él todo el trabajo (que lo hace igual, pero bueno). Las yemas de sus dedos rozan mi piel bajo la camiseta y me estremezco por la caricia.

La historia de mi penosa vida adolescente: Loretta.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora