51.

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Buenas!!! Aquí estoy otra vez,

de nuevo muchísimas gracias por vuestros comentarios y votos, y por supuesto por pasaros a leer; y espero que os guste.

Contestando a algunos comentarios que preguntan cómo se llamará la segunda parte, será algo como "Asquerosamente adulta", y empezaré a colgar cuando termine esta.

Un besito!

PD. A los que decís que os desesperan los personajes, a mí también! jajaja Espero que en este capítulo os gusten más

Capítulo 51: golpes, enfados, besos inexistentes y tonterías varias.(¬¬ No me gusta)

Frunzo el ceño con desagrado.

-              Creo que puedo manejarme solita.- replico.

Ríe entre dientes, rozando la punta de su nariz contra la mía.

-              No lo dudo, pero estarás de acuerdo conmigo en que te manejas mejor si estoy yo contigo, ¿no?

¡¡¡Pero será engreído!!!

La puerta se abre justo cuando clavo mis ojos furiosos en los suyos con intención de insultarle en cien idiomas diferentes con sólo una mirada.

-              ¿Ya estáis haciendo el guarro?

¿Pero por qué me castiga Dios?

-              Cállate, Roberto.- gruño ante la risa del mongolito de mi hermano y del pipa de mi novio.

Panda de niños.

-              ¿Te picas porque digo la verdad?

-              ¿La verdad? ¿Nos ves haciendo algún tipo de guarrería, idiota?

¿Le voy a tener que explicar yo la diferencia entre guarrería y estar normal? Porque sería muy muy deprimente viniendo de él.

-              No las hacéis, pero las pensáis.- sonríe ampliamente.

Voy a borrarle esa sonrisita graciosilla de un golpe.

Saúl, en cambio, se carcajea, encantado de la acusación. Pues a mí no me hace gracia.

-              Payaso…-musito.

Algo choca contra mi estómago con fuerza y bajo la cabeza para ver al que faltaba agarrado a mi cintura. ¿Y a éste qué le pasa?

-              ¿Qué te pica, enano?

Alza sus increíbles ojos celestes hacia mí y me mira con cara perro tristón.

-              ¡No funciona la consola!- grita, histérico.

Suspiro. ¿Y ese es el problema tan grave?

Acaricio su cabeza rubia, ignorando la risita entre dientes de Roberto. No sé porqué, pero me huelo que esto tiene que ver con él. No me extrañaría que le hubiera desconectado los cables para hacer la gracia. Es más crío que él.

La historia de mi penosa vida adolescente: Loretta.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora