Capítulo 25: Rumbo al paraíso. (Hombre, por una vez te voy a dar la razón)
- ¡Lore, ya estás aquí!-grita Bi en cuanto entro en la Terminal.
Mis chicos se están ocupando de mi maleta y esas cosas.
Me río con ella cuando llego a su lado y me da un efusivo abrazo, como si no me hubiera visto en siglos.
Nos soltamos y sonreímos. Madre, qué loca. Miro hacia mi alrededor para ver quien está y mis ojos se paran en un chico sentado en uno de los bancos que me mira con su expresión graciosa.
- ¡Silva!-le saludo.
Se levanta mientras voy hacia él y abre los brazos para que me arrope en ellos. ¡Pero qué le pasa a la gente últimamente, si nos vimos en martes!
Me da un abrazo y saludo también a Hugo, que me pica, dándome golpecitos en la cabeza. Es un asqueroso, pero me cae bien.
- ¡Ya era hora!-exclama otra vez Bi.
Me giro para ver entrar a una sofocada Lena, seguida de la tranquilidad en persona, Leo, y de Alex, que se ríe, bromeando sobre lo estresada que está.
¡Otra vez a saludar! ¡Menudo rollo!
Les doy dos besos a Leo y a Alex y voy a por Len.
- ¿Pero qué te pasa, hija mía?-la digo.
Se sube las gafas y respira profundamente un par de veces antes de contestar.
- Es que creía que llegaba tarde.
Me río y la abrazo.
- Mira ya llegan tus hermanos.-me dice cuando nos soltamos, añadiendo, sorprendida-: Y... ¿ése es tu padre?
Miro a los tres mientras vienen hacia nosotros.
- Sí, ese es mi padre.
Sacude la cabeza como si estuviera viendo mal y vuelve a ponerse las gafas.
- Roberto es igualito a él...
¿Y por eso se pone así?
Mi padre se sienta en un banco con Álvaro al lado y Roberto viene hacia nosotras. ¡Va a desperdiciar la oportunidad él de saludar a Len, vamos! Sigo diciendo que entre estos dos hay filin...
- ¡Hola, Rober!-se adelanta Len.- No te importa que te llame así, ¿verdad?
Madre, qué gente más tonta. Me voy antes de que me lo contagien.
Me giro con un suspiro exasperado y choco contra alguien. Sí, amigas mías, no puedo estar más de cinco horas sin tropezarme con él.
Saúl me mira con sus Raiban puestas y se aparta, dejándome pasar. ¿Hoy es el día nacional de las gafas de sol y yo no me he enterado?
Bueno, la verdad es que yo llevo las mías en la cabeza... ¡Es que hace mucho sol!
- ¡Mi pequeña niña!
Dios, ni siquiera me he dado cuenta de quien estaba delante mía.
- ¡Clara!-exclamo, contenta.
Me da un abrazo fuerte (también debe ser el día de los abrazos) y dos besos con una sonrisa. Parece que hace miles de años que no veía su rostro arrugado y moreno.
- ¿Qué tal te va todo?-me pregunta.
¿Qué decir? Muy bien, me enrollo con tu nieto a diario, nos odiamos y ni siquiera nos hablamos, pero todo me va estupendamente.
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La historia de mi penosa vida adolescente: Loretta.©
HumorLoretta es una adolescente de diecisiete años que vive con sus dos hermanos y su ocupado padre. Es una atípica niña rica y su vida transcurre sin problemas... hasta que un accidente de su mejor amigo, Rubén, y la casual aparición de un misterioso ve...