*Honey*
+ ¿Lo tienes todo? -miré a mi prima, que cerraba la maleta y se ponía de pie, sacudiéndose los vaqueros y mirando su móvil.
+ Ojalá... -y ahí estaba ella, tan dramática como siempre. Me acerqué a ella y le pasé un brazo por los hombros.
+ Sé a quien te refieres, y no te preocupes, ahora hay nuevas tecnologías... Lo llaman internet y teléfonos móviles y sirven para comunicarte con personas, increíble ¿verdad? -esta me dio un golpe en el hombro y se separó de mi sacándome la lengua, cogió su maleta y salió de la habitación.
Mi prima se marchaba ya, volvía a España, mientras que Maya se quedaría dos semanas más. Además, tenía algo preparado y mi prima aún era pequeña para salir tanto, necesitaba volver, estar con su familia y estudiar.
Cuando bajé ya estaba preparada para marcharse, esperando por mi y por Cameron, que la llevaríamos al aeropuerto.
+ ¿Estás segura de que no puedo quedarme?
+ Paula, llevas ya aquí suficiente, volverás, pero más adelante. ¿Te has despedido ya de todos?
+ No... de todos no, pero si no ha venido, es porque no ha querido. Vayámonos.
Hayes, se refería a Hayes. Habían estado muy unidos el tiempo que ella había estado aquí, bueno, habían estado muy unidos desde que se conocieron. Y él no ha aparecido en todo el día, sabiendo que ella hoy se iba, ni una llamada, ni un mensaje. Miré a Cameron y éste se encogió de hombros, haciéndome entender que no sabía nada de él.
Nos dirigimos hacia el coche, subimos sus cosas y nos montamos. En el largo camino que llegaba hasta el aeropuerto Paula no abrió la boca ni una sola vez, mirando seria hacia la ventana, cuando no estaba mirando su móvil.
+ Bueno, ya hemos llegado -dije bajando del coche. Me costaría separarme de mi prima, adoraba estar con ella.
Cogimos sus cosas y la acompañamos hasta el control.
+ Bueno enana, hasta la próxima -le dijo Cameron mientras la rodeaba con los brazos, besando su pelo. Ella le sonrió y se separó, mirándome a mi con los ojos ya empañados. Me acerqué a ella y la abracé, hundiendo mi cara en su pelo.
+ Pronto nos veremos -al separarme vi como lágrimas empezaban a caer de sus ojos, y al abrir la boca para hablar de nuevo empecé a llorar yo también. Volví a abrazarla, esta vez sin querer soltarla.
+Oh, vamos chicas, vais a veros pronto -dijo Cameron uniéndose a nuestro abrazo, cosa que nos hizo reír. Me aparté del abrazo secándome las lágrimas. Levanté la mirada y no pude evitar sonreír.
+ Creo que tienes algo para ti -mi prima me miró confusa, mientras yo le señalaba a sus espaldas. Se giró y se tapó la boca con ambas manos. Viniendo hacia nosotros, bueno, hacia ella, venía Hayes, con un precioso oso de peluche y una pequeña cajita en las manos. Mi prima corrió hasta él y lo abrazó, casi tirándolo al suelo.
+ Es mejor que dejemos que se despidan, vamos -dije yo, tirando de la mano de mi novio.
+ Que bonito el amor adolescente... -dijo dramáticamente mientras salía del aeropuerto.
+¿Eres tonto?
Conducimos de vuelta a casa, mientras casi me quedo dormida por el largo viaje, cuando el coche se detuvo. Me desperecé y miré por la ventanilla.
+ Eh...Cam, ¿dónde estamos? -él sonrió y se bajó del coche. Me había llevado a una carretera completamente desierta, parecía que no había pasado nadie por allí en años. Desabroché mi cinturón y me bajé, acercándome a un sonriente Cameron.
+ ¿No decías que querías aprender a conducir una vez estuvieras fuera de España, porque allí no te gustaba nada? -me quedé mirándole sin saber que decir.
+ Cam... eso se lo comenté a... ¿Taylor? Uno de los primeros días que pasamos todos juntos en España, ¿como...?
+¿Me acuerdo? Quizá te prestaba más atención de la que tu creías -sonreí y me acerqué a él, dejando un pequeño beso en sus labios, y seguí sonriéndole sin separarme de él.
+Siendo adorable no te vas a librar de ésta -se dirigió hasta el asiento del copiloto y esperó hasta que yo ocupara el asiento del piloto. Suspiré y me metí dentro, asustada. Siempre había pensado que conducir se me iba a dar fatal, y no estaba preparada. No sabía absolutamente nada.
+ Bien, empecemos...
Después de una desastrosa clase, en la que acabamos los dos riéndonos como locos, debido a que choqué el coche con el único cubo de basura que había en 4km, decidimos que hasta ahí la clase de ese día.
+No ha ido tan mal... -decía Cameron mientras aparcaba en casa. Golpeé su brazo al ver que contenía la sonrisa. Entramos en casa, en la que se oían ruidos.
Hayes ya había llegado a casa, aunque no parecía muy animado. Nash estaba sentado en el sofá hablando con una chica, la cual no conocía, sentada a su lado estaba Leyre, mirando la tele distraída.
+ Hola -dije sonriendoles a todos, la chica que hablaba con Nash me miró. Era rubia, de piel morena y ojos azules. Me devolvió la sonrisa, algo cohibida.
+ Honey, esta es Sofia -dijo señalando a la chica rubia que tenía a su lado.
+Encantada Sofía -ésta se levantó y me dio dos besos, volviendo enseguida al lado de Nash, quien la miró sonriendo.
+ Bueeeno, nosotros nos vamos para arriba, buenas noches -dijo Cameron subiendo las escaleras, seguido por mí.
+ ¿La conoces?
+ ¿A Sofía? -asentí y él empezó a hablar mientras se cambiaba de ropa.
+Sí, es amiga de Leyre. Nash y ella siempre han estado muy unidos, pero para Sofía él es algo más, mucho más. Creo que lo saben todo el uno del otro, y por muchas veces que Nash la cague, Sofía siempre está ahí para él, llega a ser hasta enfermizo, porque ella vive más por él que por ella.
+ Vaya...
+ Sí... cuando se enteró de lo de Marie, pasó unos días muy malos, pero ahora parece que todo entre ellos está bien de nuevo. Pobre Sofía, aveces Nash se lo hace pasar muy, muy mal.
Salí de la habitación para ir a buscar mi portátil al salón, pero me detuve en las escaleras. No había rastro de Leyre, en el sofá ya sólo quedaban Nash y Sofía, riendo, mientras intercambiaban más que palabras.