-Henar-
Me dolía muchísimo la cabeza, no tenía ganas ni siquiera de abrir los ojos, pero lo hice. ¿Dónde estaba? ¿Esto es una habitación de hospital? miré a los lados y empecé a ponerme nerviosa, ¿que hago yo aquí? tenía vendas en los brazos, una en el pecho y en la pierna derecha. Empecé a centrarme en que me dolía todo el cuerpo y me mareé al intentar sentarme.
-Eh, Henar, no te levantes- oí la voz de Johnson al otro lado de la habitación, se había levantado y se puso a mi lado. -¿Cómo te encuentras?- Fatal, me duele absolutamente todo y la cabeza me va a reventar, tuve..tuve un accidente ¿no? no me acuerdo mucho de eso, pasó muy rápido...- estaba agotada y apenas podía recordar lo que había pasado, sólo se que tuve el acciente -Henar.. llevas 1 año en coma- mis ojos se abrieron muchísimo, mi pecho empezó a subir y bajar de una forma que asustaba pero entonces lo vi riéndose, juro que este tío es gilipollas -tendría que haberte grabado, la cara que pusiste fue un poema enserio- decía mientras no paraba de reírse -que suerte tienes de que esté aquí llena de tubos y sin poder moverme Johnson- terminó de reírse y me miró ahora un poco más serio -ahora enserio Henar, llevabas 4 días sin despertarte, estábamos preocupados por ti, porque nos decían que estabas estable y mejorando pero no abrías los ojos.. Jack y Honey han pasado las noches durmiendo contigo y han venido los chicos a verte- eso explicaba que la habitación estuviera llena con globitos, flores y peluches -¿y comida? no me han traído comida.. -Henar, no estabas despierta, y en el caso de que te hubieran traído comida, Hayes se la hubiera comida toda- los dos reímos -tienes razón.
Después vino a verme mi hermano, siempre nos habíamos llevado bien pero no era de esos chicos que mostraban mucho sus sentimientos, pero esta vez me había hecho ver lo preocupado que había estado por mi, me abrazó y me dijo que no le diera nunca más esos sustos. Se sentó conmigo y se puso a contarme tonterías para distraerme y que ese maldito dolor se fuera de mi mente. Así pasé todo el día, los chicos iban viniendo a verme. Pasé como dos horas hablando con Matt de cosas rarísimas, me encantaba hablar con él, es esa clase de personas que te sacan conversación hasta de las piedras y hace que las horas se vayan volando. Vinieron a verme mis padres, más preocupados de lo que deberían pero no los juzgaba, a su hija le habían atropellado.. si es que lo que no me pasara a mi.
No tenía sueño, pero cerré los ojos, estaba agotada psicológicamente y no sabía ni siquiera el por qué. A los 5 minutos noté la cama hundirse y la voz de mi mejor amigo quejarse.
-Hazme un sitio enana- sonreí automáticamente y me aparté abriendo los ojos -me has dado un susto de muerte, no vuelvas a hacer eso- ¿El que? ¿ser atropellada? lo intentaré -nos reímos, él estaba tumbado a mi lado en la cama con un brazo alrededor de mis hombros. Adoraba la relación que tenía con él, era como mi hermano- estaba claro que si a alguien le iba a pasar esto, sería a ti, no puedes evitarlo- le golpeé en el hombro, adoraba reirse de mi- no seas malo conmigo hoy Alexander, ¿no ves como estoy?- me fulminó con la mirada al oír su segundo nombre y me abrazó más fuerte -enserio, estaba muy preocupado por ti enana, cuando me enteré de que estabas aquí en el hospital no sé que se me pasó por la cabeza, sólo quería estar aquí lo antes posible, verte y que me dijeran que estabas bien- le sonreí y apoyé mi cabeza en su hombro. Pasamos el resto del tiempo que estuvo a mi lado sacándonos fotos estúpidas y riéndonos, me trajo algo de comer y se fue de allí porque venía a verme Honey.
Ella repitió lo que hizo Cam, se tumbó a mi lado en la cama, pero ella casi se pone a llorar al verme porfin despierta y sonriéndole. La conocía poco pero sabía que era muy sensible.
No tenía mucho que contarme, ya que estos 4 días se los había pasado casi en el hospital como los demás, así que se puso a contarme cosas de España y de su antiguo instituto, aunque de eso no me contó demasiado, no parecía entusiasmada.
Llegó la hora en la que tenía que irse, me besó la cabeza y se bajó de la cama.
-Casi se me olvida, Henar, alguien vino a verte y me dejó esto para ti, mañana hablaremos de esto ¿vale? primero quiero que lo leas, tú decidirás si quieres que te lo cuente o no, adiós- volvió a despedirse y me dio una hoja doblada. Cuando salió de allí la abrí, ya podía ser importante para tanto misterio.
"Hola preciosa, espero que cuando Honey te de esto estés mejor, bueno, sé que lo estarás, tú eres increíblemente fuerte, aunque muchas veces pienses lo contrario. El que no soy fuerte soy yo, más bien soy un cobarde. Cuando supe lo que te había pasado me asusté tanto que no supe que hacer, así que vine. Estuve aquí hasta ayer, pero me dijeron que te estabas recuperando y que probablemente despertarías pronto. Me asusté. Te veías tan preciosa incluso dormida, aunque odiaba verte así. No podía dejar de mirarte y de preguntarme un millón de cosas. Lo siento, repito, soy un cobarde, me asusté y me fui antes de que pudieras darte cuenta de que yo estaba ahí junto a ti. Quizá algún día te cuente por qué soy tan cobarde, aunque no haya una razón válida para dejarte otra vez. Lo siento, sé que no basta con esto pero lo siento.
Shawn"
Una lágrima recorrió mi cara, me aferré a aquella nota y cerré los ojos muy fuertes, casí obligándome a dormir para no tener que pensar.