Amigos

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Hipo

Todo salió mejor de lo que esperaba. Quiero decir, incluso la casa esa de terror me ayudó mucho hoy. Mérida esta feliz. Y yo también.

- Pasan de las 12 -me dice-. Creo que deberíamos volver.

- Supongo que sí -admito, y comienzo a caminar hacia la salida.

No escucho su voz en lo que resta del camino, pero puedo ver que está contenta. Desde mi altura puedo verla perfectamente, y creo que está ruborizada ligeramente.

- Gracias -su comentario me toma por sorpresa-. Me la pasé bien.

- Igual yo -respondo, metiendo mis manos a los bolsillos del pantalón-. ¿No tienes frío?

Niega con la cabeza, y se detiene con una sonrisa en el rostro mientras señala algo a lo lejos con el dedo.

Me vuelvo hacia la dirección apuntada t veo a mi gato.

- ¡Chimuelo! -grito mientras corro hacia él.

Lo tomo antes de que corra y se escape y lo aprisiono junto a mi pecho.

- ¿Qué haces aquí? -pregunto un poco molesto-. Debías quedarte en el cuarto.

-¿Por qué Chimuelo? -me pregunta.

- Es un bebe y todavía le faltan unos dientes -le explico-. Cuando crezca no le quedará el nombre.

Se alborota un poco y brinca a los brazos de Mérida.

- Hola amiguito -le dice-. Cuánto tiempo.

Comienza a rascarle atrás de la oreja; su punto débil. Y se queda acurrucado en sus brazos.

- ¿Cómo llegó hasta aquí? -digo, confundido.

- Probablemente vino a buscarte -responde Mérida.

Asiento, y continuamos caminando hasta llegar a la zona habitacional de la universidad.

Hace un frío agradable que indica el cambio de estación. Este aire yo lo sentía todos los días en Noruega a medio día.

Recorremos el camino con pasos continuos pero largos, y llegamos en cuanto menos me lo espero.

- Bueno, aquí nos separamos -me dice.

Asiento, y me entrega a Chimuelo. Se da la vuelta y empieza a caminar.

- Oye -le digo, nervioso-. ¿Qué soy yo para... Ti?

Se queda un minuto callada, pensando la respuesta. Ni si quiera yo me había hecho la pregunta. ¿Mérida y yo? No le llamaría a lo nuestro algo más que amigos, porque ni si quiera yo sé exactamente lo q–

- Mi amigo -responde sin más.

Y en eso, una mezcla de hojas secas y frío recorren nuestro cuerpo y nos envuelven.

De repente, una lagrima sale de su ojo izquierdo. Le tiemblan las piernas, y, en su cara noto debilidad. Camino a ella, y otra mezcla de aire frío nos envuelve.

SCHOOL DAYS [Mericcup/Jackunzel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora