Nuevo Estudiante

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Mérida

Lunes. Tenía que ser lunes...

Cuando entro al salón, veo los lugares disponibles; dos al fondo en la esquina y uno hasta el frente. Ni loca; hasta atrás.

Esquivo a los compañeros -cuyos nombres no me apetece memorizar-, y finalmente me aplasto en mi asiento, en espera de que el profesor entre por la puerta y comience a dar su aburrida clase.

Todos hablan en susurros y murmullos. Apenas los escucho, y la verdad, ni me interesa.

El maestro deja su portafolio en su escritorio y saca dos papeles. Se para al centro de la clase y nos pide silencio.

Cruzo los brazos bajo mi pecho, indiferente. Creo que dará un anuncio.

-A ver. Su atención -se acomoda los anteojos y mira los papeles con dificultad-. Tenemos un nuevo estudiante, que se integra a nosotros el día de hoy.

La puerta se abre, y lo primero que veo es el cabello café. Y los ojos verdes... Los ojos verdes que me cautivaron anoche.

Lo veo... Frente a mí... ¡A ése bastardo! Lanzó un jadeo entre cortado. Me sorprendo.

- Tú -decimos al unísono en voz baja.

Ambos nos hemos percatado de nuestra existencia. El profesor le pide que se presente.

- Yo soy Hipo -dice, alegre, casi en tono divertido-. Lindo nombre, lo sé -todos lanzan pequeñas risaditas-. Pero no es el peor. De donde vengo los padres creen que ponerle nombres raros a sus hijos asustará a los gnomos y a los trolls.

Una chica levanta la mano.

- ¿De dónde eres? -pregunta, tímida.

- De Noruega -se limita a sonreír, y siento como la cara se me pone roja-. Tenemos tradiciones vikingas.

Oh, ahora resulta que es un vikingo.

La chica asiente, mientras se hunde en su silla por la vergüenza. Ese tonto sí que es guapo.

- Me gusta construir, armar y diseñar -dice mientras hace movimientos con las manos-, por eso elegí esta carrera. Aunque dicen que las chicas de aquí son muy lindas.

Todos ríen, y me percato de que me ha mirado a mí cuando dice lindas.

Volteo los ojos y miro a la ventana. Este tonto me va a causar problemas aquí. Es peor que Jack...

- Hipo, ¿Me permites hacerte una pregunta? -dice el profesor.

- Claro.

- Mencionaste que venias de Noruega, y que tenias tradiciones vikingas. ¿Entonces tus antepasados son...? -se queda callado, encontrando la palabra correcta mientras hace ademanes con las manos.

- ¿Bárbaros? Sí -continúa, con naturalidad-. Corre sangre bárbara y vikinga por mis venas.

El profesor parece avergonzado. Esta claro que no quería decir esa palabra. Para finalizar, le pide que tome asiento.

Perfecto. Lo que faltaba.

Camina lento pero confiado hacia mí mientras me lanza una mirada asesina. ¡¿Que carajo hace él aquí?!

Se sienta, y percibo el aroma de un perfume suave. Su ropa huele a limpio, a fino. Pero odio al chico. Lo odio.

Acomoda sus cosas mientras el maestro empieza a dar la clase. Se cruza de brazos y me mira, con la mirada relajada y una sonrisa en el rostro. Hipócrita.

-Hola, nena -me dice en voz baja. Apenas puedo oírlo-. ¿Tomaste un resfriado?

-Cierra el pico.

Ríe entre dientes y vuelve su mirada al afrente.

-Es culpa tuya por robar.

-Yo no te robé nada -digo, un poco mas alto del que esperaba. Miro al profesor; no nos ha escuchado-. Yo no robé nada, ¿entiendes?

-Sé que no fuiste tú. Fue tu amigo ladronsuelo.

El gato....

-Ese gato no era mío.

Se ríe suavemente en voz baja.

-Oh, una doble mentira -me dice mientras escudriña mi rostro-. Lo vi, pelirrojita, en tu ropa de ayer. Tenias rastros de él en tu camisa. Olías a gato.

....¡¿QUÉ?!....

-Tú estás loco -le digo ya mas molesta mientras me vuelvo al frente. No me había percatado de que no dejaba de mirar su rostro.

-Con todo respeto, señorita, no soy yo el que habla con gatos.

...

¡Aaaaaaaaa!

SCHOOL DAYS [Mericcup/Jackunzel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora