Pesadillas

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Mérida

Jack me ha dicho que Hipo ha estado actuando un poco extraño en las noches. Piensa que pueden ser los trabajos, pero, yo le digo que no porque, bueno, ambos sabemos que él termina todo antes de tiempo. ¿Entonces qué pasa? Debo hablar con él. He querido hablar con él desde hace días, y no he podido porque he tenido varios trabajos atrasados qué entregar. Creo que la última vez que hablamos fue hace casi una semana...

En las clases lo noto un poco menos atento que antes, y cuando Jack se acerca a saludarlo y le da palmadas en la espalda, Hipo se retuerce como si le doliera. Han comenzado a salirle ojeras, y tarda mucho en contestar mis mensajes... ¿Qué tendrá? ¿Estará molesto o algo así?

Sea como sea, debo disculparme con él, arreglar cosas y terminar todo antes de que lleguen las vacaciones de invierno, o si no, no podré estar a gusto disfrutando los días festivos.

Y creer que todo iba tan bien al inicio del ciclo... La universidad no es tan fácil como creía.

Los días de invierno y frío han comenzado, y las bajas temperaturas se aferran cada vez más a nosotros como una especie de imán. Esta ciudad es como un árbol, siendo azotado por el frío viento de diciembre, y por alguna razón, siento que seré la primer hoja que será derrotada por el frío.

Mi madre llega en cuatro días. Los de Rapunzel llegan mañana, los de Honey en dos días, y los de Gogo llegan hoy por la noche. Si no mal recuerdo, la mayoría de los padres ya están aquí. El padre de Hipo se está quedando en la casa de Valka. Obviamente. La tía de Tadashi se quedará en su casa, atendiendo la cafetería, los padres de Fred no vendrán, y al parecer los tíos de Eugene no podrán venir. La madre de Jack también llega hoy.

Mi teléfono suena al instante. Hablando del rey de roma...

- Hola, tonto -digo.

- ¿Qué hay chica en llamas? -lo dice más como frase que como pregunta.

- ¿Puedes venir? -pregunta Jack-. Hipo está un poco extraño.

- ¿Dónde está? -pregunto mientras me pongo de pie.

Decirnos "hola, ¿cómo estás?" Era algo que quedó en el olvido entre nosotros. Habíamos tomado tanta confianza, que cuando era una emergencia, o algo por el estilo, lo decíamos directo. Sin más ni menos. Es más sencillo para todos.

Claro, no perdíamos la cortesía y la amabilidad.

- En la casa -contesta. Parece un poco alterado-. En su cuarto, no ha salido en días.

- ¿Ha comido algo? -sigo diciendo.

- No desde ayer en la tarde...

Maldición. Esto me pasa por no estar al pendiente de Hipo, por querer dejarlo todo a parte, y por haberme olvidado de lo que en serio es importante. Se me hace un nudo en el estómago.

- Voy para allá -le digo, y cuelgo.

*****

Toco la puerta del cuarto de Hipo. Traigo una de mis blusas favoritas y no sé por qué. Digo, no es una ocasión como para ponérmela, pero hoy quise.

SCHOOL DAYS [Mericcup/Jackunzel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora