Mérida
Hipo llega cinco minutos antes, con el cabello todavía húmedo y la espalda ligeramente mojada por causa de las gotitas que le caen de los mechones de pelo. Creo que se ha bañado a prisa.
- ¿Lista? -pregunta, entusiasmado, jadeando un poco.
- Claro que sí -le digo sonriente, y ambos nos metemos en el bosque.
Durante los primeros diez minutos no hacemos nada más que hablar de lo que hemos hecho durante el día, y del cuarto que ha encontrado gracias a Chimuelo. Luego, con uno de sus brazos me acerca a él con cuidado, y ambos terminamos muy juntos. Puedo sentir el calor agradable y reconfortante que emana su cuerpo, como si lo estuviese compartiendo conmigo. Luego, una oleada de frío proveniente del lado este del bosque me hace sentir en mis pulmones el suave y dulce aroma de Hipo. Me encanta.
- ¿Sucede algo? -pregunta al cabo de un rato-. Has estado muy callada.
- Solo estoy pensando... -admito.
- ¿En qué? -parece mostrar interés.
- Cosas -modifico mi respuesta al instante-, ya sabes. La escuela, vacasiones, padres. Son, varias cosas, de hecho.
- Pienso que debes dejar de preocuparte tanto por cosas que no te corresponden -me dice, sin mirarme-. Porque te conozco, y sé que sueles hacer eso.
Si tan solo fuera mentira, le hubiera respingado. Pero no, porque ambos sabemos que tiene la razón, así me hundo mis manos en los bolsillos de mi sudadera y continuamos caminando.
- ¿Sabes qué? -me dice, un poco divertido.
- ¿Qué?
- No cepillé mis dientes por nada -se queja.
- ¿A qué te refieres? -pregunto confundida.
- A que los lavé muy bien con un motivo en específico -admite.
- ¿Y cuál e—
Me jala de la sudadera y me pega lo más que puede a su cuerpo, mientras me da un tierno y suave beso en los labios. Me quedo en shock unas milésimas de segundos, y no es hasta que mi mente vuelve a funcionar, que mis brazos reaccionan y le envuelven su pequeña cintura. Siento el sabor a pasta en sus labios. Ja, sí que los ha lavado bien.
- Bien -me dice mientras se separa de mí-. ¿Los lavé bien o qué?
- Yo diría que los lavaste de más -bromeo entre risas.
- ¿Ah, sí? -me toma de la cintura y me da una vuelta que me hace terminar colgando de su brazo.
Me río al instante, y cuando me endereza, me vuelve a besar...
*****
Al cabo de un rato más, damos con el prado y avanzamos hacia la casa. Intento ocultar mi miedo y lo remplazo por pequeños espasmos de frío que me dan cuando una ráfaga de aire nos envuelve. Hipo luce normal, como si nada... Como si supiese lo que hay dentro. Pero en sus ojos veo una chispa peculiar que lo distingue de ser Hipo a ser Hipo: curiosidad.
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SCHOOL DAYS [Mericcup/Jackunzel]
RastgeleLos días de escuela han comenzado, y con ellos, un nuevo romance entre Mérida e Hipo, Rapunzel y Jack, Anna y Kristoff, Elsa y Eugene. ¿Qué les espera a este grupo de amigos en la universidad? ~>Derechos de portada a la maravillosa y súper talento...