Guitar Master 3

275 37 5
                                    

Mérida

Han pasado varios días. Tantos, que incluso dejé de contarlos después del octavo. Y las competencias son en dos días. En dos días inician.

- ¡RAPUNZEL! -le grito alterada.

Entra casi al instante, con un pincel en la mano y un pedazo de pan en la boca. Me causa tanta gracia, que suelto una carcajada muy ruidosa.

Entrecierra los ojos, molesta, y se acomoda el pincel detrás de la oreja y toma en pan con su mano.

- ¿Qué?

- Dos días -digo, ya relajada.

Asiente. Sabe lo que quiero decirle, y me pide que la acompañe a su habitación. Entro, y me muestra una bolsa negra. La abre con cuidado y me entrega una playera negra.

- ¿Qué es esto? -pregunto, pero la extiendo al momento-. Caray...

Es el uniforme del equipo. Y luce increíble. No puedo creerlo; está mejor de lo que creí, y la tela es más suave y cómoda de lo que Rapunzel me había dicho.

- ¿Te gustan? -pregunta nerviosa-. Iba a mostrártelo antes pero lo olvidé por completo.

- Están increíbles -respondo casi sin voz.

No puedo hablar, ni si quiera pensar bien. El nuevo uniforme está súper genial y... ¡Asombroso! Lanzó un grito de emoción y me lanzo a abrazarla.

*****

- Iré a correr un poco -le digo, pero toma del brazo rápidamente y me detiene.

- No -su tono de voz es serio-. Ya hiciste mucho ejercicio. Descansa.

- ¡Ah! -me quejo-. Sólo hoy. Mañana quiero dormir todo el día.

Niega con la cabeza. Y entonces me rindo; no tiene caso seguir alegando con ella, pues ya se lo que va a decir.

- Bueno -intento usar psicología inversa-. Entonces estaré lo que resta del día jugando Guitar Master 3.

Me aplasto en el sillón y enciendo la consola mientras tomo la guitarra y comienzo a subir y a bajar la palanca al ritmo de la música. Sé que ése ruido molesta a Rapunzel.

La partida comienza, y la miro. No está haciendo nada, al contrario, está moviendo la cabeza al compás del ritmo.

¡Aah! Quiero salir de la casa. Odio estar aquí todo el día sin hacer nada.

- Llamaré a Gogo para que venga a jugar contigo.

Lo dice como si fuese su hija pequeña. Pero no estaría mal que Gogo viniera. Digo, sólo ella me hace más o menos una buena competencia cuando jugamos, pero se rinde fácilmente. Y eso hace que el juego se haga aburrido.

Durante un rato no escucho su voz, pero luego, casi después de media hora, camina a mí y me mira directamente a los ojos.

- En diez minutos darán las dos de la tarde -explica-. Tengo que ir a comprar unas cosas a las orillas de la ciudad, y quizá tarde un poco. ¿Vienes?

SCHOOL DAYS [Mericcup/Jackunzel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora