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Jack

Mi relación con Elsa no va muy bien, o al menos eso siento yo. He llegado a pensar.... Qué tal vez ni si quiera estaba enamorado de ella. O que... Ninguno de los dos sabía exactamente bien lo que hacíamos.

Quizá fuimos demasiado rápido.

Pero bueno. ¡Encontré una vieja gorra que amaba! Firmada por un famoso jugador de baseboll. Como sea, ¿dónde están Hipo y Kritoff? Se perdieron en la mañana y no han regresado, y quiero presumirles la gorra. ¡Es que es tan bella!

El día está lluvioso, probablemente se les atoró un problema. Tengo ganas de jugar, así que subo las escaleras y me dirijo al cuarto de juegos; Fred compró hace poco un nuevo videojuego. Ji, ji. Quiero ser el primero en estrenarlo.

- ¡Eugene! -grito-. !Ven!

Ya quiero ver qué nueva historia trae el disco; ¿rescatar la última ciudad del mundo? ¿Salvaguardar los prisioneros alienígenas de algún mundo lejano? ¡Hyy! ¡Qué emoción! ¡Ya quiero ver a los personajes!

- Miu -escucho.

Vuelvo mi mirada hacia abajo. El gato de Hipo acaba de entrar a la sala. Cada vez que lo veo está más grande.

- Hola -le digo, acariciándole las orejas.

Enciendo el televisor, cuando de la nada, el gato comienza a tirar de mi pantalón. Lo ignoro, pero poco a poco comienza a jalar con más fuerza y a maullar mucho, en un volumen alto.

- ¿Que quieres? -preguntó alterado.

Como si pudiera responderme...

Maúlla con más fuerza, caminando hacia la puerta. Ha de tener hambre, o ha de querer hacer del baño y no puede. Maldito Hipo, dejando su mascota a la deriva.

- Ya voy, ya voy -le digo, levantándome.

Me topo con Tadashi en cuanto salgo. Trae una vieja chamarra que creía en el olvido. Le sonrío de oreja a oreja.

- ¡Hola! ¿Qué haces?

- ¿Has visto a Hipo? -me pregunta, un poco nervioso-. ¿O a Kristoff?

- No desde la mañana -respondo.

- Si los ves -da media vuelta, abriendo varias puertas-. Avísame, por favor. Valka quiere hablar con su hijo.

Asiento con la cabeza, cuando de la nada siento otra vez varios tironcitos de mi pantalón. Chimuelo sigue dando lata. Bajo los escalones y me dirijo a la cocina, tomo una lata de atún y se la sirvo en un plato, se la ofrezco, ¡pero no lo quiere!

- ¿Qué te pasa? -le digo-. ¿Qué quieres?

Me agacho y le doy una rápida checada; está todo en orden, o bueno, no veo nada extraño o diferente. ¿Tendrá lombrices? ¿Le dolerá algo? Lo levanto entre mis brazos y camino afuera. Probablemente lo que necesita es aire fresco, pero cuando estoy a punto de abrir el cancel, comienza a moverse mucho, como si quisiera liberarse.

- ¿Qué? -digo desesperado.

De un brinco se safa de mí y se trepa por mis hombros, al tiempo que me quita la gorra con el hocico y corre como un vil ladronzuelo.

SCHOOL DAYS [Mericcup/Jackunzel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora