SCHOOL DAYS [Mericcup/Jackunzel]

Olvido

Me quedo de pie junto a una pared para pensar en lo que acaba de pasar. ¿Acaso acabo de hablarle a Hipo de nuevo? ¿El otro sujeto que estaba junto a él era Jack? ¿Qué estaban haciendo esos dos? Necesito ir a casa a distraerme un poco con lo primero que encuentre. Gogo es buena para hacerme pensar en otras cosas.

- ¿Estás bien? –inquiere Honey.

- Sí.

- Te noto algo distraída...

- No es nada.

- Es como si vieras visto a un fantasma - añade Rapunzel, riendo un poco- . O a un viejo amor tuyo.

Me quedo callada. Viejo amor mío... por mucho que intente negarlo, todavía no puedo superar de todo a aquel tonto.

- Oh - dice nerviosa- , ¿L-lo viste? Lo siento... No fue mi intención.

- Está bien - comienzo a caminar- . Iré a casa. Ustedes sigan haciendo sus... actividades.

Sin detenerme a escuchar sus respuestas, pongo marcha a mi camino. Puede que en el camino encuentre algo interesante. Soy una tonta por seguir pensando en él; y en sus hermosos ojos verdes, y en su precioso cabello, y en su seductora, aterciopelada y suave voz, sin mencionar sus tersas caricias... ¿Por qué pienso en esto ahora? No tengo remedio.

Soy un desastre.

**************

Terminé sentada en una banca del puerto 39 para contemplar a las gaviotas revolotear y calmarme un poco. Los turistas llegan a esta ciudad a morir, sobre todo los extranjeros. Recuerdo que hace tiempo fui con mis padres a pescar a un lago cerca de aquí, donde yo con suerte atrapé una sardina, mientras que mi padre toda una carpa. Ese día me dijo que la experiencia hace al maestro, y que la paciencia era indispensable para cualquier cosa que quisiera hacer. He tratado de ser paciente y no puedo superar el dolor que me causó su partida, ni la de Hipo, ni la de nadie.

Lo que sucedió fue un incidente trágico que quisiera eliminar de mi vida para siempre, pero en lugar de eso, sueño con ello cada noche. Extraño a mi papá, y a mi ex novio, a mi antigua vida, a mis tres hermanos y a mi madre, a mi hermosa Irlanda y a todo...

- ¿Mérida?

Me vuelvo a la voz. Es Robert; tenía un largo tiempo sin verle.

- Hola - saludo, tratando de sonreír.

- ¡Hola! - corre a mí para abrazarme- . ¿Cómo estás? Tenía mucho ya sin verte...

- Lo sé - mi voz se escucha seria- . He estado bien. ¿Y tú?

- Muy bien, de hecho - retrocede un paso- . Conseguí un trabajo nuevo - señala un punto perdido en la calle del frente- . Ahora trabajo en un restaurante.

- Eso es... genial.

Ha crecido apenas un poco desde la última vez que lo vi, aunque sigue igual de delgado. Parece un niño pequeño todavía.

- Bueno... - parece desanimarse un poco- . Nos vemos... luego.

- Cuídate - le digo, sin moverme de mi lugar.

Se despide con la mano y comienza a caminar. ¿Pero qué me pasa? Tenía mucho sin verle, y de pronto sólo me comporto como una tonta con él. No puede ser; soy increíble. Me levanto mientras me regaño y corro a alcanzarlo.

- ¡Robert, espera!

Cuando lo alcanzo, me sitúo a un lado de él.

- Espera - añado- . Lo siento, fue un día largo y llegaste en un momento de reflexiones extrañas para mí y no estaba pensando bien las cosas cuando te respondía porque no podía dejar de pensar en q-