Pasaje

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Hipo

Entro a la pequeña biblioteca de la casa y recorro el librero del fondo, abro la puerta y dejo la lámpara de cera en el escritorio. Tomé una antes de venir y la encendí con unos cerillos que tenía ahí. Rebusco y rebusco; hace un par de días encontré con Mérida en la casita de madera más pistas y cartas. ¿Qué es esto? ¿Un juego del destino?

Termino de levantar unos papeles, y me topo con una alfombra pequeña y demasiado polvorienta. Chimuelo comienza a esponjarla con sus uñas, y cuando la levanto un poco para cambiarla de lugar, veo una pequeña puerta de madera de no más un metro cuadrado. Apenas cabrían dos personas por aquí. Tiene una pequeña perilla en forma de anillo, así que la levanto, y con ella, la puerta. Hay unas escaleras y oscuridad en el fondo.

Qué pinche miedo...

Siento el corazón en la garganta y el corazón a mil por hora. Ni loco entro ahí solo. Me pongo de pie, cierro la puertita (para asegurarme que no va a salir una cosa extraña a jalarme los pies) y salgo casi disparado hacia la sala.

Voy casi corriendo.

- Kristoff -lo llamo, un poco jadeante-. ¿Estás ocupado?

- No -responde, volviéndose a mí-. ¿Qué sucede?

- Encontré algo.

Se levanta y me sigue.

*****

- Y prácticamente, eso fue lo que pasó-termino de explicar.

Estar aquí en este túnel con él, de cierta forma, me hace sentir más seguro. Hablar me distrae del miedo a veces. Kristoff revisa las paredes de la cueva, que tienen una especie de azulejos.

- La estructura luce bien -me dice-. El piso se ve demasiado sucio pero... Está bien todo.

- Es un pasaje -finalizo.

Levanto la lámpara en alto mientras camino con cautela. El pasillo no ha de tener más de dos metros y medio de altura, y no más de dos de ancho. Estamos medio encerrados.

- ¿Adónde conecta esto? -pregunta al cabo de un rato.

- No tengo idea -respondo.

Él alumbra con la lámpara de su teléfono a todas direcciones. Todo esto me causa unas ganas terribles de vomitar; huele raro aquí, como a humedad, y a animales muertos. Probablemente una rata o un gato que se quedó aquí atrapado y murió de hambre.

Hay muchas telarañas y polvo. Me pica la nariz.

Cuando pasan diez minutos, nos topamos con un muro, y un hueco encima de éste. Tiene una escalera adherida a la pared, tal y como en mi casa. ¿Llevará esto a la casa de Victoria? ¿Es este el pasaje donde Marcus y Victoria solían verse?

- ¿Qué pasa? -pregunta.

- Debemos subir.

- ¿Qué? -se asombra. El eco suena por las paredes-. No sabemos qué hay arriba.

- Creo saberlo -respondo-. ¿No viste? Caminamos en línea recta. ¿Y qué hay frente a la casa?

- La casa de las chicas -reacciona-. ¡Oh, ya!

SCHOOL DAYS [Mericcup/Jackunzel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora