Hipo
Mañana es Navidad. No le he comprado nada a Mérida. Por alguna razón fue fácil con mi mamá y mi papá, y para los muchachos de la casa. Pero, para mi novia, me es algo completamente imposible.
Llevo parte de la mañana contactándola, pero, recordé que su madre está hablando con ella sobre problemas familiares y de guerra. Por ahora... No quiero entrometerme en ello.
Mientras tanto, sigo con mi duda y desesperación. Honey, Gogo y Anna están arreglando varias cosas, y no creo que me hagan caso. Rapunzel y Elsa están viendo varias cosas de... Mujeres que no logro entender todavía. Así que estoy solo en esto. No puedo ir mañana. Definitivamente no.
Tomo el teléfono y tecleo el último número que se me ocurre.
Astrid.
*****
- ¿Se puede saber al menos qué vas a comprarle? -pregunta, un poco aburrida.
- Ya conoces a mi madre -miento natural-. Es difícil.
- Con un suéter basta -comenta.
Parece incómoda, y no la culpo. Aunque hayamos quedado como amigos, sigue, y seguirá siendo incómod para ambos. Incluso si estamos a tres metros de distancia, nuestro estrés y tensión se siente.
- No es muy fanática de los suéteres -agrego.
Se queda callada unos segundos. La gente nos mira de manera tierna, como si fuésemos pareja.
No, por favor, no nos miren así. Pienso.
- Ya se -dice finalmente-. Hay una tienda cruzado la calle. Es exclusivamente para mujeres -sonríe un poco-. Quizá encuentres algo ahí.
- Está bien -respondo-. Vamos.
Las calles de la ciudad están repleta de luces y personas. Pero sobre todo, de personas. Compras de último momento; no puede ser. Cuando cruzamos la calle, miro a todos lados, quizá a los altos edificios luminosos, a los pequeños árboles con luces navideñas, la gente yendo y viniendo. O simplemente preocupándose por todo.
Cuando las puertas se deslizan, siento un penetrante aroma a perfume dulce y suave, y por un momento, veo la tienda, la gran y enorme tienda llena hasta el tope. Tendré que hecharme un clavado.
- Bienvenido, señor y señorita -dice la chica de la puerta.
Asiento con la cabeza una vez a manera de gratitud; Astrid es la que responde. Le doy una rápida ojeada a todo.
- Bien -dice-. Iré haciendo fila para cola -se cruza de brazos-. Espero que no nos vayamos de la tienda con las manos vacías.
Me sonríe. ¡Me sonríe! Así que hago igual. Corro en cuanto se voltea hacia la fila. Empiezo por la primera sección. ¿Si yo fuera Mérida, qué me gustaría? Bien. Ropa, eso es demasiado cotidiano. Eso queda completamente descalificado. ¿Algún perfume? Hay tanto por recorrer y tan poco tiempo. Camino con rapidez por la tienda, esquivando a la gente como si fuesen obstáculos.
Bufandas, suéteres, bolsos, zapatos, accesorios, electrónicos. ¿Qué es esto? ¿Una tienda de ropa o de abastecimientos? Creo que me he perdido. Camino más al fondo, hasta al grado de llegar a donde está la zona de interiores. (Y no de casa)
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SCHOOL DAYS [Mericcup/Jackunzel]
De TodoLos días de escuela han comenzado, y con ellos, un nuevo romance entre Mérida e Hipo, Rapunzel y Jack, Anna y Kristoff, Elsa y Eugene. ¿Qué les espera a este grupo de amigos en la universidad? ~>Derechos de portada a la maravillosa y súper talento...