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El ambiente viciado del interior del salón me llena las fosas nasales.

Tengo miedo de encontrarme con marcas de sangre, suciedad, pudrición o un cadáver tirado pero, ¿en qué estoy pensando? Hace más de veinte años que esa chica se mató aquí dentro.

O la mataron.

-¿Te gusta?-me pregunta Theo y coloca una mano sobre la zona baja de mi espalda.

Una rendija en la parte superior de la habitación permite el ingreso de algunos rayos de luz, gracias a que allá afuera el sol se encuentra en su máximo esplendor del mediodía. Sino este aula sería una verdadera masa de oscuridad aterradora.

Se nota que el calor humano no entra hace tiempo o por lo menos, no a limpiar. Ya que sólo hay pupitres y sillas de escuela cubiertos por sábanas empapadas en tierra y una pizarra verde a tiza, tapada en polvo.

-La verdad, no-respondo a Theo mientras mis ojos exploran el lugar con curiosidad-. Pero el colegio entero tiene su encanto si quisiéramos filmar una de terror con una Go Pro.

-Yo tengo una-murmura y aparta su mano de mí sólo para cerrar la puerta tras nosotros. Luego vuelvo a sentir su tacto contra mi cintura-. Cuando quieras hacemos un vídeo casero por estos lados-me dice y giro para verle el gesto impregnado de picardía. Me guiña un ojo y le arrojo una mirada asesina porque el vídeo casero al cual se refiere no es precisamente en el sentido que yo hablo.

Me coloco uno de mis rizos castaño oscuro tras una oreja cuando me percato de algo.

-Y tú-le digo-, ¿cómo es que tienes llave?

-Ajá. El Papi lo tiene todo. Y lo sabe todo.

-¿«El Papi»?-recuerdo que alguna vez se dirigió a sí mismo con ese término y en mí se despierta una extraña electricidad placentera al llamarlo de esa manera.

Pero el vello se me eriza en cuanto se acerca a mí y deja sus labios rosados muy cerca.

Vuelvo a percibir la sensación deliciosa...

Su proximidad.

La mezcla de olor a tabaco, menta y un toque de vainilla embriaga mi paladar cuando dice:

-También puedo serpapi si así lo quieres.

No tengo fantasías incestuosas de ningún tipo pero estoy tan excitada que lo único que quiero es responder que sí a todas las locuras que salen de su sensual boca.

Lleva el pulgar hacia arriba y lo coloca sobre mi labio inferior. Sentirlo de manera tan sexy sobre mí es exquisito.

Sabe aún mejor cuando frunzo el labio y me meto la yema de su dedo a la punta de mi lengua.

-Eres terriblemente sexy, nena-murmura mientras me relamo en cuanto quita su dedo de mi boca.

-Theo...-dejo escapar su nombre en un suspiro.

Y él hace lo propio pero con firmeza:

-Tracy...

Una fuerza instintiva, un impulso interno nos conduce a ambos pegar nuestros labios como dos rocas que chocan entre sí y que se amoldan perfectamente.

Rodeo su cuello con mis brazos y Theo me sube a su cintura. Puede mi peso y me manipula con facilidad. Cierro mis piernas alrededor suyo mientras me dejo llenar por su embriagante sabor. Mis labios rozan su barba incipiente mientras me conduce hacia una de las mesas del salón.

Quita de las sábanas con polvo liberando media mesa y deja mi peso reposar aquí.

Sus labios bajan hasta mi cuello y el cosquilleo de su barba contra la suavidad de mi piel es una mezcla exquisita que hace explotar mariposas en mi interior.

BAD BOYS #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora