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Tracy

Cuando me siento sobre el mismo mesón viejo donde estuvimos la vez anterior, Theo me rodea con sus firmes brazos. El modo en que los musculosos se tensan y el lobo en el tatuaje de su cuello se remarca, empiezo a sentirme vulnerable.

Acerca su rostro al mío y mis ojos van de sus ojos a sus labios, al lobo de tinta bajo su camiseta negra.

Me observa con voracidad y una parte de mí desea ser devorada por esa bestia salvaje.

-Me gusta la forma de tus labios-dice y no puedo evitar relamerlos-. El modo en que haces eso es terriblemente...excitante...

Paso mi lengua sobre ellos de manera atrevida y él suelta una respiración agitada que concuerda con la mía. Aún así el mantiene la calma. Mi pulso, en cambio, va a mil.

-Yo...-empiezo pero él me detiene.

-Shh... No es necesario que digas nada-concluye y pega sus labios a los míos.

Me siento como una chica recién besada, por primerísima vez, y es que me siento tan expuesta y entregada a este hombre que su beso ya no tiene la misma dulzura que antes sino que se vuelve algo salvaje, atrevido y oleadas de calor invaden mi cuerpo.

Me dejo llevar por el beso e intento tocar su cintura, sin embargo él me quita las manos y las cruza tras de mí con firmeza. Estoy inmovilizada aunque no alcanza a hacerme daño.

-Deja que sólo yo te toque-me ordena.

Yo asiento con un movimiento de cabeza y a estas alturas, estoy dispuesta a lo que sea con tal de seguir lo que acabamos de empezar.

Theo vuelve sus labios a mi boca y siento el sabor mentolado de su boca, su delicioso aliento llena mi paladar y en la lengua siento el dulzor del sabor a tabaco. Ha de haber fumado antes de salir de su casa.

Mi corazón da un vuelco en cuanto su cuerpo se desliza sobre mí y me empuja hacia atrás. Me dejo caer sobre la mesa y las milésimas de segundos en que nuestros labios se separan, las siento una eternidad.

No debo preocuparme por la distancia ya que de inmediato Theodore baja su boca y desliza la punta de su lengua por el escote de mi vestido, justo donde nacen los senos y una sensación de electricidad me cruza la columna, obligándome a arquear la espalda en el momento que sus manos rodean con firmeza mi cintura.

-The...Theo-gimo su nombre al sentir su tacto.

Sus manos firmes manos encuentran el cierre detrás de mi vestido y su lengua sigue jugueteando entre mis senos.

Pero en el instante que sus dedos hallan el cierre, no lo bajan al todo sino que llega a su verdadero objetivo: el broche de mi sostén. Theodore lo suelta y me siento demasiado libre pero atrevida y lejos de atemorizarme lo que pueda querer hacer, lo deseo con todas mis fuerzas.

-¡Ah!-gimo justo cuando sus manos rozan mi columna y el frío de la mesa impactando con mi espalda me proporciona una sensación alucinante, no obstante, el objeto se acomoda a nuestra caliente temperatura en cuestión de segundos.

-Quítatelo-dice respecto a los breteles anchos que sostienen mi vestido.

-Yo...-murmuro.

-Sólo bájatelo un poco-me pide y hago caso.

Sus labios encuentran debajo de mi vestido, los breteles del sostén y me lo quita con los dientes.

Nunca había quedado tan expuesta pero me gusta, me gusta, ¡me encanta! Su tacto firme, su posesión sobre mi cuerpo, el calor de nuestras pieles al rozarse, los cosquilleos de su barba sobre mí, todo, todo es una sensación tan exquisita que nunca antes viví y no lo cambiaría por nada.

La lengua de Theo explora entre mis senos mientras su mano derecha se cierra sobre mi pecho izquierdo y el tatuaje del triángulo invertido queda contra mi vientre.

Por alguna razón me parece extrañamente excitante el contacto con las marcas de su piel.

La mano izquierda de Theo sigue explorando mi espalda hasta que el cierre del vestido rosa chicle es lo que menos importa ya que lo llevo por la cintura.

-¡Oh...! ¡Oh!-gimo en cuanto se mete uno de mis pezones a la boca y lo muerde. Juega con la lengua y los dientes, lo chupa y me arqueo para que baje más el vestido. Termino por deshacerme de él con las piernas.

Lo deseo.

Lo deseo, me fascina.

-Theo... Argggg.

Me muerdo el labio y hago caso omiso a su intento de mantenerme en sumisión: libero mis manos y jalo de su cabello con suavidad, tironeando un poco, inquieta ante la explosión de sensaciones que me produce su barba rozándome las costillas.

Su boca se aparta de mis senos y los labios bajan hasta mi vientre mientras una de sus manos sigue jugueteando con mi pezón húmedo.

La otra ya explora en mis bragas...

Sólo distingo mis medias blancas de muselina y mis piernas rodeándole la espalda, cual va bajando más y más.

Me deshago rápidamente de los tacones para evitar dejarle marcas y escucho cuando caen sobre el suelo de mármol del salón de clases.

Estoy entre cerrar los ojos y no hacerlo, mierda, he quedado sólo con unas bragas puestas y un par de medias. En cada pestañeo, sólo puedo ver el cabello desprolijo de Theo y su boca jugueteando en mi vientre, saboreando cada centímetro a su paso.

El cosquilleo que me producen los vellos de su barba incipiente es terriblemente sensual y estoy tan concentrada en sentir placer que no me veo venir cuánto ya ha bajado...

Siento la lengua de Theo rozándome el pubis y sus dientes juegan con el algodón de mis bragas. De a momentos sus dientes, su barba, su lengua roza mi piel sensible y las sensaciones que se disparan son una ola de calor que me hace retorcer y desesperarme cada vez más, y más... y.... más...oh, demonios.

Mi pecho sube y baja.

Sólo me oigo respirar, jadear y gemir.

La lengua de Theo encuentra la zona más sensible en mi entrepierna y saborea mi cuerpo mientras gimoteo su nombre una y otra vez.

Y otr...

-Oh...

Y otra...vez...

-¡Oh...!

El placer es un estallido en mi interior.

Lo último que soy capaz de ver es su cabeza metida entre mis piernas haciendo círculos y mis uñas jalando de su cabello negro rebelde.





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#MARATÓN #BADBOYS






BAD BOYS #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora