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No necesito hacerme cargo de sus miserias.

Theo está roto y no puedo arreglarlo.

Su sonrisa y sus ojos me muestran dolor. Hay fuego en ellos, hay llanto en silencio, hay tanto por descifrar...

No seré yo quien lo ayude con su dolor, con la persona que se desgarra en su cabeza y pide a gritos ayuda. Me hiere saber que no quiere dar una oportunidad a esto, no quiere dársela a sí mismo. Prefiere seguir sufriendo, torturándose a sí mismo con una historia que no me quiere contar, acostándose con cuanta zorra se le cruce enfrente y haciendo un caos de situaciones que cualquier persona consideraría normal en su vida.

Quién sabe dónde él ahora haya ido a parar, no soy digna de conocerlo.

Si se está acostando con alguna fulana o bebiendo hasta perder el conocimiento, no es asunto mío por mucho que lo intente y me lo proponga.

Él jamás será mío.

Y me seguirá usando como le venga en gana, pese a todas las alarmas que se encendieron desde la primera vez que me acerqué a él.

Lo deseas, me recuerda la voz de mi cabeza.

Sí, por mucho que desee no hacerlo.

No dejes que te haga daño.

¿Finalmente jugamos ambas para el mismo equipo?

No te emociones, bebé.



He perdido la noción del tiempo desde que regresé a mi cuarto y empecé a llorar, pero ya ni eso queda. La decepción me tortura, es un arma blanca de enorme filo que me agrieta, me va rompiendo sin piedad alguna y escarba en la herida.

Me expuse a él, le entregué mi valiosa intimidad y no le importó en absoluto.

Me ha usado, me tocó, me mintió, dijo que se quedaría a dormir y no ha cumplido.

Nunca tuve relaciones sexuales con nadie, ni con el friki de mi novio anterior, sólo Theo me ha tocado, se ha metido entre mis piernas y ha hecho de las suyas sin reparos.

Sólo me dejé llevar sin detenerme a pensar si era lo correcto, en el instante que me masturbó y me hizo sexo oral. Después de todo, es lo único que estaba buscando.

Fue una sensación única en mi vida, es cierto que nunca hubo algo igual para mí, sin embargo ahora estoy sola y esta sensación empieza a ejercer presión en mi pecho como un cuerpo extraño que intenta escapar de tanto tormento.

Él es una alud que arrasa con todo lo que tiene enfrente.

Yo sólo pido calma.

Él busca sexo.

Yo mucho más que eso.

Su mente retorcida no quiere amor.

Yo sí.

Él está enfermo.

Yo padezco las consecuencias.

...Y aún así, sé que no voy a desistir.

Mi necesidad de castigo es litigante aún cuando no puedo caer más bajo.



-¡Cariño, llegué!

No he pegado un ojo desde que Theo se fue pero escuchar a mamá entrar a casa, no me hace sentir menos sola.

-¿Duermes?-pregunta mientras escucho sus tacones subiendo las escaleras de la sala.

Asoma su cabeza por la puerta y fingir que estoy sumida en sueños es la alternativa que encuentro más coherente.

-Oh, cariño, descansa. Te hablo cuando esté listo el almuerzo-ella me da un beso en la frente y ruego que no repare en mi almohada mojada por las lágrimas.

Escucho que cierra la puerta mientras sale y sigo viviendo la pesadilla de mi vida.

Sólo queda recoger mis partes y tratar de continuar con mi persona deshecha.

Espero que el tiempo sepa curarme antes de que mi alma no lo soporte más.

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BAD BOYS #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora