BAD BOYS #1

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Siento que hace años no duermo bien un fin de semana.

Estudiar me cuesta más ya que hay mil sucesos que atraviesan mis pensamientos cada cinco minutos. Dormir incluso se vuelve algo complejo: en cuanto mi cabeza cae sobre la almohada, Theo se mete en mis pensamientos para no dejarme vivir en paz. Aunque de inmediato la voz de mamá se torna persecutoria y me niega volver a verlo.

¿Con qué derecho?

Sé que estoy reviviendo sus peores pesadillas: la adolescencia. Tuvo una etapa de rebeldía que luego compensó con estudio duro y mucho esfuerzo.

El deshecho de su faceta rebelde fui yo y la marca de un tatuaje en su antebrazo, que se quitó meses después de tenerme.

El resultado de su estudio y ocupaciones "responsables" fue olvidarse que tenía una hija pequeña cual debió criarse bajo los cuidados de sus abuelos y el rechazo de un padre ausente.

La escuela es bonita pero el edificio, demasiado viejo y grande para mi gusto.

¿Alguna vez les hablé de ella? En total cuenta con cinco pisos y un subsuelo, dos amplios patios, jardín delantero, balcones en cada ventanal desde el primer piso hacia arriba, un estadio abierto en la parte de atrás donde se juegan los partidos importantes de soccer y al menos, tres canchas más: una de baloncesto, otra de tenis y una más de hockey.

Nunca se me dieron bien los deportes aunque me intrigaba unirme al equipo de hockey para al menos, intentar practicar más allá de lo que enseñan en las clases comunes de Educación Física.

Hasta que me acuerdo que mi currículo en esta asignatura no cuenta con el mejor desempeño y se me quitan las ganas.

Lo bueno es que el club de literatura es mi gran refugio.

Lottie y yo nos unimos desde que entramos a la secundaria y ahora en años de preparatoria, forma parte de nuestro día a día. Lástima que últimamente, mi amiga estuvo muy metida en fiestas Glorious  y una búsqueda exhaustiva de novio, como para seguir el hilo en las lecturas semanales.

-¿Sabías que las chicas que entran vírgenes a la universidad, mueren solteras? ¡Hay estudios, estadísticas y pruebas contundentes!-me comenta mientras vamos camino al club.

-No lo creo-asevero-. Sobre todo, contando el gran afán que tienen los cerdos universitarios con desvirgar chicas.

No sé por qué pero al decir las dos palabras «cerdos universitarios» lo único que logro atraer a mi cabeza son chicos con tatuajes en el cuello y músculos bien marcados.

Y triángulos invertidos... por qué no.

-Créelo-rompe ella mis fantasías-. Porque la mayoría de esas chicas son nerds que distan mucho a la idea de socializar con gente "normal".

Y hace comillas con los dedos al decir la palabra «normal», lo cual nos hace doler las costillas de la risotada que soltamos al llegar al Aula 7-D.

Pero mi expresión cae automáticamente al atravesar la puerta y ver en la sala del centro, de nuestro Club de Literatura, dos rostros conocidos pero nuevos en nuestro espacio.

Una maraña de cabello azul, expansores negros y sonrisa sarcástica, me saluda al entrar. Al igual que un par de ojos verdes a su lado, con tatuajes en el torso y los dientes muy blancos.

Newt y Charlie.

Lottie sale disparada para abrazar a su chico y quedo pasmada.

Bueno, «su» quizá no sea la palabra ya que no son novios pero tengo mis dudas contundentes respecto a si están saliendo o no.

Creo que ella también las tiene.

-¡Creí que no aceptarían mi invitación!-aúlla ella en el oído de Charlie. Los moretones en su rostro y un pequeño corte en el labio inferior no le quitan el atractivo a su semblante.

Demonios, hasta lo noto más rudo. Más... ¿sexy?

Newt se pone de pie para saludarme y veo que lleva puesta una musculosa blanca rasgada en las axilas y jeans negros con zapatillas Converse del mismo color.

-Hola, ¿Tracy?-dice y me quedo sin habla.

¿Recuerda mi nombre? ¿Cómo puede ser tan lindo? No, no, no, no puedo dejarme engañar. Hay algo en sus ojos negros que me advierte no fiarme de él.

También están presentes Jay, Carl y Haley del Club. Los tres se quedan estupefactos al vernos a Lottie y a mí sudando a estos chicos.

Y no porque sean guapos en exceso.

Sino por su peligroso aspecto.

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