BAD BOYS #1

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Theo me acaricia la mejilla con el dorso de una mano y le sonrío.

Las almohadas blancas rellenas de plumas esponjosas y recubiertas por la tela más sedosa que he sido capaz de conocer está debajo de nuestras cabezas. La ropa de cama y la habitación es tan blanca que su piel bronceada, sus tatuajes, el lobo y sus enormes ojos grises brillan notoriamente en medio de un lugar con tanta luz.

Me muerdo el labio inferior, apreciando cada centímetro de su piel.

Es un demonio con apariencia del más tierno ángel. Los músculos de su cuello se tensan al momento que me sonríe y las comisuras de sus ojos forman una pequeñas arruguitas que le dan un aire tan simpático y sensible...

Mi corazón está lleno. No necesito nada más.

Extiendo mi mano y tomo la suya que me acaricia la mejilla.

-Esto es extraño-me dice.

-El mundo en sí mismo es extraño-le digo.

-Como lo nuestro.

Nos quedamos en silencio unos segundos y enamorada de su sonrisa, le suelto las palabras más puras, honestas e impulsivas que se me han cruzado por la cabeza.

Aunque no me doy una segunda oportunidad para pensarlas como debería.

-Te amo, Theo-confieso.

Ese conjunto de letras con una carga sentimental enorme no significan lo mismo para ambos y lo sabemos.

Su sonrisa decae y su mirada se ensombrece.

La luz de la habitación empieza a desaparecer y de manera insidiosa, mi alma va perdiendo consistencia.

-Te amo-le vuelvo a decir, esperando lo mismo de su parte.

Pero nada.

Theo está petrificado, con una terrible expresión de horror en el rostro.

-Hey...-murmuro. Pero sigue inmóvil. La habitación se sigue oscureciendo y las lágrimas vuelven a empaparme las mejillas por millonésima vez-. Por favor-le imploro-, dime algo. Lo que sea.

Que me odia, que no me quiere, que prefiere estar lejos de mí, que me grite, pero que diga una palabra.

Una por lo menos.

Su silencio me mata.

Es destructivo.

-¡Dí algo. Theodore! ¡Por...por favor!

Sigue sin decir nada. Parece muerto, ni siquiera veo que respire.

Lo he destruido con mis palabras. Él ya no está aquí. Es sólo un cuerpo muerto compartiendo la cama conmigo.

¿Por qué se espera una respuesta de un «Te amo» si ni siquiera es una pregunta?

¿Por qué al amar nos humillamos?

¿Por qué el dolor es adictivo?

La habitación se sigue oscureciendo y sé que al momento que la oscuridad nos tape por completo, mi vida entera va a desaparecer.

-¡¡Theo!!-le grito con desesperación-. ¡¡Dime algo, por favor!! ¡¡Habla!!! ¡¡HABLA, THEO!!

Los segundos pasan, la densa negrura me consume y el magnífico momento desaparece. He arruinado todo. Lo he echado todo por la borda al confesar mis estúpidos sentimientos.

¿Es que no puedo permanecer en silencio?

De a poco mi campo visual va desapareciendo y Theo es tragado por La Nada absoluta.

«¡¡¡THEO!!!» grito.

Pero para mi sorpresa, no tengo voz.

Lo vuelvo a intentar pero él ya no está.

La habitación tampoco.

Ni mi voz.

Ni mi cuerpo.

Ni mi vida.

Soy nada.

Siempre he sido nada.

La dureza de la alfombra bajo mi cuerpo es dolorosa.

Abro los ojos de par en par aterrorizada por la pesadilla que acabo de tener y lo primero que se me ocurre intentar es ver mi móvil, deseando ansiosa una pista o algo que me indique sobre el paradero de Theo.

Le pedí que no vuelva a mí.

Lo obligué a irse antes de intentar, una vez más, solucionar las cosas.

Le confesé lo que siento.

De a poco he sumado motivos para alejarlo de mí, esta vez, para siempre.

Sin embargo, antes de encender la pantalla de mi móvil, recuerdo que le dejé una llamada a mamá. Al menos eso deseo.

O un mensaje de Lottie.

O una llamada de Charlie.

O lo que sea.

Algo que me indique que no estoy sola...

Pero enciendo la pantalla de mi móvil y me termino por convencer de que ha desaparecido mi existencia.

Nadie me tiene en cuenta.

Mamá no me ha respondido, a Theo no le importo y mis amigos los perdí.

Somos producto de nuestras propias decisiones: yo me he destruido a mí misma.

¿Qué hay más allá del sinsentido?

¿Cómo haré para recuperarme de esto?

Si es que en algún momento podré lograrlo... ¿Cómo seré capaz?

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