~10 DE FEBRERO~
-¿Terminaste con tu parte del expediente?
-No, enseguida acabo. –Asentí abriendo el correo electrónico de mi ordenador. Teníamos que acabarlo para hoy. –¿Puedo hacerte una pregunta?
-Claro, dime. –Respondí mirando a Amelia, la chica que estaba sustituyendo a Sofía mientras que ésta seguía de baja por maternidad.
-¿El jefe y tú tienen algo? –Abrí los ojos como platos.
-¿Qué?
-No quiero meterme en tu vida, porque cada uno hace lo que quiera con ella, claro, pero he visto que...
-Somos amigos. –Dije frunciendo el ceño. ¿Y a ella que le importaba?
-Oh, he visto que tiene una hija...
-Sí, se llama Elyssa. –Sonreí al pensar en mi bebita.
-¿Y tú como... –La puerta del despacho de Dylan se abrió como si supiera que hablábamos de él para caminar hacia nuestra dirección.
-¿Podemos hablar un momento?
-Claro, Dyl... Digo, señor Hoffman. –Corregí en cuanto se dirigió a mí.
-Sabes que tú puedes llamarme por mi nombre, Livvy.
-Me gustan las formalidades entre jefes y empleados, señor. –Sonreí atrevidamente haciéndolo reír.
-Bien, ve a mi despacho ahora. –Asentí levantándome de mi silla. –¿Y usted como va, señorita Torres?
-Bien, ya estoy acabando. –Amelia le sonrió pícaramente a Dylan haciéndome fruncir el ceño. ¿Pero qué le pasaba a esta chica?
-¿Qué pasa? –Preguntó Dylan una vez que habíamos entrado a su despacho y yo me había sentado de mala manera en una de las sillas que había frente a su mesa.
-Nada. ¿De qué quieres hablar?
-No digas nada cuando te pasa algo, Livvy. –Se apoyó en el escritorio frente a mí.
-Es en serio, Dylan. No me pasa nada. –Negó con la cabeza haciéndome resoplar. –Es Amelia. No me cae muy bien.
-¿Por qué?
-Es una entrometida. ¿Sabes lo que me dijo? ¡Que si estábamos juntos!
-¿Y tú qué le dijiste? –Preguntó divertido.
-Que éramos amigos, Dyl. ¿Qué le voy a decir? –Se inclinó hasta mis labios para besarlos.
-Te ves graciosa enojada. –Rodé los ojos levantándome de la silla.
-Voy a volver a mi puesto.
-No, espera. Tenía que decirte que Anna viajará el domingo a su pueblo. –Asentí sin entenderlo. –Puedes quedarte esa semana en casa.
-Sabes que estando Anna o no, no me quedaré, Dylan. Hemos hablado muchas veces de esto.
-Tenía que intentarlo... –Se encogió de hombros antes de que saliera del despacho para volver a mi mesa.
-¿Qué te dijo?
-¿Perdón? –Pregunté mirándola anonadada. –No tengo porqué decirte lo que estuvimos hablando.
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¿Me adoptas?
General Fiction¿Qué pasaría si una madrugada te encontraras con un bebé en la calle? ¿Y si ese bebé tiene una nota en la cual dice "adóptame"? Olivia White era una chica de veintitrés años que adoraba a los animales y estaba totalmente en contra del maltrato anim...