Capítulo 34

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CUATRO AÑOS DESPUÉS...


~27 DE ENERO~


-¡Peter!

-¡Preparar las armas! –Fruncí el ceño apagando la televisión tras oír esos gritos. –¡POR NARNIA! –Me asomé a la puerta del jardín trasero curiosa viendo a Oliver y a Elyssa jugando con las espadas de cartón y papel de aluminio que les había hecho Dylan el día anterior.

-¡Mami!

-¿Qué hacéis ahí?

-Jugar a Narnia. Venga, tía Oli, ¡tú eres la bruja mala! –Miré a Oliver alzando una ceja mientras que éste reía.

-Está bien. Dame eso. –Elyssa me dejó su espada contenta antes de empezar una simulación de batalla campal contra Oliver. –Nunca me ganarás, príncipe...

-Es rey. Rey Peter.

-Bueno, rey Peter... –Hice una reverencia majestuosa hacia él provocando la risa de Ely. –Cariño, ¿por qué no viene papi a jugar también?

-¡Papá estaba dormido cuando fuimos a buscarlo!

-Con que está durmiendo, ¿eh? –Le entregué la espada a mi hija antes de decirles que enseguida volvía y caminar hacia el interior de la casa. ¿Pero será gandul? Me había dicho que tenía que atender una llamada telefónica con no se qué empresario importante ¿y ahora resulta que se acostó a dormir?

Al entrar a la habitación, lo descubrí acostado boca arriba con los ojos cerrados dándome la oportunidad perfecta de sorprenderlo por haberme mentido, pero la sorprendida había acabado siendo yo.

-¡Ah!

-¿Qué crees que estabas haciendo?

-¿Cómo sabias que estaba aquí? ¡Ni siquiera hice ruido! –Se encogió de hombros incorporándose en la cama para devorar, literalmente, mi boca. –Dylan...

-Hmm... ¿Qué pasa?

-Los niños quieren que vayas a jugar con ellos. Están jugando a Narnia, por si no los habías escuchado...

-¿Ah, sí? Porque yo he intentado muchas veces ir a Narnia, pero todavía no he encontrado el armario correcto... –Me miró pensativo haciendo que frunciera el ceño. ¿Hablaba en serio o estaba bromeando?

-¿Es en serio?

-Por supuesto. ¿O vas a decirme que tú nunca te has metido en un armario para ver si llegabas hasta allí? –Junté las cejas totalmente contrariada mientras que él comenzaba a reír. –Bueno, vamos. No me vendría mal desperezarme un poco.

-¿Te había dicho ya lo infantil que eres a veces? ¡Y mentiroso!

-¿Mentiroso por qué? –Preguntó mientras que bajábamos las escaleras.

-Por decirme que estarías hablando por teléfono cuando en realidad te acostaste a dormir.

-Ah, eso... –Lo miré mal llegando a la puerta del jardín. –Insistí unas dos veces, pero nadie me respondió. ¿Y qué mejor manera de aprovechar el tiempo? –Rodé los observando a los niños jugar con sus espadas corriendo de un lado al otro por el jardín.

Sofía y Max habían decidido que hoy sería el día perfecto para ir a esa sección de Spa que le habíamos regalado para navidades. Por lo que el pequeño Oliver se quedaría con nosotros hasta mañana. Sí, siempre les hacíamos el mismo regalo porque sabía cuánto mi amiga disfrutaba de ese pequeño a tiempo a solas los dos.

-¡Tío Dylan! ¡¿Viniste a jugar?!

-Claro, campeón. ¿Quién soy? ¿El rey Peter?

-¡Ese ya es Oli! Yo soy Susan, y mamá es la bruja de hielo.

-La bruja... –Murmuró Dylan divertido provocando que le diera un codazo en las costillas.

-Tú podrías ser el enanito que acompaña a la bruja. –Dije recordando al personaje que salía en la primera película, pero que no tenía ni idea de cómo se llamaba. Por su parte, Dylan me fulminó con la mirada.

-Puedes ser Aslan, o el príncipe Caspian...

-O Edmund, o quizás...

-Bueno, bueno, ¿vieron una maratón de esas películas o qué?

-¡Sí! –Gritaron a la vez emocionados.

-¡Nos encantan!

-¡Es una pasada! –Dylan y yo reímos al verlos tan entusiasmados. Estaba segura que la autora de ello había sido Sofía.

-En ese caso... Elegiré al príncipe.

-Buena elección. –Dijo Oliver haciéndole una reverencia como anteriormente yo había hecho con él.

-¡Pero eso no vale! Son tres contra uno.

-¡Mamá tiene razón! Quizás Anna quiera jugar. ¡Nana! –Elyssa salió corriendo hacia el interior de la casa en busca de la querida Anna.

-No me imagino a Anna jugando a esto...

-Ella puede ser... –Oliver se llevó la mano a la barbilla poniendo cara de concentrado.

-Creo que no habían más personajes malos...

-Bueno, pues yo seré Lucy y ella la bruja.

-¿Me está llamando bruja, señora? –Abrí los ojos como platos al darme cuenta de que Anna ya había llegado junto a Elyssa.

-¡Claro que no, Anna! Tú sabes que no me refería a eso...

-Era una broma, Olivia. –Sonrió divertida haciendo que respirara tranquilamente. –Seré la bruja o el personaje que elijáis para mí, no me importa. –Todos asentimos y tras repartir los papeles nuevamente, comenzamos a jugar todos como si volviéramos vuelto a nuestra infancia otra vez.  

¿Me adoptas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora