~21 DE JUNIO~
-¡Olivia!
-¿Qué pasa? –Pregunté al ver a Sofía corriendo hacia mí con el móvil en las manos.
-¡Ahora sí!
-¿Qué? –Volví a preguntar sin entenderla.
-Estoy embarazada. –Susurró en mi oído para que solo pudiera oírla yo.
-¿En serio? –Asintió varias veces con la cabeza sonriendo de oreja a oreja.
¿Se acuerdan de aquella vez que Sofía me había hablado de sus sospechas sobre estar embarazada? Pues por desgracia, resultó ser todo lo contrario.
-Deja que se entere Maxi...
-¿Pero estás completamente segura? No quiero que te hagas ilusiones para que después...
-¡Que sí, Olivia! El propio doctor fue quien me llamó para decírmelo.
-¡Felicidades entonces!
-¡Gracias! –Respondió dándome un fuerte abrazo emocionada.
-¿Qué celebramos?
-¡Que Sofía está...
-¡Shh, calla! –Dijo esta dándome un golpe con el codo. –Aquí no...
-¿Qué Sofía está qué?
-¡Nada, nada! –Sean levantó una ceja mirándonos confundido. –¿Buscabas algo?
-Las cuentas de la semana pasada.
-Ah, sí. Las tengo yo... –Murmuré abriendo el primer cajón de mi escritorio para sacar una carpeta llena de facturas. –Toma.
-Gracias.
-De nada, Sean. –Me guiñó un ojo antes de darse la vuelta para marcharse, pero algo llegó a mi cabeza haciéndolo detener. –¿Sabes algo de Johan? Hace tiempo que no lo veo ni hablo con él...
-Ni idea, la verdad. Ya sabes cómo es... –Se encogió de hombros para seguir con su camino dejándome pensativa. Ya sé que no lo había dicho anteriormente y que tendréis curiosidad por saber que tenía que ver Sean con Johan, pues bien, la verdad era que los chicos eran primos y yo no me había enterado hasta el año pasado. Quién lo diría, ¿eh?
-Oli...
-¿Mmm?
-No le digas a nadie de esto, porfa. Al menos no por ahora.
-Sí, lo siento. –Asintió y ambas seguimos trabajando en nuestros expedientes.
☼☼☼
-¿Te gusta este vestido?
-Sí, es bonito... –Me miré frente al espejo de cuerpo aún no muy convencida. –¿A dónde vas a ir?
-A ningún lado.
-¿Entonces para que te vistes? –Lo oí preguntar mientras buscaba unos zapatos a juego con el vestido.
-¿Y estos zapatos?
-¿Puedo saber para qué te vistes así si no vas a ir a ningún lado?
-Si que voy a salir, Dylan. Kysha me invitó a su casa.
-¿Y no crees que vas muy bien vestida para ir solo a su casa? –Me encogí de hombros.
-Ella siempre se viste muy bien y...
-Tú también estás siempre elegante, Livvy. Te pongas lo que te pongas. –Sonreí un poco después de ponerme los zapatos. –¿Alex va contigo?
-No... Hoy te toca cuidarlo... –Me acerqué a besar su mejilla antes de caminar hacia la puerta rápidamente. –¡Adiós!
-¡Oye! –Se quejó mientras que yo cerraba la puerta de la habitación con una sonrisa divertida en los labios.
-¿A dónde vas, mami?
-¡Oh, cariño! No sabía que estabas ahí... –Murmuré acercándome hasta ella que se encontraba acurrucada en el sillón del salón junto a Charlotte. –Voy a salir un rato con Kysha. ¿Te acuerdas de ella?
-Sí, su bebé era muy bonito... –Sonreí inclinándome hasta ella para besar su frente dándome cuenta de que estaba algo caliente.
-¿Te encuentras bien, Ely? Creo que tienes fiebre...
-Tengo un poco de frío... –Joder...
-Voy a subir a por el termómetro, espérame aquí. –Dejé el bolso sobre el sillón antes de volver a subir las escaleras.
-¿No te habías ido ya? –Preguntó Dylan saliendo de nuestra habitación mientras que yo entraba en la de Elyssa en busca del termómetro.
-Es muy probable que Elyssa tenga fiebre.
-¿Ah, sí? No suele resfriarse... –Me encogí de hombros sin saber que decir antes de que ambos bajásemos al salón. Enseguida le puse el termómetro a Elyssa bajo el brazo.
-¿Tengo fiebre? –Preguntó una vez que el termómetro había pitado diagnosticando su temperatura.
-Sí, unas décimas de más. Espero que solo se quede ahí. –Volví a tocarle la frente mirándola. –Tengo que irme, princesa, pero prometo que llegaré temprano para darte el beso de buenas noches ¿sí? –Asintió para dejar un beso en mi mejilla y meterse bajo la manta tapando a Charlotte con ella.
-No dejes que se acerque mucho a Alex. No quiero que los dos se pongan malos...
-Sí, estoy de acuerdo. –Dylan me acompañó hasta la puerta de entrada.
-No te alejes tampoco mucho de ella, y avísame si mejora o empeora. –Asintió abriéndome la puerta. –No dejes que se tape mucho y dale alguna medicina si se encuentra mal o le duele algo.
-¿Algo más?
-Hmm... –Llevé la mano a mi barbilla pensativa. ¿Sería grave si me iba sabiendo que ella se quedaba aquí en ese estado?
-¡Olivia!
-¿Qué?
-Lo decía de broma, Livvy. Ya puedes irte o Kysha pensará que la dejarás plantada.
-Sí, tienes razón... –Me di la vuelta con la intención de salir de casa, pero me detuve para volver a mirarlo. –Y encárgate de Alex también, no quiero que Anna se encargue sola de él.
-Vale, vale. ¡Adiós! –Dejó un corto beso en mis labios antes de cerrar la puerta delante de mi cara haciéndome fruncir el ceño. ¿Pero se podía ser más idiota? Una aquí preocupada por los niños y tratando de decirle todo lo relacionado a ellos para que no hiciera nada mal, ¡y así me lo agradece! Vaya futuro marido había elegido...
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¿Me adoptas?
General Fiction¿Qué pasaría si una madrugada te encontraras con un bebé en la calle? ¿Y si ese bebé tiene una nota en la cual dice "adóptame"? Olivia White era una chica de veintitrés años que adoraba a los animales y estaba totalmente en contra del maltrato anim...